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domingo, 17 de agosto de 2025

Milhojas de calabacita y papa


Las calabacitas son una excelente adición a la dieta por muchas razones. No sé cuál sea la más importante, pero empecemos porque tienen un bajo contenido calórico debido a la cantidad de agua que contienen, lo que ayuda a perder peso. También son una buena fuente de fibra dietética, lo que mejora la regularidad intestinal y previene el estreñimiento.

Son ricas en nutrientes, ya que contienen una variedad de vitaminas y minerales esenciales, que incluyen vitamina C, vitamina A, potasio y magnesio. Estos nutrientes son importantes para el funcionamiento del cuerpo, ya que ayudan a mantener el sistema inmunológico, la salud ósea y la función muscular.

Otra característica es su versatilidad culinaria, pues se pueden preparar de diferentes formas: al vapor, asadas, salteadas, horneadas, en forma de espagueti y hasta crudas. Pueden ser parte de la guarnición, de la sopa, del guisado, de la ensalada, e incluso podemos encontrarlas en panes salados y dulces.

Preparar un milhojas con calabacita y otras verduras es una deliciosa manera de combinarlas en un plato lleno de sabor y textura. Un milhojas de calabacita, papa, cebolla y jitomate es perfecto como plato principal o como acompañamiento para cualquier comida. ¡Disfruta de esta combinación saludable y llena de sabor! 

 

Milhojas de calabacita y papa 

  • 2 calabacitas en rebanadas
  • 3 – 4 jitomates
  • 2 dientes de ajo
  • 2 cebollas
  • 2 papas cocidas y rebanadas
  • 200 gr queso manchego o similar
  • Aceite el necesario
  • Sal y pimienta

 

  1. Muela el jitomate con los dientes de ajo y ¼ de cebolla. 
  2. Fría la salsa de jitomate en una cucharada de aceite y reserve.
  3. Rebane las cebollas. 
  4. Barnice con aceite un sartén o plancha, ponga las calabacitas para que se doren, después las cebollas, por último, las papas. 
  5. Ralle el queso.
  6. En el plato en el que va a servir el milhojas ponga un aro de metal o forme uno con papel de aluminio. 
  7. Ponga una capa de calabacitas, una de cebolla, una de papa y un poco de queso, acomode otra capa de calabacitas, cebolla, papa y queso, termine con una calabacita y queso.  
  8. Bañe con la salsa de tomate caliente y lleve a la mesa.  
  9. Es recomendable que el aro lo quite hasta que esté en la mesa para que no se desbarate el milhojas.


viernes, 29 de marzo de 2024

Huevos en "rabo de mestiza"

En México, el desayuno tradicional es huevo. No importa como los comamos, la mayoría de los mexicanos los desayunamos de diferentes maneras.

En esta ocasión platicaremos sobre los “huevos en rabo de mestiza”. Cuando los probé por primera vez, me dijeron que era un platillo tradicional poblano, que unas personas en algún lugar de Puebla tenían la receta original. Pasado el tiempo (mucho, mucho tiempo), me encontré que los “huevos en rabo de mestiza” no son originales de Puebla. Es más ni siquiera son originales de México, sino de Ecuador, un país en Sudamérica.

Este platillo de la zona costera de Ecuador, consiste en huevos cocidos en una salsa de tomate y cebolla, a menudo condimentada con especias como comino y achiote. El nombre “rabo de mestiza” se refiere a la salsa, que se hace triturando tomates y cebollas hasta que queden suaves, se sazona con comino, achiote y sal, luego, luego los huevos se pochan en esta sabrosa salsa hasta que estén cocidos al gusto del comensal. Es un plato sencillo pero delicioso que muestra los sabores vibrantes de la cocina ecuatoriana.

Por supuesto, a la salsa le podremos agregar rajas de chile poblano, o lo que nuestra imaginación nos diga. Como ya sabemos la globalización nos ha enseñado que lo mismo de aquí, está allá, o más allá.

De todas formas, disfrutemos un delicioso desayuno acompañado de frijolitos, tortillas recién hechas y un sabroso café con leche, o latte, como se llama ahora.

