Mostrando las entradas con la etiqueta coco. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta coco. Mostrar todas las entradas

jueves, 11 de febrero de 2021

Galletas de coco de la abuela

 

El ingrediente que vamos a utilizar en estas deliciosas galletas es el coco y como siempre, me di un chapuzón en los libros para saber algo sobre esta fruta tropical que se obtiene del cocotero cuyo nombre es “Cocos nucifera”, y además es la palmera más cultivada a nivel mundial.

El coco es una drupa o fruto simple con una capa exterior gruesa (exocarpio) y un mesocarpio fibroso y otra interior dura, vellosa y marrón (endocarpio) que tiene adherida la pulpa (endospermo) que es blanca y aromática.  Puede medir de 20 a 30 cm y llega a pesar hasta 2.6 kilos.

El principal producto exportado desde las zonas de cultivo es la copra sin procesar, seguida del coco desecado. 

El coco fresco es de uso común en múltiples preparaciones de repostería artesanal e industrial.  Otro mercado interesante tanto en Asia, como en Europa y Norteamérica es el agua de coco envasada, de gran aceptación y cada vez mayor demanda. Que es diferente el agua de coco a la leche de coco. La leche de coco se elabora rallando la carne de coco que se remoja o hierve en agua y de ahí sale la leche de coco.

El nombre “coco” proviene de la era de los descubrimientos, pues a los exploradores portugueses que lo llevaron a Europa les pareció que su superficie café y peluda con tres agujeros les recordaba una cara como la del fantasma de las historias sobre el Coco que se les cuenta en España y Portugal a los niños pequeños para asustarles.

Para saber que el coco es joven, es necesario agitarlo para oír el agua de su interior.

En las playas, muchas bebidas compuestas por agua de coco son servidas en los cocos abiertos.

En fin, seguiré buscando mas datos sobre el coco y así poder charlar un poco más.  Por ahora lo que necesitamos saber es si tenemos coco seco en la alacena para preparar este antojito.

Galletas de coco de la abuela

-1 taza margarina
-1 taza azúcar
-1 taza azúcar moscabado
-2 huevos
-2 tazas harina
-1 cucharadita bicarbonato
-1 cucharadita polvo para hornear
-¼ cucharadita sal
-1 taza hojuelas avena
-1 taza coco seco

En un tazón bata la margarina y los azúcares hasta que se integren.  Agregue los huevos y la vainilla.  En otro tazón mezcle harina, polvo para hornear, bicarbonato y sal. Poco a poco añada la harina a la margarina y azúcares.  Incorpore las hojuelas de avena y el coco.

Divida la masa en cuatro porciones.  Forme un rollo del tamaño deseado, pero iguales, con cada una de las porciones.  Envuelva en plástico y ponga en el congelador por mínimo 2 horas.

Precaliente el horno a 180°C y prepare dos o tres charolas sin engrasar o con papel de hornear.

Retire los rollos del congelador y corte rebanadas de 2 – 3 centímetros.  Acomode en las charolas preparadas y hornee por 10 – 12 minutos o hasta que estén doradas.

Deje enfriar en las charolas por unos 5 minutos y coloque en una rejilla para que terminen de enfriar.

Los rollos se pueden congelar y sacarlos cuando los vaya a utilizar.

 

 





miércoles, 8 de marzo de 2017

Barras de chocolate y coco, un dulce para todos




El día de hoy prepararé un rico dulce que se hornea por unos minutos, para que el chocolate se derrita y cubra las nueces el coco y todo lo que se pone, quedando delicioso.

Pero no quisiera seguir sin antes entender que es el horneado.  Bueno estuve indagando y se dice que es el proceso de cocción por medio de calor seco, que se
efectúa en un horno. Consiste en someter a un alimento a la acción del calor sin mediación de ningún elemento líquido.

