Los buñuelos son uno de los postres más conocido del
mundo. Desde India hasta España, desde Francia hasta Colombia, desde Croacia
hasta México, los buñuelos se han propagado por el mundo. Todos comemos
buñuelos (nosotros de niños en Tabasco comíamos deliciosos buñuelos).
Estas pequeñas esponjas huecas en el centro se deshacen
en la boca, sin importar de lo que estén rellenas. Pueden ir rellenas de crema,
chocolate, fruta; incluso las podemos rellenas de carne, verduras o curry.
En si, es una receta mediterránea. Ya para el siglo
segundo antes de Cristo, se tenían a los buñuelos en el libro “De Agri Cultura”,
escrito por Catón el Viejo. En su receta, mezcla harina y queso, haciendo bolas
que se fríen y se untan con miel y semillas de amapola para servirlos.
Los judíos y los moros también fueron encargados de la “distribución”
de este platillo. Los judíos con el Hannuka, los moros esparciéndolos por
Europa.
Aquí en México existen todo tipos de buñuelos; como por
ejemplo, los buñuelos de molde (que se venden en las ferias de casi todos los
pueblos) y los buñuelos de rodilla (que son oaxaqueños y planos, también se
venden en todas las ferias), aunque la preparación de ellos es un poco
distinta. De hecho, son estos buñuelos los que prepararemos en esta ocasión.
Esta preparación se puede utilizar para hacer churros,
aunque algunos no les ponen los huevos.
Buñuelos de viento
1 ½ taza de agua
100 gr mantequilla
1 cucharadita azúcar
Pizca de sal
1 taza de harina
4 huevos
Aceite para freir
Jarabe o miel al gusto
Ponga al fuego, en una olla, el agua, la mantequilla, el azúcar
y la sal. Cuando la mantequilla se
derrita y aún en el fuego, vierta la
harina de una sola vez, revuelva con una pala de madera y verá que se forma una
bola que absorbe toda el agua. Dele vueltas,
aún en la olla por 30 segundos más. Vierta en un tazón y deje reposar por 10
minutos. Agregue uno a uno los huevos
batiendo hasta que el anterior se haya integrado perfectamente. Vierta por cucharadas en el aceite hirviendo. Los buñuelos se voltearán solitos. Cuando estén dorados retire del aceite y
ponga en papel absorbente. Sirva bañado
de jarabe o miel al gusto, o solamente espolvoreado de azúcar.
El jarabe puede ser:
2 tazas de agua
1 taza de azúcar
Cáscara de 1 naranja
Deje que todo hierva junto y cuando haya reducido a la
mitad sirva con los buñuelos.
También puede ser con piloncillo:
2 piloncillos
1 taza de agua
Cáscara de 1 naranja
Deje que todo hierva junto y cuando haya reducido a la mitad
sirva con los buñuelos.
(Editado por: Mario Vázquez)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario