La lenteja es un alimento con una alta concentración de
nutrientes. Los hidratos de carbono son
los más abundantes y están formados por almidón. Sus proteínas vegetales,
aunque en buena cantidad son incompletas, puesto que son deficitarias en
metionina (aminoácido esencial). No obstante, si se combinan con cereales como
el arroz, alimento rico n dicho aminoácido, se convierten en proteínas de alto
valor biológico, equiparable a las que aportan los alimentos de origen
animal. El contenido en lípidos es muy
bajo. El aporte de fibra, aunque
importante es también inferior al de otras leguminosas.
En cuanto a vitaminas, son ricas en B1, B3 y B6 y no lo
son tanto en ácido fólico. Contiene gran
cantidad de zinc y de selenio pero sobre todo de hierro. El selenio es un mineral antioxidante que
protege a las células del organismo humano de la oxidación provocada por los
radicales libres.
En resumen, son muy nutritivas pero también muy
ricas. En esta ocasión las preparé como
acompañamiento de un pastel de pollo y quedaron insuperables.
Lentejas como guarnición
1 taza de lentejas cocidas
2 zanahorias picadas finamente
8 champiñones rebanados
2 dientes de ajo
½ cebolla en cubitos
2 – 3 ramas de tomillo
Aceite de oliva al gusto
Sal y pimienta
Vinagre balsámico al gusto
En una sartén fría la cebolla y el ajo, agregue las
zanahorias y deje que se cuezan. Añada
los champiñones y el tomillo. Sazone con
sal y pimienta. Agregue las lentejas, un
poco más de aceite de oliva y un poco de vinagre balsámico. Deje que todo se sazone y sirva caliente.
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