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lunes, 21 de mayo de 2018

Sandwichón de cumpleaños









Mi hijo mayor celebra su cumpleaños 32 y organizó una fiesta para sus amigos que siempre llevan algo para compartir con el festejado, así tienen muchos platillos para disfrutar, y muchas cosas para beber.

Mis otros hijos estaban invitados y me pidieron que hiciera un pastel de sándwich que se utiliza mucho en nuestra familia para algunas celebraciones.

Este platillo es un gran sándwich convertido en pastel. Es un pastel de comida no de dulce, aunque luego la gente se confunde y lo saca junto con los pasteles dulces.

Cuentan por ahí, que un conde inglés fue el creador del sándwich, pero de esta historia en particular platicaremos en otro momento, aunque no puedo dejar de mencionarlo pues es el inicio de este sandwichón.

Con la llegada de los españoles a América, llegaron también las preparaciones gastronómicas de esa parte del mundo.  En lo que se refiere a comida, las preparaciones tienen su origen en todos los países y se desarrollan con otros nombres, tal vez con menos o mas condidmento que en otro lado, pero siempre encontramos lo mismo en otras partes, con una ligera variación.

El sándwich llegó a Yucatán y ahí tuvo un gran éxito pero como era muy individualista lo hicieron comunitario; lo llevaron a su máxima expresión y fue utilizado para los mejores eventos, las fiestas mas importantes y las celebraciones familiares.

El sandwichón consiste en capas de pan blanco relleno con diferentes sabores.  Algunas personas lo elaboran moliendo los ingredientes y poniendo todo como crema entre los panes de caja.  Otras, como yo, ponemos todo picado y lo ponemos entre los panes de caja.  Se cubre con un licuado de queso doble crema y crema y se decora al gusto, pues es como un pastel.

El hacer los rellenos es un poco objetivo pues todo depende del gusto del que lo elabora, y de los comensales y el tamaño. Por esta razón solo pongo el nombre y no la cantidad
Sandwichón de cumpleaños

Panes de caja
Relleno 1:
Huevos duros picados
Mayonesa
Mostaza
Sal y pimienta
Aceitunas negras picadas
Relleno 2:
Pollo cocido y picado
Mayonesa
Zanahoria rallada
Queso doble crema
Mayonesa
Crema
Sal y pimienta
Relleno 3:
Jamón picado
Queso amarillo picado
Rajas de chile en vinagre picadas
Crema
Mayonesa
Sal y pimienta
Cobertura:
Queso doble crema
Leche
Crema
Mayonesa
Sal y pimienta

Prepare los diferentes rellenos.  Forre el molde con película plástica, dejando suficiente película plástica para envolverlo, del tamaño del que vaya a elaborar el sandwichón y vaya colocando las rebanadas de pan de caja en una sola capa.  Coloque el relleno 1.  Ponga una segunda capa de pan de caja, cubriendo perfectamente el relleno anterior, y coloque el relleno 2.  Cubra este relleno con una capa de pan de caja, cubriendo bien el relleno anterior.
Por último, coloque el relleno 3 y cubra con otra capa de pan. Envuelva con la película plástica y refrigere por al menos 2 horas, para que quede firme y al momento de decorar no se muevan las capas.
Prepare el relleno, moliendo los ingredientes.
Desenvuelva el sandwichón y voltee sobre la charola en que lo va a presentar, quite la película plástica restante y comience a cubrirlo con la cobertura.
Decore al gusto con verduras en forma de flores, o con verdura picadita, o con verdura tallada.
Refrigere hasta el momento de llevar a la mesa para disfrutar.

domingo, 9 de abril de 2017

Quiche Lorraine ligeritos para una cena de última hora.




Hace unos días mi hijo el mayor nos invitó a pasar la tarde con ellos, su esposa e hijo, y como se acaba de cambiar, fuimos a su nueva casa en la que se encuentra más a gusto, pues tiene una recamara más.

Y con tanta plática se nos hizo un poco tarde y se puso a preparar unos quiches que estaban muy ricos, a pesar de que no contaba con todos los ingredientes que se necesitan, pero la improvisación estuvo muy buena.

En gastronomía, una quiche es un tipo de tarta o pay salado que se deriva de la cocina francesa. Se hace una preparación de huevos y crema y se mezcla con verduras o con carnes frías con la cual se rellena un molde con masa quebrada.  Se hornea hasta que la salsa de huevo cuaje.

A esta tarta se le puede poner infinidad de rellenos, tipos de carnes, vegetales como apio, pimientos, cebollas, poros, así como diversos tipos de quesos. 

Estos quiches que hizo mi hijo, estaban muy ligeritos y deliciosos. En realidad, cuando uno tiene la disposición para guisar, no importa que tengas algunos tropiezos, al final todo queda muy bien y delicioso.








