lunes, 9 de junio de 2014

Es todo un mango…

El mando es una fruta de la zona intertropical, de pulpa carnosa, dulce y de buen sabor. Es una fruta que es, usualmente, de color verde en un principio y amarillo, naranja e incluso rojo cuando madura, con un sabor ácido si no ha madurado por completo.
El mango es de origen asiático de India y Birmania y comprende numerosas variedades, la mayoría de ellas obtenidas por injerto. El mango que crece de manera natural en la zona intertropical americana fue traído a mediados  del siglo XIX en el Brasil por los portugueses. 
Algunas curiosidades que se destacan sobre los mangos es que en la película “The Mission” (Roland Joffé, 1986) que se ubica a mediados del siglo XVIII aparecen varios árboles de mango siendo que llegaron a Brasil a mediados del siglo XIX.
Otra similar es en la película “Apocalypto” (Mel Gibson, 2006) cuando los guerreros mayas llegan con los prisioneros a la ciudad, en la escena donde se está realizando la venta de las mujeres, se puede ver a uno de sus habitantes comiendo un mango, incluso se ve un puesto de venta de este fruto.  Esto es un anacronismo pues el mango es originario de la India y lo trajeron los portugueses a América en el S. XIX.
Al final de la novela “El general en su laberinto”  (1989) en los agradecimientos, señala que el historiador Vinicio Romero Martínez le advirtió sobre el error que sería escribir que Simón Bolívar comía mangos como “deleite infantil”, cuando el mango todavía no había llegado a América.
El mango es una muy buena fuente de antioxidantes capaz de neutralizar los radicales libres y dotar al organismo de poder defenderse en contra la degradación de las células, pues contienen una riqueza increíble en ácidos, vitamina C y tiene un alto contenido en vitamina A y flavonoides.
Existe un refrán en Cuba, Panamá, República Dominicana y Venezuela que dice “Agarrar los mangos bajitos” que habla de una expresión popular que aconseja  aprovechar la ocasión más sencilla y fácil en vez de las difíciles y arriesgadas, en El Salvador existe la expresión “es como bajar mangos donde no regañan”, cuando se refiere a una situación que se pudo superar sin mayor dificultad, en la Ciudad de México cuando una persona tiene cualidades físicas admirables se dice “está hecha un mango” o “es un mangazo”.
Después de saber algunas cosillas más sobre el mango, por qué no disfrutamos de este riquísimo postre de mango.
 


Pastel tropical de mango

Pan:
6 huevos
90 gr de azúcar
90 gr de harina
2 cucharadas de ralladura de naranja
Relleno:
200 gr de queso mascarpone
200 gr de queso crema
200 gr de crema dulce
50 gr de azúcar
2 cucharadas de ralladura de naranja
50 ml de Grand Marnier (opcional)
Armado:
Jugo de 2 naranja
50 ml de Grand Marnier (opcional)
4 mangos pelados y rebanados

Pan: precalentar el horno a 180°C y engrasar y forrar con papel encerado y volver a engrasar una charola para niño envuelto.
Batir los huevos con el azúcar hasta que dupliquen su tamaño. Agregue la harina y la ralladura de naranja  con un batidor de globo en forma envolvente.  Vierta en la charola preparada y hornee por 10 – 12 minutos.  Cuando enfríe retire el papel encerado y corte círculos del tamaño del molde que va a usar para armarlo.
Relleno: en la batidora ponga el queso mascarpone, el queso crema suavizado, la crema dulce, el azúcar, la ralladura de naranja y el Grand Marnier si lo usa.  Bata hasta que todo se integre y se formen picos duros
Armado: revuelva el jugo de naranja con el Grand Marnier si lo usa. En un molde desarmable, en un aro o en un molde normal forrado de película plástica que sobresalga de los extremos, ponga un círculo de pan y con una brocha moje con el jugo de naranja.  Ponga la mitad del relleno, coloque una capa de mangos rebanados.  Coloque la segunda capa de pan, moje con el resto del jugo de naranja, cubra con el resto del relleno y decore con los mangos.  Cubra con la película plástica que sobresale de los extremos del molde y refrigere por lo menos 4 horas.
Retire del molde que utilizó, corte la parte inferior de la película plástica y acomode sobre el platón en el que va a servir.  Retire completamente la película plástica, decore si gusta con frutos rojos y sirva.


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