Todos conocemos que es lo que generalmente se hornea, panes, pasteles, tartas, bizcochos, etc.  Y ya sea que le pongamos algún tipo de levadura será algo que esponje o sin ella como las galletas.

En este caso no usaremos ningún tipo de levadura pues lo único que vamos a hacer es que nuestras galletas se unifiquen y formen un todo y después este todo se cubra con chocolate y quede delicioso.

Se me hace agua la boca y ya no puedo seguir escribiendo, saben que, me voy a hacer mi postre, está buenísimo y facilísimo.

Disfruten.


Barras de chocolate y coco

3 tazas de polvo de galleta oreo
¼ taza de azúcar
150 gr de mantequilla derretida
1 taza de nueces picado grueso
1 taza de chispas de chocolate
1 lata de leche condensada
1 ½ taza de coco rallado dulce

Precaliente el horno a 175°C, forre una charola con papel aluminio o papel encerado. 
En un tazón mezcle el polvo de galleta, el azúcar y la mantequilla y mezcle, vierta en el molde preparado y presione para que quede parejo, con una ligera alza de ½ cm en las orillas. Hornee por 10 minutos.  Pase a una rejilla, y enfríe por 20 minutos.  Sobre la corteza acomode las nueces y las chispas de chocolate.  Vierta la leche condensada cubriendo la base y procurando que no se vaya abajo (para esto era el alza de ½ cm de la base) pues se quemaría. Esparza el coco.  Hornee de 10 a 15 minutos.  Transfiera a una rejilla para que enfríe completamente.  Retire la placa de galleta del molde y corte en barras.  Acomode en un platón y sirva.




domingo, 19 de febrero de 2017

Tamal de coco es un postre diferente



El tamal es un platillo de origen indoamericano que se prepara a base de masa de maíz y que se rellena de carnes, vegetales, chiles, frutas, salsas, etc y que se envuelve en varios tipos de hojas, como de plátano, de maíz seco o fresco, de maguey, de aguacate, de las hojas del maíz, de hojas de acelga, hay quienes utilizan papel aluminio e inclusive plástico, y se cuece en agua o al vapor. Los tamales pueden ser dulces o salados.

Existe evidencia de que las culturas predominantes en Mesoamérica llevaron el maíz a otras culturas y regiones pero también llevaron consigo los platos y las formas de como cocinarlo.

La forma de cocción del tamal es un método muy sencillo, es posible que haya sido llevado de México a América Central y América del Sur.  Sin embargo, según los arqueólogos Karl Taube, William Saturno y David Stuart los tamales datan del año 100 a. C.  Ellos encontraron referencias pictóricas en el Mural de San Bartolo, en Petén, Guatemala.  Aunque los tamales pudieron haberse trasladado de un país a otro, no hay evidencia de donde a donde fue la migración, si de norte a sur o de sur a norte.

Bueno la migración está muy bien, pero ahora voy a preparar unos tamalitos que vienen de la costa pues ahí es donde se encuentra el coco, sí voy a preparar unos tamales de coco.  Ahora, a trabajar…


Tamal de coco 
250 gr coco rallado seco
250 gr de mantequilla
250 gr de azúcar
1 kilo de masa de maíz
1 cucharadita de polvo para hornear
1 pizca de sal
26 hojas de maíz aproximadamente
2 cucharadas de mermelada de naranja
Coco rallado para servir

Remoje las hojas de maíz en agua tibia por media hora.  Escurra y reserve. Remoje el coco en una taza de agua hasta que se suavice, escurra y reserve.  Guarde el agua del remojo.
En la batidora a velocidad media, bata la mantequilla hasta que esponje, agregue el azúcar, la masa, el polvo para hornear, la sal y el agua donde se remojó el coco, hasta formar una pasta suave.  Sumerja una bolita de masa en un vaso con agua, si flota la masa ya está lista, si no continúe batiendo.  Por último, incorpore el coco.
Unte la masa a cada una de las hojas de maíz y cierre.  Cueza al vapor por una hora.