Quiche Lorraine ligerito

300 gr de galleta salada
½ taza de aceite
5 huevos
¾ taza de crema
Sal y pimienta al gusto
½ cucharadita de páprika
100 gr de jamón cocido
1 taza de queso mozzarella rallado

Precaliente el horno a 180°C. Muela las galletas y revuelva con el aceite.  Ponga una cucharada de esta mezcla dentro de cada uno de 12 capacillos o moldes de silicona. 
Pique el jamón y reparta en los moldes de panqués.  Distribuya el queso en los moldes.

En un tazón mezcle los huevos, la crema, la páprika, y la sal y pimienta.  Vierta en los moldes y hornee por 20 – 25 minutos. Sirva tibio.






miércoles, 1 de febrero de 2017

Panqué de naranja para la media tarde.






Hace pocos días fue el cumpleaños de mi esposo y para consentirlo le ofrecí que escogiera el sabor del pastel que quería que le hiciera.
Sin pensarlo me dijo que de esos panes del molde rectangular, pero algo fresco, algo pequeño, algo así como naranja.
-¿Como?- le dije-. ¿No quieres un Selva Negra, un Dobos, un Concorde, o un París Brest?
-No- contestó-, algo ligerito será mejor.
-Bueno, está bien será un panqué de naranja.
El panqué es una preparación de normalmente 4 ingredientes, aunque antiguamente lo hacían con las mismas cantidades de cada ingrediente en estos días hay un poco mas de flexibilidad y se puede jugar con las cantidades.

La palabra panqué es el sonido de la palabra ingles “pound cake” que significa pastel de una libra.
En Francia por ejemplo se llama “quatre quarts” que significa cuatro cuartos que son los 4 ingredientes con el mismo peso de cada uno, cuatro cuartos que hacen un entero.

En México lo llamamos panqué, en Colombia se llama ponqué, en Venezuela panqué y en Chile se llama queque.
Entonces, a hornear…..





Panqué de naranja

2 tazas de harina
2 cucharaditas de polvo para hornear
½ cucharadita de sal
100 gr de mantequilla
1 taza de azúcar
2 huevos
2 cucharadas de ralladura de naranja
½ taza de jugo de naranja
½ taza de jugo de naranja para humedecer

Precaliente el horno a 175°C, engrase y enharine un molde para panqué.
Mezcle harina, polvo de hornear y sal. Reserve.  Bata la mantequilla con el azúcar hasta que esté acremado, agregue los huevos uno a uno.  Añada la ralladura de naranja y ½ taza de jugo y mezcle con una espátula.  Agregue los ingredientes secos y mezcle solo hasta integrar.  Vierta la masa en el molde preparado y hornee por una hora o hasta que al introducir un palillo este salga limpio.  Retire el panque del horno y vierta el jugo de naranja restante.  Deje que se enfríe y desmolde. Decore a su gusto. Sirva.





viernes, 27 de febrero de 2015

Una salsa negra deliciosa



Me encanta cocinar y creo no hacerlo tan mal.  Trato de hacer todo tipo de comidas y de todas las partes del mundo siempre y cuando se pueda disponer aquí de las cosas que se necesitan.

Puedo hacer panes, pasteles, galletas, pays, tartas, comidas, desayunos, asados, de todo, lo que me causa trauma es hacer salsa.  Las hago y en gran variedad pero tengo un pequeño problema.  No se que tienen mis manos que cuando agarro los chiles les quito todo el picor.

Pero el trauma que me da es que siempre que haga salsa con cualquier tipo de chile, no pica, no importa que use habanero, jalapeño, cuaresmeño, chiltepín, chile de árbol seco o cualquier chile que en una salsa pique.  Le puedo poner casi el kilo de chiles con un solo jitomate o tomate o con ninguno y la salsa no pica.  Realmente es un trauma para mí, pues cada vez que hago salsa todos me dicen que no pica, que porqué no le puse chile.  Pero bueno, no importa, yo sigo haciendo salsa aunque me digan que no pica.

Aquí en México utilizamos mucho las salsas, casi a cualquier comida le ponemos salsa, porque que es comerse un taco de barbacoa sin salsa, o un taco de carnitas.  Pero no nada mas a los tacos, también a los guisados y sí en realidad en México no se podría comer sin salsa.

Salsa negra

100 gr de chile pasilla
200 gr de queso Cotija rallado
2 ajos
2 – 3 pimientas
¼ cucharadita de comino
1 cucharada de manteca o aceite
2 cucharadas de vinagre
1 cucharada de consomé en polvo
Sal al gusto

Abra los chiles y retire las semillas y las venas y tueste en un comal pero sin que lleguen a quemarse.  Remoje en suficiente agua y deje que se suavicen, alrededor de 1 hora.  Ponga en la licuadora los ajos, las pimientas, el comino, el vinagre, el consomé en polvo y los chiles, agregando unas cucharadas del agua de remojo de los chiles. Ponga en una olla el aceite o la manteca y vierta lo molido. Cuando empiece a hervir agregue el queso rallado y sazone con sal o con más consomé. Retire del fuego y vierta en un frasco.  Sirva con tortillas recién hechas.





jueves, 25 de septiembre de 2014

Una fiesta pirata

Después de un inicio a esta vida un poco difícil, mi querido nietecito ha cumplido un año y le hicimos una fiesta. Fue “una fiesta pirata” a todo dar.  Los niños de alrededor de un año que fueron invitados iban disfrazados de piratas y se veían hermosos.  La piñata fue un pirata muy conocido por todos los que hayan visto al “Perla Negra” en los Piratas del Caribe. Había en el pastel un gran mapa del tesoro.  También había un cofre con un tesoro “doblones españoles” y “diamantes” así como una que otra copa de oro.  También había un barco de pirata.

