Ya sé, he dicho y vuelto a decir que no me gustan los
caldos, pero las sopas consistentes sí me gustan y más cuando hace algo de frío
o estoy muy cansada. Aclaró que podemos clasificar a las sopas en tres
bloques según su consistencia: las sopas
muy líquidas como el consomé; las sopas
ligadas o cremas, en estas se trituran las verduras cocidas haciendo un puré y
ligando con crema o con un roux (en las sopas llamadas veloutés,
se parte de un roux que se diluye con un caldo o fument y se puede añadir yema
de huevo); la tercera categoría engloba
los cocidos, potajes y un sinfín de sopas en las que los ingredientes se sirven
en pedazos pequeños en el caldo.
Una segunda clasificación es de
acuerdo con la temperatura de la sopa, que puede ser sopa fría o caliente.
Como ejemplos de sopas frías
tenemos el Borscht (Ucrania), Gazpacho, Ajoblanco y Salmorejo (España),
Okroshka (Rusia), Tarator (Bulgaria) y no podíamos olvidar la Vichyssoise
(Francia).
Sopa de calabaza con leche de coco
4 tazas de cubos de calabaza
1 poro picado
2 cucharadas de mantequilla
1 litro de leche de coco
150 gr de tocino picado
½ taza de vino blanco
Sal y pimienta al gusto
Hojuelas de coco para decorar
En una olla grande ponga la mantequilla y el tocino y fría hasta que
esté dorado. Retire el tocino y en la
misma grasa fría la calabaza y el poro.
Cuando ya esté dorado el poro y la calabaza agregue el vino blanco y
deje que se reduzca levemente. Muela la
calabaza y el poro con parte de la leche de coco y licúe hasta que tenga una
consistencia muy tersa. Vuelva a poner
en la olla y añada el resto de la leche de coco. Deje que hierva y sazone con sal y
pimienta. Sirva la sopa decorando con el
tocino y las hojuelas de coco.
4 raciones.
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