Para servir, unte a cada tamal con una línea delgada de mermelada de naranja y espolvoree con coco rallado al gusto.


miércoles, 29 de abril de 2015

Galletas con coco rallado, deliciosas.



Estas galletas las preparé con coco rallado que se compra en los supermercados o en las tiendas de materia prima y es muy fácil adquirirlo, pero pienso que retirar la pulpa del coco es algo trabajoso.

Para sacar la pulpa, puede envolver el coco en un trapo de cocina o en una servilleta de tela más o menos gruesa, de tal forma que pueda azoar contra el piso sin que los fragmentos se dispersen por toda la habitación.  Aunque también se puede partir en dos con un machete.

Si el coco es muy tierno, algunas personas recomiendan meterlo al horno por unos 15 minutos a 200°C hasta que se escuche un ruido, como un método para que se desprenda con facilidad la pulpa.

Si no está muy seco el coco, la piel marrón que recubre la pulpa es suave y se puede comer. El coco contiene grasa que resulta algo indigesto si se abusa, tanto de la pulpa, la leche y del agua de coco.
Pero estas galletas no nos caerán indigestas, al contrario, son un buen digestivo con un café o con un té, para niños con un vaso de leche.

Mantecados a la marroquí

250 gr de harina
60 gr de mantequilla fundida
7 cucharadas de aceite
120 gr de azúcar
100 gr de coco rallado
1 cucharadita de polvo para hornear
Una pizca de sal

Precaliente el horno a 175°C y engrase ligeramente una charola de horno. Mezcle la harina con el coco, el polvo para hornear, el azúcar y la sal.  Añada la mantequilla fundida y el aceite.  Mezcle bien con las manos hasta que se integre bien.  Tome un poco de la masa y forme una bola del tamaño que desee, aplaste ligeramente y ponga en la charola preparada.  Si quiere las puede hacer con molde también.  Hornee por 12 – 15 minutos aproximadamente. Retire del horno y sirva en un platón.  Si desea puede espolvorearlas con azúcar glas.  Estas galletas se pueden hacer sustituyendo el coco con ajonjolí o naturales.






miércoles, 13 de agosto de 2014

Para una reunión de traje.

Me dijo mi esposo que nos íbamos a reunir para cenar con nuestros amigos y que como era una reunión de “traje” teníamos que llevar algo. En seguida me ofrecí a llevar unas salchichas con queso crema y chipotle para la botana, aunque tampoco podía faltar un rico y sabroso panqué.

Como la fresa es una fruta muy delicada, yo siempre la he utilizado casi siempre como decoración o como relleno y nunca en el interior del pan, pero esta vez me animé a poner las fresas dentro del panqué y no solamente en la decoración.

Debo confesar que el resultado es espectacular, pues la acidez de la fresa le da un toque delicioso a este panqué, el cual es sumamente fácil de preparar y queda buenísimo.

Si desean pueden decorar con algunas fresas  frescas más. 



Panqué de fresas y coco

2 tazas de fresas frescas
3 1/8 tazas de harina
2 tazas de azúcar
1 cucharada de canela molida
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de bicarbonato
1 ¼ tazas de aceite vegetal
4 huevos
1 ¼ tazas de coco rallado

Precaliente el horno a 180°C y engrase y enharine un molde grande para panqué o 2 medianos.
Rebane las fresas y ponga en un tazón con ½ taza del azúcar.  En otro tazón cierna harina, azúcar, canela, sal y bicarbonato y agregue el coco, revuelva.  A las fresas con azúcar agregue los huevos ligeramente batidos y el aceite. Vierta los ingredientes líquidos en los sólidos y revuelva suavemente hasta que se incorpore todo.  Vierta en los moldes preparados y hornee 1 hora aproximadamente o hasta  que al insertar un palillo este salga limpio. Deje enfriar y sirva.

lunes, 21 de julio de 2014

Este “coco” no asusta.