Junto con la bolsita de dulces que se acostumbra dar a los niños que asisten a la fiesta, le dimos unas hermosas galletas gigantes de cara de pirata que hice.

Preparamos un molde de la carita con papel ilustración o bien pudo haber sido con un cartón grueso.  Un día las hornee y al otro día las decoré.  Por la noche se pusieron en una base de cartón y se metieron en una bolsa de celofán.

Platicando con los papás de los niños comentaban que esas galletas no eran para comer sino más bien para guardar.

No importa, si es necesario haremos más galletas para nosotros...



Galletas gigantes de azúcar

2 tazas de harina
1 cucharadita de polvo para hornear
½ cucharadita de sal
1 taza de azúcar
100 gr de mantequilla
1 huevo
2 cucharaditas de vainilla
Para decorar
Azúcar glas la necesaria
Leche la necesaria
Clara de huevo la necesaria
Colorantes vegetales al gusto

Bata la mantequilla con el azúcar hasta que esté esponjosa.  Agregue el huevo y la vainilla.
Añada la harina cernida con el polvo para hornear y la sal. Refrigere por al menos 1 hora y hasta 24 horas envuelta en plástico.
Precaliente el horno a 175°C y engrase y enharine ligeramente las charolas para el horno. Palotee la masa sobre la mesa ligeramente enharinada y corte las galletas con el molde deseado.  Coloque en las charolas preparadas y hornee por 12 – 15 minutos o hasta que estén ligeramente doradas las orillas y se despeguen de la charola de horno. Retire del horno y deje enfriar completamente.
Prepare la cobertura.  Bata media clara y vaya agregando el azúcar glas.  Con esta preparación se delineará los colores de la galleta para que no se revuelvan. Utilice el sobrante agregando azúcar glas y la leche dejando como un atole ligeramente espeso para que se pueda esparcir por toda la parte de galleta que se va a decorar.  Deje que se seque casi completamente para poner el otro color.  Cuando haya terminado deje secar por unas horas para poder envolver las galletas.



lunes, 18 de agosto de 2014

Un bosque de delicias

En días pasados fuimos a la boda de la hija de una muy querida amiga nuestra la cual fue en Ciudad Hidalgo, Michoacán. Nos fuimos todos, y en este todos pudimos contar dieciséis amigos con sus familias. Estos amigos lo han sido por más de treinta y ocho años y, además de celebrar la boda, celebramos el haber salido de la carrera profesional hace treinta y tres años.
El grupo original que salió en 1981 fue de veinticinco compañeros y desde entonces, hasta ahora, no han cejado en el empeño de seguirse reuniendo cuando menos una o dos veces al año, en ocasiones hasta más.
A lo largo de este tiempo se contó con el sensible fallecimiento de un compañero y otros han mudado su residencia y no se han podido encontrar; también hay algunos que prefirieron borrar esa época de su vida y no quieren volver a acordarse.  Pero el resto, ha perseverado.

Cuando entramos al salón donde fue la fiesta de la boda me sentí como en el cuento de hadas que recogieron los hermanos Grimm, Hansel y Gretel de que cuando los llevaron al bosque por segunda vez, realmente se perdieron y encontraron  un lugar que estaba construido con infinidad de dulces y galletas.

Así se veía la mesa de dulces un bosque en donde los árboles que hicieron que se perdieran estos pequeños niños eran malvaviscos, fruta y panecitos, que se podían bañar con un delicioso chocolate.

Para transportarnos a ese bosque de delicias, podemos nosotros preparar estas brochetas y si no tenemos una fuente para el chocolate, no importa; lo derretimos en el microondas o en la estufa y podremos transportarnos a ese cuento, claro está que sin la bruja.

Brochetas de fruta y malvaviscos
Fresas frescas
Uvas
Malvaviscos de 2 tamaños diferente
Mini roles de canela
Chocolate oscuro
Crema
Brochetas

En cada brocheta ponemos en el orden que deseemos las frutas y los malvaviscos y el mini rol que de preferencia lo ponemos en la punta.
Derretimos el chocolate y la crema a partes iguales.
Cuando tomamos nuestra brocheta la sumergimos en el chocolate.


viernes, 8 de agosto de 2014

¿Se puede comer el cielo?

Pienso que las abuelas son las que alimentan a los niños con sueños, besos, caricias, cariño, complicidad, pero sobre todo los alimentan con pedazos de cielo en forma de galletas. Por eso al comer una galleta evocamos nuestra niñez, nuestros juegos infantiles, las visitas con la abuela, nuestras alegrías y, sobre todo, los momentos difíciles como cuando se nos rompía un juguete y para consolarnos nos daban una galleta. A pero eso sí, de una manera saludable, con un vaso de leche.