Huevos en "rabo de mestiza" 

  • 6 huevos
  • ½ k jitomates pelados y picados
  • 1 cebolla mediana picada
  • 2 dientes de ajo picados
  • ½ cucharadita comino molido
  • 1 cucharadita achiote
  • Aceite el necesario
  • Sal y pimienta al gusto

  1. En una sartén grande caliente un poco de aceite, agregue la cebolla y el ajo hasta que estén dorados, añada los jitomates y cocine hasta que se hayan ablandado y se forme una salsa espesa, aproximadamente  15 – 20 minutos.
  2. Condimente la salsa con comino, achiote, sal y pimienta y mezcle bien.
  3. Forme pequeños huecos en la salsa con la parte posterior de una cuchara y rompa un huevo en cada uno de ellos. 
  4. Cubra la sartén y cocine a fuego lento hasta que los huevos estén cocidos a gusto del comensal.
  5. Una vez que los huevos estén cocidos, retire la sartén del fuego y sirva caliente con arroz, frijol, o pan fresco.

lunes, 22 de agosto de 2016

Mermelada de Tomate verde



Hace tiempo, allá por la prehistoria cuando recién me había casadoa,  solíamos ir a desayunar a un restaurante estilo escocés muy agradable, donde la comida era muy rica y el servicio era excelente, llamado “Lancer’s” que, lamentablemente ya no existe más.  Las meseras estaban vestidas como escocesas con faldas a cuadros en tonos verdes, blusas blancas, una banda verde con orillas doradas y boina roja. El lugar estaba decorado en verde y la comida era muy rica. 

La mayoría de las veces íbamos a desayunar. Nos ponían en el servicio de la mesa, como en cualquier lado, mantequilla, pan y mermelada. Pero era una mermelada diferente, verde, ya que, si la decoración era verde, porque no la mermelada.  En ese entonces, hace casi 32 años no había kiwis en México, por lo que era raro encontrarla.

Después de dos o tres veces que la comimos preguntamos de que era y que grande fue la sorpresa al enterarnos de que era de tomate verde. Sí efectivamente, era del tomate que se usa para hacer salsa para poner a los tacos, para las enchiladas, para la carne en su jugo, etc.

Después de recordar todo esto con mi esposo, me decidí a hacer esta sabrosa mermelada de tomate verde pero la hice con un toque un poco diferente, veamos la receta.



Mermelada de tomate verde

½ kilo de tomate verde pelado y lavado
300 gr de azúcar
½ taza de agua
½ cucharadita de polvo de 5 especias




Corte el tomate en cubos muy pequeños, vierta en una olla y agregue el agua y el azúcar.  Deje que hierva y reduzca el líquido.  Agregue el polvo de 5 especias y que espese hasta el punto que desee.  Vierta en un frasco esterilizado y hierva y guarde.  








jueves, 3 de septiembre de 2015

El Budín de jitomate es una manera diferente de preparar el jitomate

Al hacer la lista para las compras del mercado les puse que me compraran 2 kilos de Solanum lycopersicum. Regresaron con las compras y me trajeron 1 kilo de jitomate y me dijeron que no lo había apuntado y que siempre les pedía, pero que no supieron que era el Solanum lycopersicum, que dejara de bromear y que pusiera bien la lista.

Es un nombre diferente pero es su verdadero nombre, aunque su apodo todos lo conocemos y es el tomate, tomtera o jitomate.  Es una especie de la familia de las solanáceas originaria de América, Perú o México, y cultivada en todo el mundo para su consumo tanto fresco como procesado de diferentes modos como en salsa, puré, jugo, deshidratado, enlatado, etc.  El fruto, que es el tomate propiamente dicho, es una baya generalmente de forma sub-esférica, globosa o alargada y habitualmente de unos 8 centímetros de diámetro. Es verde cuando inmaduro y que tiene generalmente un color rojo intenso con la maduración. 

Los Mexicas o Aztecas lo conocían como xïctomatl, fruto con ombligo.  Si bien ambos centros de origen del tomate cultivado, Perú y México, han sido postulados y se ha proporcionado evidencia en uno u otro sentido, no existen pruebas concluyentes que apoyen de manera incontrovertida uno de tales sitios como el lugar donde el tomate ha sido domesticado a partir de su ancestro silvestre.

Si es de Perú o de México, o de alguna otra parte de América podría no ser muy importante.  Lo importante es que lo tenemos a la mano y lo podemos preparar de cualquier forma.  Bueno, lo preparé en un budín, un poco diferente pero muy rico.

Una pequeña observación es que en el centro de nuestro país se conoce como jitomate y en el resto de México se le conoce tomate, como en el resto del mundo.






Budín de jitomate.
½ taza de aceite
¾ kilo de jitomate, pelado y en dados
3 dientes de ajo picados
¼ taza de albahaca fresca
2 bolillos del día anterior
4 huevos
½ cucharada de chile en polvo
½ taza de parmesano rallado
Pizca de azúcar
Sal y pimienta
Mantequilla para engrasar

Precaliente el horno a 170°C y engrase con la mantequilla un molde refractario cuadrado.
Corte el pan en cubos pequeños. En un sartén ponga el aceite y fría los ajos, agregue los cubos de pan y fría hasta que estén dorados.  Acomode el pan en el molde preparado. En el mismo sartén ponga los jitomates picados y deje que hierva, sazone con el azúcar, el chile en polvo, sal y pimienta, apague el fuego y agregue la albahaca picada. Vierta en el molde preparado, sobre el pan.
Bata los huevos ligeramente y sazone con sal y pimienta.  Vierta en sobre los tomates.  Esparza el queso y hornee por 20 – 25 minutos. Verifique que esté cocido introduciendo un palillo y si sale seco ya está listo.  Retire del horno y sirva caliente o tibio.










domingo, 23 de noviembre de 2014

Otro gran invento de la pastelería, la pasta de hojaldre

Casi todos conocemos la pasta de hojaldre.  Sabemos que el pastel mil hojas se hace con pasta hojaldrada.

