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viernes, 8 de noviembre de 2024

Tostadas de plátano asado con miel y cacahuates

 

Las tostadas de plátano asado con miel y cacahuates combinan una deliciosa mezcla de texturas y sabores que despiertan los sentidos. El dulzor natural del plátano se realza con el toque caramelizado del asado, mientras que el crujido de los cacahuates contrasta perfectamente con la suavidad del requesón. Esta receta no solo es un placer para el paladar, sino que también es fácil de preparar, ideal para un desayuno o merienda lleno de energía.

El plátano, protagonista de esta receta, tiene una historia fascinante. Aunque hoy lo consideramos un alimento común, los plátanos que conocemos provienen del sudeste asiático, específicamente de la región que hoy comprende Malasia, Indonesia y Filipinas. Se cree que los primeros cultivos de plátanos domesticados datan de hace unos 7.000 años, y a lo largo de los siglos se extendieron por todo el mundo gracias a los comerciantes árabes y, más tarde, los colonizadores europeos. Curiosamente, la mayoría de los plátanos modernos que comemos hoy son de la variedad Cavendish, que se popularizó tras una enfermedad que arrasó con la anterior variedad más común.
Por otro lado, el pan, ese acompañante tan versátil, tiene una historia aún más antigua. Se remonta a unos 12.000 años en la región del Medio Oriente, donde las primeras civilizaciones empezaron a cultivar trigo y otros cereales. El pan, en sus diversas formas, ha sido un pilar en muchas culturas, desde las sencillas tortillas en América hasta las hogazas de Europa. Su versatilidad lo convierte en el complemento perfecto para casi cualquier alimento. En esta receta, el pan tostado añade el crujiente necesario para equilibrar la suavidad del plátano y el requesón.
Un detalle simpático de esta receta es que combina ingredientes que, históricamente, provienen de distintas partes del mundo. Mientras que los plátanos tienen sus raíces en Asia, el pan y la miel están profundamente ligados a la dieta de las civilizaciones mediterráneas y europeas. Los cacahuates, por su parte, son originarios de América del Sur, lo que convierte este platillo en una mezcla cultural deliciosa. Es un pequeño reflejo de cómo los alimentos de diferentes orígenes pueden fusionarse en algo sencillo pero especial.
En definitiva, estas tostadas de plátano asado con miel y cacahuates no solo son un deleite gastronómico, sino también un pequeño viaje por la historia de algunos de los ingredientes más antiguos y apreciados del mundo. Al prepararlas, no solo disfrutarás de un bocado delicioso, sino que también honrarás una larga tradición de comercio y cultura alimentaria. 

Tostadas de plátano asado con miel y cacahuates

  • 4 rebanadas de pan
  • 4 plátanos, cortados por la mitad a lo largo
  • 4 cucharadas de requesón
  • ¼ taza de miel
  • 100 g de cacahuates tostados

 

  1. Tueste las rebanadas de pan por ambos lados, así como las mitades de plátano.
  2. Mezcle el requesón con dos cucharadas de miel, o ajuste al gusto.
  3. Esparza el requesón sobre las rebanadas de pan tostado.
  4. Coloque dos mitades de plátano asado sobre cada tostada.
  5. Rocíe con miel y espolvoree los cacahuates tostados por encima.
  6. Sirva y disfrute.

 

miércoles, 21 de febrero de 2024

Enchiladas verdes de Cacahuamilpa

En cada sitio, región o estado encontramos incontables recetas de enchiladas, tal es el caso de estas enchiladas verdes de Cacahuamilpa, que son una exquisitez culinaria arraigada en la región de Guerrero y tienen sus orígenes en las ricas tradiciones gastronómicas locales. 

La meticulosa combinación de ingredientes frescos, como tomates verdes, chiles y cilantro, da vida a la característica salsa verde que define este platillo.  El nombre “Cacahuamilpa” se vincula a la región, famosa por sus majestuosas cuevas, donde las comunidades han cultivado los componentes esenciales de estas enchiladas a lo largo de generaciones, infundiendo así un carácter único a la receta.