Y hablando de galletas con un vaso de leche, recordé que cuando era pequeña, se le ponía un plato con galletas a un ser que todos esperábamos que llegara con ansia, a Santa Claus. Después cuando mis hijos eran pequeños, las galletas que le poníamos eran, en algunas ocasiones, las galletas que ellos habían hecho y para acompañarlas les dábamos un vaso de leche, pues eso es una merienda saludable; y así le agradecían los regalos que les daría al día siguiente.
Y ahora como espectadora veo como mi hijo y mis sobrinos le dicen a sus hijos que le pongan a Santa sus galletas y su leche, por los regalos que recibirán.

Y sí, ahora que soy abuela haré lo que la mayoría de las abuelas hacen, aliarse con los nietos para hacer travesuras, hacerse compañeros de aventuras inimaginables y sobre todo, darles el cielo a pedazos.
Galletas manchadas
250 gr de mantequilla suavizada
120 gr de azúcar
1 huevo
400 gr de harina
1 cucharadita de polvo para hornear
½ cucharadita de sal

Para decorar
1 clara
Azúcar la necesaria
Canela en polvo

Precaliente el horno a 170°C y engrase ligeramente unas charolas de horno. Bata la mantequilla con el azúcar hasta que esté esponjoso. Agregue el huevo.  Cierna el polvo de hornear con la harina y la sal y agregue al batido.  Forme un cilindro con la masa y envuelva en película plástica, refrigere por al menos 1 hora.  Corte rebanadas de la masa y acomode en las charolas preparadas.

Barnice con la clara de huevo ligeramente batida y espolvoree azúcar, espolvoree también la canela. Hornee de 12 a 15 minutos o hasta que las orillas estén dorado claro.  Transfiera a una rejilla para que se enfríen. 






jueves, 26 de junio de 2014

Mi primera experiencia

Cuando era apenas adolescente, me interesé en la cocina, principalmente en los postres, aunque vamos, que niña de 12 – 14 años no se interese en los postres. Como vivíamos en la Isla del Socorro, donde no habían muchas cosas que hacer, mis padres me dieron luz verde para hacer los postres que yo quisiera.

Primero tuve que escoger y planear que postres o pasteles iba yo a hacer, pues en la isla no habían tiendas en las cuales se pudiera comprar cosas de última hora.  Teníamos que hacer el encargo y enviarlo por radio, y así cuando viniera el barco, una vez por mes,  me traerían las cosas que necesitaba.
Ahora entiendo que esa experiencia me ha servido a lo largo de mi existencia para planear todo, pero principalmente mis menús y comidas.

Lo primero que pensé en hacer fue un pastel de chocolate, pues a quien no le gusta el chocolate.  Empecé a juntar los ingredientes y descubrí con horror que no había encargado una batidora, ni batidor de globo, ni nada por el estilo.  En los ingredientes de las recetas nunca te piden una batidora, pues yo no la pedí.  Esperarme un mes para poder hacer un pastel, no.  Entonces, el camarero de la casa, me dijo: “no se preocupe señorita, yo le bato las claras con unos tenedores” y así fue.  “a qué punto se las bato” y contesté de manera muy sabia, “a punto de turrón”.
-          “¿Qué es eso?” me pregunto, Toño el camarero.
-          “Es cuando volteas el traste y no se caen las claras, se quedan pegadas al tazón,” contesté de manera aún más sabia.
Y cual sería mi sorpresa que en un momento dado, al estar batiendo las claras, voltea el tazón sobre su cabeza y, por supuesto, se bañó en claras batidas a punto de nieve, no de turrón.
Aun así seguimos haciendo el pastel. Mezclamos la mantequilla con el azúcar y las yemas, se batieron nuevamente las claras y revolvimos todo. Vertimos en un molde y como la receta decía hasta que esté cocido.  Pues esperamos que se cociera.  Pero después de 2 horas de estar en el horno, pensamos que ya estaba suficientemente cocido.  Y sí estaba cocida la parte de arriba, porque la de abajo estaba completamente quemada.
Nos dimos a la tarea de quitar todo lo quemado y servimos un pastel de 1 cm de altura.  Pero mi padre como era increíble, se lo comió todo y me dijo que siguiera haciendo pasteles, que me había quedado muy rico.
Y sí, sigo haciendo pasteles.