Cuando le dije a mi hijo menor que me pasará el coco para hacer un postre para la reunión a la que iba yo a ir, me dijo que no porque le daba miedo el “coco” y es que en la era de los descubrimientos, los exploradores portugueses llevaron a Europa el coco, con su superficie marrón y peluda les recordaba las historias sobre el “coco” que se contaban en España y Portugal a los niños pequeños para asustarles. Esta historia del coco se ha mantenido en todos los países de habla hispana, siendo similar al “boogeyman” ingles.

Otro dato curioso sobre el coco es que son mencionados en el poema Mahawamsa de Sri Lanka del siglo II a.C.  El posterior Culawamasa dice que el rey Aggabodhi (575 – 608) plantó un jardín de cocoteros de 3 yojanas de largo, probablemente fue la primera plantación de cocos de la que se tiene registro.

Pero no nos asustemos y hagamos este postrecito que está super fácil y super rico. Disfrútenlo.







 
Cuadros de coco

3 huevos
1 ½ tazas de azúcar
¾ taza de harina
2 tazas de coco rallado
100 gr de mantequilla derretida y fría

Precaliente el horno a 175°C y engrase y enharine un molde de horno. En un tazón bata los huevos con el azúcar hasta que esté pálido, agregue la harina y el coco y mezcle hasta que se incorpore todo.  Añada la mantequilla derretida.  Vierta en el molde preparado y hornee de 30 a 35 minutos o hasta que al insertar un palillo este salga limpio.

Cuando esté frío desmolde y corte en cuadros. Sirva.

lunes, 31 de marzo de 2014

Cree, esfuérzate, supérate.

Si queremos algo tenemos que trabajar para conseguirlo. Tenemos que poner nuestros 5 sentidos para lograrlo. Tenemos que esforzarnos al máximo. Esto pasa en todos los aspectos de nuestras vidas. Desde pequeños, nos tenemos que esforzar para poder gatear, para poder sentarnos o para caminar. Cuando crecemos, nos debemos de esforzar en la escuela, haciendo las tareas o las responsabilidades. En fin, en toda nuestra vida enfrentamos siempre retos que nos hacen buscar el esfuerzo necesario para llevarlo a cabo.
En ocasiones cuando vamos a hacer un pastel pensamos que son muchos los trastes que lavar. Mucho que recoger. Pero ahí estamos mal. Debemos de tener la decisión de hacerlo hacerlo. También podemos buscar recetas que sean fáciles, que no ensucien mucho, pero que tenga un sabor delicioso.
Este pastel de coco es un pastel sabroso que se hace con un poco de esfuerzo, pero que bien vale la pena.
 

Pastel de coco

4 huevos
75 gr harina
220 gr azúcar
100 gr coco rallado
125 gr mantequilla fundida
300 gr de crema dulce
180 ml de leche
1 cucharada ralladura de limón
60 ml de jugo de limón
2 cucharadas azúcar glas

Precaliente el horno a 180°C y engrase y enharine un molde de 22 cm. 

Bata los huevos con el azúcar en un tazón grande, agregue la harina poco a poco sin dejar de batir.  Añada el coco, la mantequilla, la crema dulce, la leche, la ralladura y el jugo e integre completamente.  Vierta en el molde preparado por 45 minutos o hasta que al insertar un palillo salga limpio.  Deje enfriar al menos 20 minutos antes de cortarlo.  Espolvoree con el azúcar glas.

martes, 4 de marzo de 2014

Un suspiro en la cocina, la recompensa de nuestro arduo camino.