La preparación de estas delicias implica sumergir las tortillas de maíz en la vibrante salsa verde, rellenándolas con opciones como pollo desmenuzado, carne de res o queso, para luego enrollarlas y hornearlas. Este proceso cuidadoso y la combinación de sabores frescos y picantes han convertido a las enchiladas verdes de Cacahuamilpa en un auténtico emblema gastronómico, no solo de la región, sino en todo México.  La fusión de ingredientes de calidad y técnicas culinarias tradicionales, han catapultado este platillo a la fama, conquistando paladares y consolidándolo como un tesoro culinario que refleja la riqueza de la cultura mexicana.

Las grutas de Cacahuamilpa se encuentran en el Estado de Guerrero, parte en el Estado de Morelos.  Cacahuamilpa significa en Náhuatl “en la sementera del cacahuate” o sea “en la tierra sembrada de cacahuate”.

Enchiladas verdes de Cacahuamilpa

 

  • ¾ taza cacahuates salados
  • 6 chiles poblanos asados
  • 2 chiles poblanos asados para el adorno
  • 2 dientes de ajo asados
  • 1 cebolla chica asada
  • 1 taza leche entera
  • Sal
  • Aceite el necesario
  • 24 tortillas de maíz
  • Pollo deshebrado para el relleno
  • 200 gr queso fresco rallado
  • ½ cebolla rebanada delgado

 

  1. Fría los cacahuates y ponga en la licuadora con los chiles, cebolla, ajo y leche y muela.  
  2. Vierta en una sartén y fría la salsa.  
  3. Ponga caldo del pollo o más leche hasta ajustar la consistencia y sal.  
  4. No debe quedar demasiado espesa, como si fuera mole. 
  5. Pase las tortillas por aceite caliente. 
  6. Retire el exceso de aceite con servilletas de papel. 
  7. Sumerja la tortilla en la salsa, rellene con el pollo, enrolle o doble, bañe con la salsa y adorne con queso fresco rallado, cebolla y rajas de plátano. 
  8. Si las tortillas son hechas en el momento, saliendo del comal, añada una cucharada de salsa y el pollo deshebrado, doble o enrolle y bañe con la salsa, espolvoree el queso, la cebolla y el chile.

miércoles, 13 de enero de 2021

Turrón de cacahuate

Existe un fruto seco que se consume muchísimo en México y en todo el mundo, aunque uno de los países que más lo consume son los Estados Unidos.  Este fruto que es muy conocido es el cacahuate también llamado cacahuete y maní.  No dudo que existan más nombres con el que se conozca pero estos son los más comunes.

Lo que no todos sabemos es que se siembra a finales de la primavera y se recolecta a finales de otoño.  Su cultivo se pierde en la antigüedad pues los pueblos indígenas lo cultivaron como queda constancia en los descubrimientos arqueológicos realizados en Pachacámac y otros puntos de Perú.  Allí se hallaron representaciones del cacahuate en piezas de alfarería y vasijas.

En África se difundió con rapidez y pasó a ser un alimento básico en la dieta de numerosos pueblos, razón por la cual algunos autores sitúan el origen del maní en este continente.  Y no se desperdicia nada, pues las cáscaras se empleaban como combustible.

Hoy en día, los principales países de cultivo son China y la India, donde se utiliza sobre todo como materia prima para la producción de “aceite de cacahuete”.

Si decimos maní vemos que es una palabra de origen taíno y es el nombre que predomina en algunos países de habla hispana, tanta para nombra la planta como el fruto y la semilla.  Esta palabra también puede provenir del idioma guaraní en la que se denomina mandubí.

El término cacahuate es un nahuatlismo proveniente de cacahuatl (cacao). En náhuatl se denomina Tlalcacahuatl, que significa “cacao de la tierra”, compuesto por tlalli -tierra, o suelo- y cacahuatl -granos de cacao- porque la vaina con sus semillas está bajo tierra.

Este postre está estupendo y no lo dudes, también es muy fácil de elaborar. No dejes de prepararlo.

Turrón de cacahuate


-250 gr mantequilla cacahuate
-1 lata leche evaporada
-1 lata leche condensada
-5 huevos
-1 cucharadita vainilla
-100 gr cacahuate picado

En la licuadora ponga la leche evaporada, la leche condensada, los huevos, la vainilla y la mantequilla de cacahuate.