Pastel de plátano y chocolate

2 ¼ tazas de harina
 Cucharadita de bicarbonato de sodio
1 ½ cucharadita de polvo para hornear
Pizca de sal
170 gr de mantequilla
¾ taza de azúcar
½ taza de azúcar moreno
2 huevos
1 ½ tazas de plátanos hechos puré
½ taza de yogurt griego
4 cucharadas de suero de leche
4 cucharadas de Nutella
Cobertura:
1 taza de azúcar glas
2- 3 cucharadas de café expreso o concentrado de café

Precaliente el horno a 175°C y engrase y enharine un molde de rosca.
Cierna el harina, polvo para hornear, bicarbonato de soda y la sal y reserve.  En un tazón bata la mantequilla con las dos azucares hasta que esté cremosa, agregue los huevos y continúe batiendo.  Agregue el puré de plátano, el yogurt y el suero de leche y mezcle bien.  Añada los ingredientes secos. Ponga dos tazas de la mezcla con plátanos en un tazón pequeño y agregue la Nutella, incorpore bien los ingredientes.
Vierta un tercio de la mezcla clara en el molde preparado.  Esparza la mezcla de Nutella por cucharadas y termine con el resto de la mezcla clara.
Hornee por 50 – 60 minutos o hasta que al insertar un palillo esté salga limpio.  Deje enfriar por diez minutos y desmolde.  Ponga la cobertura y sirva frio.

Cobertura: mezcle el azúcar glas con el café y vierta sobre el pan cuando esté frío. 

domingo, 22 de junio de 2014

Una semana al año

Cuando mis hijos eran pequeños les celebraba su cumpleaños en cada una de las actividades que tenían. El lunes celebran en la escuela, el martes en el karate el miércoles en el fútbol, el jueves con sus hermanos y tíos, el viernes en su grupo de artísticas y por supuesto el sábado con los boy scouts.
A todos esos lados les llevaba un pastel, sándwiches, dulces y refrescos y eran felices, puesto que era SU semana de cumpleaños. Y aparte de las celebraciones yo les hacía en casa la comida que ellos querían. En algunas ocasiones la comida eran solo postres, pero bueno, una vez al año no hace daño.
Con el paso del tiempo las cosas fueron cambiando, ya no tenían tantas actividades, pero siempre se quedaron con su semana de cumpleaños, entonces lo que hacíamos era que elaboraban un menú de una semana de sus comidas favoritas.
 El tiempo ha pasado, pues mi hijo más pequeño ya tiene los 23 años y aún sigue pidiendo su semana de comida.



Pastel de mucho chocolate

400 gr de mantequilla
400 gr de azúcar
400 gr de harina
4 cucharaditas de polvo para hornear
6 huevos
2 cucharadas de vainilla
6 cucharadas copeteadas de cocoa
1 taza de agua caliente
200 gr de nueces picadas
200 gr de chispas de chocolate oscuro
Relleno:
300 gr de chocolate oscuro
2 tazas de crema dulce para batir
Betún:
60 gr de mantequilla suavizada
½ taza de leche
3 tazas de azúcar glas cernida
½ taza de cocoa en polvo cernida

Precaliente el horno a 180°C y engrase y forre el fondo de un molde con papel encerado y vuelva a engrasar, enharine.
Para los panes, mezcle en un tazón la cocoa con el agua caliente, reserve. Cierna la harina con el polvo para hornear y agregue las nueces y las chispas de chocolate y revuelva, reserve.
Bata la mantequilla con el azúcar hasta que esponje, agregue los huevos de uno en uno hasta que se integren bien, agregue la vainilla. Incorpore los ingredientes secos alternando con la mezcla de cocoa y agua. Integre bien todos los ingredientes.  Vierta en los moldes preparados y hornee por 40 – 45 minutos o hasta que al insertar un palillo este salga limpio.  Deje enfriar y desmolde.
Corte los panes a la mitad longitudinalmente y empiece a armar el pastel.
En un platón coloque una capa de pan, vierta un tercio del relleno y esparza hasta 1 cm antes de la orilla.  Coloque el segundo pan y vierta un tercio del relleno, esparza.  Coloque el tercer pan y vierta la última parte del relleno.  Coloque el último pan y cubra con el betún.
Para el relleno, ponga en una olla el chocolate picado y la crema, mueva continuamente para que el chocolate se derrita rápidamente, deje enfriar. 

Para el betún, en un tazón ponga la mantequilla suavizada, agregue leche, azúcar glas y cocoa en polvo y mezcle bien. Extienda el betún sobre el pastel ya frío empezando por los bordes y terminando con la superficie superior.  Con una duya en forma de estrella forme el borde del pastel y decore al gusto.

viernes, 9 de mayo de 2014

Una comida en un solo plato

La cocina casera tabasqueña tiene mucha influencia yucateca y chiapaneca, aunque la influencia dominante es la yucateca ya que mi abuela materna era yucateca y hacía muchos guisos típicos que mi mamá le aprendió en su niñez y juventud.
La cocina de la península yucateca está plagada de influencia europea, tanto francesa como española, pero con el paso del tiempo, los guisos se van enraizando en las nuevas tierras y van teniendo adiciones o cambios, un ejemplo muy claro es la fabada que hacía mi mamá.
Esta fabada es bastante distinta a la fabada asturiana (la original), pero no me importa a mí eso, dado que la que hacía mi mamá era deliciosa, y mis hijos, la segunda generación de esta fabada, la aman.


