No hay nada
mejor que el pan recién horneado. Cuando
pasamos al lado de una panadería parece como una caricatura, dado que sentimos
un olor en forma de mano que nos jala de la nariz y nos lleva volando hasta
adentro de la panadería y se puede decir que nos obliga a comprar el pan que
acaba de salir.
Hace muchos años
cuando mis hijos entraban a la escuela a las 7:00 de la mañana, empezaba yo a
preparar mi comida y mis panes o pasteles que íbamos a comer ese día. Y eso era casi todos los días. Un día una señora que no conocía tocó a la
puerta y me dijo:
-Señora,
disculpe la molestia, pero no me vende pan.
Miré yo paso por aquí todos los días y siempre huele a pan y bueno siempre
se me antoja. ¿No vende usted?
- no señora –le contesté-
solo lo hago para el consumo de casa, pero le invito uno para el antojo.
El pan que hacía
yo no lo hacía para vender, después los pasteles sí los vendía y durante muchos
años entregue pasteles a salones de fiesta. Y también en ocasiones que me
encargaban si los hacía.
Y sigo haciendo
pan, pasteles, galletas, panqués, o algo, siempre hay en casa algo de pan recién
hecho.
Les invito a
hacer este pan que es muy rico pero también es muy fácil.
Pan casero de orégano
350 gr de harina
¾ taza de agua
tibia
3 cucharadas de
aceite
1 cucharada de
levadura seca
2 cucharadas de
miel
1 cucharadita de
sal
1 cucharadita de
hojas de orégano
Cobertura:
1 cucharadita de
miel
¼ cucharadita de
hojas de orégano
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