domingo, 25 de enero de 2015

El bote de galletas mágico, nunca se acaba.






Mi esposo es profesor de matemáticas, es profesor de Universidad por parte de la UNAM, da clases en Preparatoria y Secundaria en un colegio y en otro da clases de Secundaria y a los niños de primaria les da un taller de matemáticas.  En este taller los niños juegan y parece que no estudian pero aprenden muchísimas matemáticas.

Estos niños quieren mucho a su profesor y en la pasada Navidad le llevaron regalos. Esos regalos eran en su mayoría chocolates de todo tipo y sabores y también latas de galletas.

Mi nieto, que es igual de goloso que su abuelo, está acostumbrado a comer una galleta después de la comida.  Va por la lata de galletas, la abre con su dientitos y saca una (no se preocupa en tapar la lata ni en guardarla nuevamente), se sienta en el suelo y se come la galleta.

No es el único que se come las galletas pues tiene ayuda de sus tíos, de su abuelo y de su mamá. En cuestión de días, las galletas se terminaron.  Por esa razón, para que todavía hubiera, hice estas galletitas sencillas de mantequilla.




Galletas sencillas de mantequilla

125 gr de mantequilla suavizada
55 gr de azúcar
180 gr de harina
1 pizca de sal

Precaliente el horno a 175°C y lave y seque unas charolas para hornear.
En un tazón revuelva la mantequilla con el azúcar y la sal, agregue la harina y forme una bola.  Ponga en una bolsa y refrigere por 30 minutos.  Divida la masa en cuatro partes y amase ligeramente.  Extienda sobre mesa enharinada y corte con la forma y el tamaño deseado.  Ponga en charolas sin engrasar y hornee por 20 – 25 minutos.  Coloque en una rejilla para que se enfríen completamente.














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