Fabada tabasqueña de la abuela Chela

½ kilo de alubias blancas pequeñitas
½ kilo de costillitas de puerco
½ kilo de maciza de puerco
¼ kilo de chorizo
300 gr de papa cortada en cubitos
¼ pieza de col blanca rebanada delgada
2 cucharadas de paprika ahumada
Sal al gusto

Limpie, lave y ponga a remojar las alubias en la mañana temprano. Fría el chorizo con la carne de puerco, sazone y agregue agua suficiente para cocerla. Cueza las alubias. Cuando las alubias estén cocidas y la carne también una las dos preparaciones.  Sazone. Añada las papas y la col, así como la paprika, deje hervir suavemente hasta que estén cocidas las papas.

Sirva caliente con arroz blanco

jueves, 24 de abril de 2014

1 – 2 – 3 ya está listo

El fin de semana pasado, fui a visitar a mi hermana que vive en Irapuato en el estado de Guanajuato. Cada vez que nos vemos, nos ponemos a platicar de los viejos y de los nuevos tiempos. De nuestros hijos, de nuestros nietos, del tiempo, del temblor pasado, de nuestros hobbies, entre otros temas.
Al llegar la hora de la comida, nuestros maridos trajeron la carne para asar, las cebollitas, los refrescos y las cervezas, pero nosotras no habíamos hecho nada más que platicar.
En ese momento, en menos de lo que pudimos pestañar, mi hermana hizo magia y de la nada apareció este estupendo arroz que es el deleite tanto de mis hijos, como de todos nosotros.




Arroz al horno

3 tazas de arroz blanco cocido
½ bolsa de elote con o sin chiles poblanos en rajas
½ litro de crema
2 tazas de queso mozzarella

En un refractario ligeramente engrasado coloque el arroz, el elote con chile poblano.  Encima esparza la crema y el queso mozzarella.

Hornee a 200°C por 30 minutos o hasta que esté dorado ligeramente.

sábado, 5 de abril de 2014

Una imitación casi perfecta

Por lo general, en fechas especiales, les doy a mis seres queridos un pastelito o galletitas o cualquier delicia salida del horno. En ocasiones ellos me dicen que quieren que les haga o bien yo escojo lo que les regalaré. Cuando me entero de tener nuevos vecinos también les mando unos pastelitos para que se sientan bienvenidos.
Tengo una amiguita muy querida a quien le hicieron hace poco una intervención médica y que le gustan las almendras y el coco. Pero hay un pastel que le gusta muchísimo, es un pastel alemán que se llama “Bienenstich (pastel de abeja)” y que lleva un crocante de almendra como cobertura. Lamentablemente, en estos momentos no tengo levadura, lo tuve que hacer con polvo de hornear.
Espero que este pastel le ayude a que se recupere con prontitud. El pastel original es muy rico, pero este no le quita nada que desear.

 

Pastel con crocante o Piquete de abeja

Pastel:
100 gr de mantequilla
100 gr de azúcar
2 huevos
200 gr de harina
1 cucharadita de polvo para hornear
1 pizca de sal
1 cucharadita de vainilla
¼ taza de suero de leche o leche
Cobertura:
100 gr de mantequilla
100 gr de azúcar
150 gr de almendras fileteadas
1 cucharada de miel
1 cucharada de vainilla
3 cucharadas de leche
Relleno:
2 tazas de crema pastelera

Precaliente el horno a 180°C y engrase y enharine un molde desmontable de 22 cm.
Bata la mantequilla con el azúcar hasta acemar.  Añada la vainilla y los huevos.  Agregue la harina cernida con polvo para hornear y sal alternando con la leche o suero si lo usa y vierta en el molde preparado.  Reserve.

En una olla ponga la mantequilla, cuando se derrita agregue el azúcar, las almendras, la miel, la vainilla y la leche.  Cocine hasta que haga burbujas.  Vierta sobre la pasta del molde.  Distribuya bien y hornee por 30 minutos o hasta que esté dorado.  Una vez frío, parta a la mitad y rellene con la crema pastelera. Sirva.

domingo, 16 de marzo de 2014

De Italia a la milpa

No hay placer más grande que estar en familia. No solo comer en familia, guisar en familia es para mí lo máximo. Todos trabajando y recogiendo, lavando, picando, sirviendo, cantando y bailando. Parecemos una gran película de Disney. No cabe duda que nos divertimos en la cocina. Hasta mi nieto estaba en la cocina.

Nuestro desayuno del día de hoy fue una charola de fruta, y una frittata, un delicioso platillo italiano hecho a base de huevo, aceite de oliva, ricota; pero agregado de nuestra cosecha el champiñón, el maíz, el calabacín y la cebolla.

Me acuerdo de cuando íbamos a casa de mi abuelita en Puebla, todas mis tías y mi mamá se ponían a guisar y a platicar. Se oían las risas, las voces y el sonar de las cacerolas y de la comida. Si nos acercábamos  nos pedían muy amablemente que pusiéramos la mesa o a que las ayudáramos en general.
Ese tipo de convivencia se me quedó grabada en la mente y ahora con mi familia lo recuerdo y lo revivo. Ese recuerdo es para mí una época dorada.
Pac-man!