Vierta en un molde y ponga en el horno a baño maría, a 180°C por 45 minutos o hasta que esté cuajado.  Retira del horno y deje enfriar.

Voltee y sirva con el cacahuate triturado encima.

lunes, 27 de agosto de 2018

Cacahuates garapiñados

Los cacahuates son una botana común en todas las reuniones, pero los cacahuates caramelizados son una botana con unos puntos extras.

Para ganar esos puntos extras con nuestros invitados solo tenemos que mezclar agua, azúcar y cacahuates y crear un fenómeno que se llama “inversión del azúcar”, que significa que se disuelve y después se cristaliza nuevamente creando la textura dulce y crocante que lo caracteriza.  La palabra garapiñar significa “bañar un fruto seco o una golosina en azúcar hecho caramelo de modo que esto se solidifique formando grumos”.

El origen de esta comida se pierde en el tiempo y el espacio, bueno eso es un decir, porque ya sabemos que los antiguos egipcios ya conservaban las nueces y fruta con miel.

Bueno, esto de nueces y miel para hacer garapiñados, es una trampa pues con los mismos ingredientes se elaboran los turrones, que hablaremos sobre ellos en otro momento.

La primera receta de garapiñada conocida es lade Emma Paddock Teiford en su libro de 1908 The Evening Telegram Cook Book, aunque difiere un poco de como lo conocemos hoy en día, pues recomendaba enfriar y luego cortar en cuadros.

Hacer frutos secos garapiñados es algo muy común en países de América Latina como en Argentina, Chile, México y Uruguay donde se venden en la calle en pequeños paquetes, sobre todo en otoño o invierno, para la Navidad.

En Japón se elabora el amanattó, un dulce tradicional originalmente elaborado con judías azuki, aunque también hay versiones con cacahuates.

En Asia son populares algunas recetas de halva (pasta de sémola) con cacahuate entero cocido con azúcar de palma.

Bueno, basta de tanto bla, bla, bla.  Dicen mis hijos que en ocasiones hablo mucho y si bien es cierto me encanta hacerlo.

Otra cosa más, se puede garapiñar cualquier semilla o fruto seco.  Almendras, nueces, ajonjolí, pepitas, etc., es la misma receta.







Cacahuates garapiñados

1 taza de azúcar
½ taza de agua
1 taza de cacahuates
½ cucharadita de vainilla
Color rojo al gusto

En un sartén de preferencia esmaltado y bastante grande, ponga el azúcar y el agua, ponga al fuego y agregue los cacahuates, la vainilla y las gotas del colorante. Deje que se vaya espesando y cuando vea que se están empanizando retire del fuego y vierta en una charola. 













jueves, 12 de julio de 2018

Palomitas con cacahuates y caramelo

Hemos estados platicando de las palomitas de maíz y seguiremos hablando de ellas, pero en esta ocasión nos referiremos a la historia de las palomitas, pero en Mesoamérica y América del Sur.

Por ejemplo en Colombia, durante la época precolombina, los habitantes las hacían como tentempié en las fiestas de las ciudades acompañadas de chicha u otra bebida.  Durante la época colonial, los conquistadores encontraron restos de palomitas en tumbas de hacía más de 1500 años, pero otros investigadores descubrieron que estas se hacían ya hacia mas de 500 años AC, en la costa atlántica y para el año 1500 habían desarrollado nuevas técnicas para darle un sabor dulce a las mismas.

En México en las ciudades prehispánicas se vendían a granel como leguminosas y se llamaban momochtli (en idioma náhuatl).
Se preparaban en el momento introduciendo maíz en ollas de barro muy calientes o poniendo granos sobre ceniza ardiente.  En la península de Yucatán, los mayas también usaban las palomitas de maíz con fines rituales y gastronómicos.

En el Antiguo Perú, varios pueblos ya elaboraban palomitas de maíz bastante antes de la llegada de los españoles, al haberse encontrado en tumbas restos de ellas con mas de 1000 años de antigüedad.  Los arqueólogos también encontraron ollas para palomitas de maíz pertenecientes a la cultura Moche que dan de 300 d.C.