En palabras del gato de Cheshire creado por Lewis Carrol, “puedes llegar a cualquier parte, siempre que andes lo suficiente”.
Es una frase un tanto simple pero con un significado un tanto más profundo. A diferencia de ciertas frases, no te marcan el hecho de que si te esfuerzas llegarás a cierto objetivo. Aquí el gato nos dice que no importa lo que hagamos, llegaremos a algún lado. Cierto, quizá no sea el resultado que queramos, pero será un resultado. Así pues, al tener infinito y un caminos distintos, tenemos que nosotros elegir por cual ir. Aunque podemos ir por la deriva y esperar por lo mejor, también podemos tomar al toro por los cuernos y elegir el camino que nosotros queramos, no el que nos toque.
Para llegar a un fin, siempre debemos esforzarnos, trabajar con anticipación, planear; pero a veces estamos tan ocupados que nos dejamos guiar por la corriente y entre tanto planeamiento perdemos de vista tantas cosas no planeadas que nos pueden echar a perder nuestro “gran plan”. Por ejemplo, una de las cosas más olvidadas es la comida. En estar de un lado al otro sin detenernos, no muchas veces nos detenemos a abrir el refrigerador y preparar la comida. Total, decimos, siempre es más fácil pasar a un restaurante de comida rápida y llevarnos el sándwich o la hamburguesa. Cada vez cocinamos menos por esto mismo, consideramos que la cocina es difícil, y cuando ponemos un programa de cocina, vemos que el chef utiliza ingredientes que son casi imposibles que el espectador obtenga. Esto, más el hecho de que no suelen hacer cosas fáciles pero sabrosas, es algo que nos detiene, que nos disuade de entrar a la cocina a menos que sea necesario.

Es por eso que tenemos que darnos un suspiro, hacer la comida es sorprendentemente fácil, y tan rápido, que podemos darnos el tiempo en nuestro atareado modus vivendi. Por eso les traigo esta receta, no será nada mágica como los hongos de Alicia en el país de las Maravillas, ni tan difícil de tratar como Humpty Dumpty, y es tan sencilla de hacer que solamente necesitamos de pequeños suspiros de nuestro día. El primer ponemos nuestro pollo a marinar y hacemos nuestro empanizado (que guardaremos en un frasco), y al día siguiente lo empanizas y lo pones en tu horno eléctrico para que sin mucho barullo se cocine. Un total de 10 minutos, repartido en dos días. Bastante rápido, ¿no creen?
Aquí tienen al pollo, peleando entre ellos.


Empanizado de coco




2 tazas de hojuelas de maíz (corn flakes)
½ taza de coco deshidratado
½ taza de nueces
1 cucharadita sal
3 cucharadas de pan molido
½ cucharadita de pimienta
Marinada:
2 tazas de yogurt
2 cucharadas de salsa valentina o al gusto
2 cucharaditas de ajo picado
1 cucharadita de cebolla en polvo
1 cucharadita de sal
6 piezas de pollo o 1 kilo de camarones

En una bolsa hermética ponga el yogurt, la salsa valentina, el ajo picado, la cebolla en polvo, la sal y los camarones y dejamos marinar por mínimo 2 horas (hasta 24 horas)
En la licuadora o el procesador ponga las nueces, el coco, las hojuelas de coco, el pan molido, sal y pimienta.
Vierta en una charola y empanice el pollo o los camarones marinados (sin secar)  Acomode en una charola engrasada ligeramente y hornee a 180°C por 30 minutos, voltee las piezas  si son muy grandes y deje en el horno por 15 minutos más, si es el pollo, si son los camarones, solo se deberán hornear 30 minutos en total.  Sirva caliente.
El guacamole lo puede agregar a su antojo. Rico rico.




























(Editado por: Mario Vázquez)

lunes, 3 de marzo de 2014

¿La pareja perfecta? El mito del andrógino en la cocina.

