Hay postres y pasteles ricos en todas partes del mundo,
pero los que comimos en nuestra niñez y adolescencia son los inolvidables y después de mucho tiempo de no comerlos, los
probamos y nos saben deliciosos.
Eso me pasa cuando en ocasiones como alguno de esos postres o pasteles de
antaño.
En esta ocasión hice un postre que mi mamá hacía. Es un
postre tabasqueño muy rico que se llama “torta flotante.”
Me acuerdo que cuando lo hice para mi esposo la primera
vez se divirtió mucho con el nombre, pues cuando sirves la torta ya no flota,
por lo que me empezó a decir que era una torta hundida o submarina. De todas
formas le gustó mucho, pero cada vez que la hago se muere de risa por el
nombre.
Pero no importa, está riquísima y la seguiré haciendo
aunque en ocasiones no flote mucho.
Torta flotante
8 huevos separados
8 cucharadas de harina
1 cucharadita de polvo para hornear
2 litros de leche
300 gr de azúcar
2 rajas de canela
Precaliente el horno a 180°C. Hierva la leche con el
azúcar y las rajas de canela. Vierta la
leche hervida en un molde de horno y meta al horno.
Bata las claras hasta que estén firmes, agregue las yemas
de una en una a velocidad baja, agregue la harina cernida con el polvo para
hornear de cucharada en cucharada. No
bata en exceso.
Vierta la mezcla de huevos con harina a cucharadas sobre
la leche que esté en el molde del horno.
Deje hornear por 10 – 12 minutos. Retire del horno y deje enfriar. Sirva con frutos rojos si gusta o con una raja de canela.
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