Frittata de champiñones

400 gr champiñones rebanados
3 cucharadas de cebolla picada
2 dientes de ajo picados
400 gr queso ricota
8 huevos
2 cucharaditas hierbas italianas (orégano, romero, perejil, albahaca)
Sal y pimienta
Aceite el necesario

Ponga al fuego en una sartén con una cucharada de aceite la cebolla y cuando esté transparente agregamos el ajo y las hierbas que usemos.  Incorporamos los champiñones.  Reservamos.   En un tazón batimos el queso ricota con los huevos, sal y pimienta, añadimos los champiñones y revolvemos perfectamente.  Vertemos en un molde de horno engrasado, y lo metemos al horno a 190°C por 30 minutos aproximadamente o hasta que esté cocido y dorado.  Servimos con pan horneado con aceite de oliva y las mismas hierbas que pusimos en la frittata (optimizamos el horno)
 
Calabacitas con elote

3 – 4 calabacitas italianas picadas
1 cebolla pequeña picada
250 gr granos de elote o maíz cocido
1 diente de ajo picado
1 ramita de epazote
Sal al gusto


En una sartén ponga una cucharadita de aceite y fría la cebolla y el ajo, cuando esté transparente agregue el elote y la calabacita, sazone y tape. Deje cocinar por 5 minutos para que se integren los sabores.  Sirva.




También se puede poner como botanita




(Editado por: Mario Vázquez)

domingo, 9 de marzo de 2014

El desayuno veracruzano

Cuando era niña (hace mucho, antes de que existiera la historia) y vivíamos en Veracruz, los fines de semana solíamos desayunar gorditas y picadas con huevo revuelto.  Las gorditas y picadas son comida típica de Veracruz,  solo las venden en el puerto de esta ciudad.  Ya grande, cuando íbamos de vacaciones a Villahermosa, nos tomábamos un tiempo y pasábamos a desayunar a Veracruz.  Y entonces mis hijos empezaron a disfrutar de las gorditas, picadas y huevo revuelto y lo empezaron a llamar su “desayuno veracruzano”. Así, siempre que teníamos el antojo, nos hacíamos nuestro propio “desayuno veracruzano”
Con el paso del tiempo, las complicaciones de la vida no nos han permitido volver  a Veracruz, pero seguimos teniendo nuestros recuerdos y  nuestro “desayuno veracruzano”.

Ahora, les comentaré un poco de la historia de este lugar. El nombre completo del estado es Veracruz de Ignacio de la Llave (aunque normalmente se le conoce solo como Veracruz), puesto que “Veracruz” se refiere al municipio y al puerto que se ubica en este. Este puerto es de vital importancia para la historia de México, pues es el puerto que creó Hernán Cortés a su llegada a estas tierras. Este puerto se convirtió en el puerto más importante de la Nueva España. Todo el comercio entre la Nueva España y España pasaba al menos una vez por Veracruz. El puerto de Veracruz es llamado cuatro veces heroico por las veces que han defendido a México contras invasiones extranjeras, contra los españoles,  los franceses y dos veces contra los estadounidenses.

Y bueno, apartándonos de la historia, hay solo dos maneras de comer un desayuno veracruzano, o bien ir con los jarochos  o bien haciendo esta receta.
Siempre se le puede agregar más chocolate.

Gorditas negras
 
½ kilo de masa
1 cucharada de manteca
1 ½ taza de frijoles negros en grano o 1 lata
1 cucharada de sal
Aceite para freir

Machaque los frijoles y revuelva con la masa, manteca y sal.  Deje reposar la masa tapada.  Forme tortillas del tamaño deseado y fría en aceite caliente. Sirva inmediatamente.

Gorditas dulces

½ kilo de masa
1 cucharada de manteca
1 piloncillo
1 cucharada semillas de anís
½ taza de agua
½ cucharadita sal

Aceite para freir

Haga una miel con el piloncillo, las semillas de anís y el agua.  Vierta la masa sobre la miel e integre completamente.  Deje reposar la masa tapada.  Forme tortillas del tamaño deseado y fría en aceite caliente.  Sirva inmediatamente.




























Picadas

12 sopes
2 tazas salsa de jitomate o tomate sin chile
100 gr queso fresco rallado
½ cebolla en rebanadas delgadas
Aceite el necesario


Con una brocha barnice con el aceite  el sope por los dos lados, coloque en una plancha y deje que se fría por los dos lados.  Vierta la salsa caliente sobre el sope, agregue el queso y la cebolla y sirva inmediatamente.


(Editado por: Mario Vázquez)

sábado, 8 de marzo de 2014

No hay pretexto para no hacer algo delicioso.