Una de las cosas más importantes de nuestras vidas es buscar a nuestra otra mitad. Incluso la persona más “intelectual” buscan a esta pareja porque nadie quiere estar solo (excepto los ermitaños, pero ellos no cuentan). De hecho existe un mito griego, contado por Platón en sus diálogos de “El Banquete” . Este mito nos cuenta acerca de una especie de ser primordial, con dos cabezas, torsos unidos, tanto hombres como mujeres. Zeus, deseando tener más seguidores (todavía no existía el twitter, y aun así quería más seguidores), dividió a estos hombres con su relámpago y mando a Apolo a curarlos. Cuando ya estaban sanos, estos nuevos hombres y mujeres deambulaban por el mundo, buscando a su otra mitad. En palabras del propio Aristófanes (personaje de estos diálogos): “Cuando el que ama a los jóvenes o a cualquier otro llega a encontrar su mitad, la simpatía, la amistad, el amor los une de una manera tan maravillosa, que no quieren en ningún concepto separarse ni por un momento”. En otras palabras,
 uno va por la vida pasando, sintiendo, viendo, pero en un momento dado aparece algo o alguien que es nuestra pareja perfecta, la otra mitad de nosotros que nos complementa.  Hay cosas que son tan completas de sabor que parece mentira que necesiten una pareja, pero no es el caso del coco.  Al parecer no necesita parejas, pero a lo largo del tiempo encontramos que se puede llevar muy bien con otros muchos elementos,  en este caso, lo combinamos con un fruto del sudeste asiático, ácido de por sí, que se suaviza con la unión al coco y al final podría decirse que hacen una pareja perfecta.


Una barrita de sabor


Barritas de limón y coco

1 ½ tazas de harina
½ taza de azúcar glas
1 cucharadita de ralladura de limón
150 gr mantequilla fría
4 huevos
1 ½ tazas de azúcar refinada
½ taza de jugo de limón
2 cucharaditas de ralladura de limón
1 cucharadita de polvo para hornear
¾ taza de coco rallado

En un tazón mezclamos, harina, azúcar, ralladura de limón.  Agregamos la mantequilla fría en cuadritos y trabajamos con un tenedor hasta que se vuelva como avena.  Se vierte en un molde engrasado y enharinado y  presione para formar una capa. Ponga en el horno a 180°C por 15 minutos. 

Se revuelve en otro tazón la azúcar refinada, los huevos y la ralladura de limón.  Mezcle bien y agregue el jugo de limón. Posteriormente añada el polvo de hornear y vierta en la base caliente.  Esparza el coco y hornee por 25 minutos más.  Retire del horno, deje enfriar y corte en barritas.
Una vez partido, el pay queda desaparecido.




























(Editado por: Mario Vázquez)

viernes, 28 de febrero de 2014

El coco en mi vida

Siendo yo oriunda de una zona tropical/costeña (Joy de Tabajco, para quien no jepa), siempre me han dicho que si se hacer recetas con coco. La respuesta es que si, se bastantes recetas de coco, y sin atraer al estereotipo, el coco ha sido parte importante de mi vida. A mis abuelos y a mis papas les encantaba el coco, sobre todo el agua de coco (a mi sobre todo me encantaba esta agua, aunque teniéndola que pelear con mis abuelos y papas, la cantidad de agua o de carne de coco que me tocaba era muy poca). Mis recuerdos de mis papas y abuelos son muy gratos para mí, es gracias a ellos que soy como soy. (Mi papa solía comerse mis platillos sin decir nada negativo sobre de ellos, por más incomibles que fueran).
¿Saben? Estoy pensando como si del coco hubiera una metáfora. Tal vez que el coco es como la vida, dura, aunque rellena de delicias.
 
Perfectas para comer como sea, o donde sea.

Galletas de coco

150 gr coco rallado
100 gr azúcar
1 huevo batido ligeramente
Ralladura de 1 limón


En un tazón mezcle el coco rallado, azúcar y ralladura de limón,  añada el huevo e integre todo completamente.  Con  una cucharita ponga montoncitos en una charola engrasada y enharinada. Hornee a 175°C de 12 – 15 minutos, hasta que estén doradas las orillas.  Sirva.





(Editado por: Mario Vázquez)