Su fruto es el melocotón o
durazno aunque también es conocido como presco o piesco. Contiene una única
semilla encerrada en una cáscara dura, el “hueso”. Esta fruta, normalmente de piel aterciopelada,
posee una carne amarilla o blanquecina de color dulce y aroma delicado. A la variedad que no tiene la piel
aterciopelada se le llama nectarina, pavia o pelón.
Los melocotones, junto con las
cerezas, ciruelas y albaricoques son frutas de hueso botánicamente llamadas
drupas. Se dividen en variedades cuya
carne se separa fácilmente del hueso y en otras que se adhieren firmemente a
él, como la variedad llamada “pavia”.
Las variedades de carne blanca
son típicamente muy dulces, con escaso gusto ácido y las más populares de
países como China, Japón y sus vecinos asiáticos, mientras que las de carne
amarilla, predilectas de los países europeos y norteamericanos, poseen un fondo
ácido que se paladea junto al dulzor. La
piel de ambas variedades tiene tonos rojizos.
En esta temporada que están
hermosos los duraznos, hice este rico pan de durazno.
1 ½ tazas de harina
1 cucharadita de polvo para
hornear
½ cucharadita de bicarbonato
¼ cucharadita de sal
1 pizca de jengibre
100 gr de mantequilla suavizada
¾ taza de azúcar morena
3 huevos
1 cucharadita de vainilla
2/3 taza de crema
2 duraznos pelados y en gajos
Azúcar glas para decorar
Precaliente el horno a 180°C y
engrase y enharine un molde redondo desmoldable. En un tazón cierna harina,
polvo para hornear, bicarbonato, sal y jengibre. En otro tazón bata la mantequilla con el
azúcar, incorpore los huevos y la vainilla.
Añada la crema hasta que se integre bien. Añada la harina cernida y mezcle. Vierta en el molde preparado. Acomode los gajos de durazno sobre el batido
en forma decorativa. Hornee por 45 – 50
minutos o hasta que al insertar un palillo este salga limpio. Deje enfriar por diez minutos en una
rejilla. Deje enfriar completamente y
decore con el azúcar glas.
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