Se le llama mil hojas pues después de su cocción, si está bien elaborado, la masa se separa en finas y crujientes hojas.  Esto es porque la grasa se queda atrapada entre las capas de harina y cuando las horneamos se derrite y forma esas bellas separaciones y ese crujiente extraordinario.

Sobre el origen del hojaldre se dice que por el año de 1613 fue el confitero y pintor Claude Gelée, Le Lorrain (1600-1682) cuando trabajaba como aprendiz de pastelero quiso preparar un pastel especial para su padre enfermo y al olvidar poner la materia grasa a la masa para meter al horno, se la puso en medio y empezó a estirar y a doblar y a estirar hasta que ya no se notaba mucho, aparentemente.  Al hornear fue una grata sorpresa ver que en la pasta que había horneado se habían formado capas.  No dijo nada al dueño de la pastelería y en secreto siguió desarrollando la técnica de esta pasta.

La pasión de Claude Gelée Le Lorrain era la pintura pero al no poder satisfacer sus inclinaciones de pintor por su extrema pobreza fue colocado de aprendiz de pastelero en su pueblo natal.  Fue un dedicado aprendiz y después pastelero pero siempre tenía la intención de pintar y en sus ratos libre se dedicaba a pintar.

Y aquí es donde empieza la leyenda de la creación de la pasta de hojaldre.  Al desarrollar esta pasta para su padre enfermo no le quiso decir nada a su patrón y cuando murió su patrón Claude Le Lorrain se marchó a Nancy y ahí perfeccionó su pasta.  Pero su nuevo patrón lo despreció a él y a su creación.  Por lo tanto con su compañero de trabajo se fue a Florencia con el hermano de éste.  Tanto fue el éxito de los hermanos Mosca que tuvieron que abrir tres pastelerías para satisfacer la demanda.  El único que sabía hacerla era Claude y los hermanos vieron la forma de conseguirla hasta que lo lograron.  Al tener la receta pagaron a unos malandrines para que hicieran prisionero y dejaran morir a Claude.   Y así los hermanos Mosca se erigieron como los inventores de la pasta hojaldrada. 

Pero después de estar prisionero y con casi nada de alimento, empezó a inspeccionar en donde estaba prisionero y se pudo escapar.  Logró llegar a Nápoles y ahí perdió el sentido.  Al despertar se encontraba en una mullida cama y estaba bien cuidado y alimentado. Su benefactor era el pintor alemán originario de Colonia Gottfried Wals con quien estuvo como discípulo de 1619 y hasta 1625 donde salió para ir a Florencia.  Ahí se encontró con la noticia que las pastelerías de los hermanos Mosca se habían incendiado.  Si alguna vez tuvo deseos de venganza en ese momento se le olvidó y siguió dedicándose a la pintura en donde logró cosas maravillosas. Trabajando para algunos afamados nobles entre ellos los que serían los Papas Alejandro VII y Clemente IX.

Con referencia a la pasta de hojaldre sabemos que el gran cocinero Carême continuó con la obra de Claudio creando con la pasta de hojaldre el Vol-au-vent, y el gran pastelero Feuillet, el “Mille-feuilles” o “Mil Hojas” y así sucesivamente siendo los pasteles y pastelillos confeccioniados a base de la delicada y laboriosa pasta de hojaldre.


Hojaldrado de queso azul, tomate y tomillo

200 gr de pasta de hojaldre
4 cucharadas de crema espesa
10 jitomates cherry
100 gr de queso azul
4 rebanadas delgadas de cebolla
2 cucharaditas de tomillo fresco o seco
Sal y pimienta al gusto
1 yema de huevo para barnizar

Precaliente el horno a 200°C.  Extienda la pasta de hojaldre y corte cuatro cuadros y acomode en una charola para horno.  Extienda una cucharada de crema espesa en el centro de cada cuadro. Sobre la crema ponga el queso azul desmenuzado.  Acomode una rebanada de cebolla, ponga 2 ½ tomates en cada cuadro de hojaldre.  Sazone con sal y pimienta al gusto. Esparza las hojas de tomillo. Barnice las orillas y ponga al horno por 15 – 20 minutos o hasta que esté dorado. Retire del horno y sirva con ensalada y aderezo al gusto.