Mi mamá era una persona que no desperdiciaba nada.  Todo tenía siempre una segunda oportunidad, a veces tercera, o hasta más.  Quizá sea porque en su vida tuvo todo tipo de limitaciones.
Por ejemplo, vivimos en una isla donde había muy pocas cosas, tan solo las cosas que el barco surtía mes con mes. También hubo momentos donde tuvimos grandes limitaciones económicas, pero siempre lográbamos sobrellevarla, comiendo rico a pesar de estas restricciones. A veces, mi papá, o incluso mis hermanos y yo, dado que nos gustaba tanto lo que nos hacía en esas épocas de restricciones, que hasta nos gustaba comer eso incluso cuando íbamos “bien”.

Es por eso que yo trato de aprovechar todo, trato de no tirar nada. Y, bueno, realmente la comida que tachamos de “pobre” es la comida más rica que podamos hacer. Así, sin más preámbulo, les dejo este budín de mi mamá, también conocida como “Chela”.


Budín de mamá Chela

9 -10 pan de bolillo del día anterior rebanado delgado
½ litro de leche tibia
1 taza de azúcar
90 gr mantequilla derretida
5 huevos
2 cucharaditas polvo para hornear
150 gr almendras blanqueadas y picadas
150 gr pasitas o arándanos deshidratados


Ponga en un tazón el pan y la leche tibia y deje remojar por 30 minutos, removiendo de vez en cuando.  Agregue el azúcar, la mantequilla derretida, los huevos y el polvo para hornear y revuelta todo perfectamente.  Agregue las almendras y las pasitas o arándanos deshidratados.  Vierta en un molde engrasado y enharinado.  Hornee a 180°C por 40 minutos aproximadamente o hasta que esté cocido.  Retire del horno y deje enfriar.  Sirva.



(Editado por: Mario Vázquez)

viernes, 28 de febrero de 2014

El coco en mi vida

Siendo yo oriunda de una zona tropical/costeña (Joy de Tabajco, para quien no jepa), siempre me han dicho que si se hacer recetas con coco. La respuesta es que si, se bastantes recetas de coco, y sin atraer al estereotipo, el coco ha sido parte importante de mi vida. A mis abuelos y a mis papas les encantaba el coco, sobre todo el agua de coco (a mi sobre todo me encantaba esta agua, aunque teniéndola que pelear con mis abuelos y papas, la cantidad de agua o de carne de coco que me tocaba era muy poca). Mis recuerdos de mis papas y abuelos son muy gratos para mí, es gracias a ellos que soy como soy. (Mi papa solía comerse mis platillos sin decir nada negativo sobre de ellos, por más incomibles que fueran).
¿Saben? Estoy pensando como si del coco hubiera una metáfora. Tal vez que el coco es como la vida, dura, aunque rellena de delicias.
 
Perfectas para comer como sea, o donde sea.

Galletas de coco

150 gr coco rallado
100 gr azúcar
1 huevo batido ligeramente
Ralladura de 1 limón


En un tazón mezcle el coco rallado, azúcar y ralladura de limón,  añada el huevo e integre todo completamente.  Con  una cucharita ponga montoncitos en una charola engrasada y enharinada. Hornee a 175°C de 12 – 15 minutos, hasta que estén doradas las orillas.  Sirva.





(Editado por: Mario Vázquez)

sábado, 22 de febrero de 2014

Delicias de la Huasteca

Como bien suele decirse, el verde es vida y en los lugares tropicales hay muchos tonos de verde, por lo tanto muchas formas de vida.  La naturaleza se extiende, crece, está en todos lados que veamos, sin importar que hagamos para afectarla. Nos da infinidad de cosas y entre ellas nos da una plantita que su sabor es inconfundible y me atrevería a decir indispensable en la comida mexicana, el cilantro.  Aunque originario del norte de África, el cilantro se arraigó en estas tierras y en la Huasteca (y en otras zonas tropicales) existe un tipo que se llama cilantro espinudo, conocido también como cilantro cimarrón.
Uno de mis hijos va a Huejutla cada mes a visitar a su novia, y cuando regresa me trae diferentes cosas que se dan allá y aquí no las tenemos, realmente me siento como en una corte europea de la antigüedad, con los marineros presentándole a la reina las cosas que traen de las indias. Entre esas cosas está el cilantro espinudo (y unos quesos de los cuales hablaré en otra ocasión), y así se presentó la oportunidad de hacer algo diferente con un ingrediente común y a la vez no.
Finalmente quedó así:


Aderezo Huasteco, delicia de cilantro
Receta original de Emelina Rosas

2 mazos de cilantro espinudo
1 taza de cacahuates sin sal tostados
½ cucharadita de sal
¼ cucharadita de pimienta
2 dientes de ajo
3 cucharadas de cebolla picada
¾ taza de aceite

Ponga en el procesador todos los ingredientes. Y adorne con una hoja de cilantro

Salcera adornada con una hoja de cilantro


Vimos que este aderezo es muy versátil, lo usamos para una botanita sobre galletas saladas adornadas con una rajita de cebolla morada y una tirita de chile habanero, para los que les gusta el picante, o para acompañar con un estupendo espaghetti.


Una botana de altura, con un costo muy bajo

Toda una cena romántica en un plato

(Editado por: Mario Vázquez)