lunes, 23 de junio de 2014

Una receta muy bien guardada.

Una de las especialidades más característica de la cocina portuguesa son los pasteles de Belém, que en portugués se dice “pastéis de Belém.” Son también conocidos como pasteles de nata.
Son unos panquecitos de crema elaborados según una receta secreta que no ha sido develada en casi doscientos años y que supuestamente solo tres personas la conocen en el planeta (el dueño de la pastelería, el panadero, yo y ahora ustedes). Tanto la pasta como la crema empiezan a elaborarse en la “oficina do segredo” y es un proceso que dura dos días.

Se cree que fueron creados antes del siglo XVIII por las monjas del convento lisboeta de los Jerónimos, situado en la freguesía de Belém a las afueras de Lisboa. Debido a la revolución liberal portuguesa de 1820 se cerró el monasterio en 1836 y fue entonces que el panadero del convento decidió vender la receta al empresario portugués Domingos Rafael Alves.
Al principio se pusieron a la venta los pasteles elaborados conforme a la receta del monasterio en un ingenio de caña de azúcar situado cerca del monasterio de los Jerónimos.
En 1837 se abren las instalaciones anexas al ingenio que se transforman en la pastelería Casa Pastéis de Belém. Desde entonces se trabaja en este local ininterrumpidamente tanto para la venta como para el consumo. La pastelería sigue siendo propiedad de los descendientes de Alves.

Tanto la receta original como el nombre de pastéis de Belém son marca registrada. Las pastelería de Alves elabora a la fecha unos 20,000 pastelitos diarios.
Estos pastelitos son muy populares en China a donde llegaron a través de Macao en los tiempos en que esta ciudad era una colonia portuguesa. En chino, los pasteles de Belém se llaman “dan ta,” que significa pastel de huevo. Un dato curioso es que McDonalds incluyó el “dan ta” dentro de su oferta de postres y esta popularidad ha hecho que empiece a ser posible encontrar los pasteles de Belém en otros países asiáticos como Camboya.

Mancha, el dálmata, apoya a la selección de Portugal.


Pasteles de huevo y canela estilo Belém
 
300 gr de pasta de hojaldre
2 cucharadas de canela.
6 yemas de huevo
½ litro de leche
1 raja de canela
200 gr de azúcar
50 gr de harina
Para servir
2 cucharadas de azúcar
1 cucharadita de canela

Estirar la pasta de hojaldre en forma rectangular.  Espolvorear con canela y enrollar. Cortar el rollo en 12 piezas.  Extender cada una de estas piezas con el rodillo hasta formar un círculo que se pueda acomodar en un molde de panqué.  Continuar con todas las piezas.  Refrigerar.
Revolver las yemas de huevo con la mitad de la azúcar, la harina y 1 taza de leche y batir bien. Verter el resto de la leche, el resto del azúcar y la raja de canela en una olla y poner a hervir.  Cuando hierva agregue colando la mezcla de las yemas y no deje de batir la preparación con un batidor de globo para que no se formen grumos. Cuando esté espesa y tersa retirar del fuego.
Dejar enfriar pero taparla con un plástico al contacto para que no haga nata.  Llenar los panquecitos preparados y hornear a 200°C por 20 – 25 minutos o hasta que estén dorados.  Espolvorear con azúcar y canela para servir.

Manchas, el dálmata, es descendiente de portugueses.

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