Palomitas con cacahuates y caramelo
5 tazas de palomitas ya reventadas
2 tazas de cacahuates salados
1 ¼ tazas de azúcar moscabado
50 gr de mantequilla sin sal
¼ taza de miel de maíz
2 cucharaditas de vainilla
1 cucharadita de vinagre blanco
½ cucharadita de sal
¼ cucharadita de bicarbonato

En una cacerola ponga a fuego medio el azúcar moreno, la mantequilla y la miel hasta que se derrita. Incremente el fuego y deje que hierva hasta que alcance una temperatura de de 255°F, esto tomará alrededor de 5 minutos. 
Retire del fuego y añada la vainilla, el vinagre, la sal y el bicarbonato. 

Vierta sobre las palomitas con muchísimo cuidado de no quemarse y revuelva con una pala de madera.  Deje enfriar y sirva.

lunes, 18 de junio de 2018

Cacahuates caramelizados










¿Sabes quién es Arachis hypogaea? ¿No? ¿Quieres que te lo diga?.

No es nada más ni nada menos que el cacahuate.

El cacahuete, andrei o maní, son algunos de los nombres que tiene, aunque yo prefiero el nombre básico de "cacahuate."  Es una legumbre de la familia de las  Fabaceae cuyos frutos se consideran frutos secos que contienen semillas que son muy apreciadas en la gastronomía.

Nació hace unos 9400 años en la actual región sub-andina del sur de Bolivia, y fue el cruce de dos especies silvestres.  Las semillas fueron recolectadas por los antiguos pobladores de estas regiones y llevados por la Cordillera de los Andes.

Tom Dillehay, arqueólogo estadounidense descubrió los restos de los cacahuates más antiguos, de hace 7840 años, en Paiján y en el valle de Ñanchoc, actualmente Cajamarca en Perú, en la parte alta del río Zaña, que resultó ser el lugar de cultivo más antiguo del continente.

En quechua se llama inchik y fue consumido y representado desde las culturas y ciudades más antiguas de América.  Se utilizaban en la gastronomía, la lagua o leche de inchik y el inchicapi que eran la chicha fresca y la sopa, respectivamente.  El inchik está presente cincelado en las estatuas de deidades en los templos de la civilización chavín, 1200 años a.c. en el centro-oeste de Perú.

Se introdujo a Mesoamérica desde el sigo I a.c. según el registro de Tehuacán, en el estado de Puebla, en donde se le llamó en náhuatl tlacáhuatl o “cacao de la tierra” y se volvió parte de los ingredientes para preparar mulli o mole, para ofrecer a los grandes dioses mesoamericanos.  En las islas del Caribe, esta semilla se conoce como maní, en lengua taíno.

La forma de la cáscara de la semilla fue utilizada por los mochicas (en Perú) en representaciones antropomorfas de varias clases, en joyas de oro, plata y cobre, como por ejemplo los collares de oro del Señor de Sipán en el siglo III.

Mil años después, los incas usaron el aceite extraído del inchik mezclado con el aceite de una especie de árbolde ungüente, utilizando el resultado para la protección de la piel.

Los conquistadores españoles conocieron el consumo de esta semilla al llegar al continente americano en un mercado de Tenochtitlán en el siglo XVI.  El comercio de las potencias europeas de la Edad Moderna introdujo la semilla en otros continentes.

George Washington Carver, botánico afroestadounidense los propuso como cultivo alternativo al algodón por los años de 1850. En la actualidad su cultivo se ha extendido por regiones de Asia, África y Oceanía.

Después de tanto conocimiento, se antojan unos cacahuates caramelizados, que es lo que nos atañe en esta entrada.

















Cacahuates caramelizados

½ kilo de cacahuates naturales con cáscara roja
1 taza de azúcar
¼ taza de agua
1 cucharadita de aceite vegetal

En una cazuela o sartén ponga el azúcar, el agua y los cacahuates, ponga al fuego y deje que se vaya caramelizando, mueva para que no se pegue ni se queme.  Cuando el azúcar se haya derretido y se vea como caramelo vierta en una charola engrasada con la cucharadita de aceite.  Deje enfriar.