jueves, 18 de diciembre de 2014

Al hornear las bolitas de mantequilla no querrán salir de la cocina.



Estoy preparando las cosas para hacer unas sabrosas galletas de mantequilla que estoy segura que mi nieto, mis hijos y mi marido harán desaparecer cuando estén horneadas y sin que yo tenga oportunidad de decir algo.

Tenemos suerte de vivir en esta época pues solo vamos al supermercado y compramos la mantequilla y realmente no es un producto caro, pero en la época medieval, en Francia, Holanda y en Irlanda, la producción era artesanal y se consideraba un producto caro, por esta razón solo la utilizaban las clases más pudientes o quienes la comercializaban.  En el sur de Europa en cambio, se prefería el aceite de oliva o la manteca de cerdo.  Solo los países de religion musulmana o judía, en el mediterráneo, llegaron a utilizar ya en la Edad Media la grasa de vaca para sustituir a la de cerdo, y solo en algunas preparaciones dulces.  En países como Portugal, Italia y sur y este de España, el consumo de grasa de cerdo ha ido decreciendo, pero se ha sustituido directamente por aceite de oliva y no por mantequilla.

En el año 1870 la aparición de la margarina, invento del químico francés Hippolyte Mége-Mouriés, hizo que se pudiera distribuir entre las poblaciones algo parecido a la mantequilla a menor costo.

El consumo per cápita de la mantequilla ha descendido en la mayoría de las naciones occidentales durante el siglo XX, en parte por la popularidad de la margarina, que es menos cara y se parece como si fuera más sana.  En los Estados Unidos el consumo de margarina durante la década de 1950 era mayor que el de la mantequilla y hoy en día ese es el caso en otras naciones como Venezuela y Colombia.  En la zona Mediterránea se sigue prefiriendo el aceite de oliva.

Bolitas de mantequilla

200 gr de mantequilla suavizada
1 cucharadita de vainilla
½ taza de azúcar glas
¼ cucharadita de sal
2 tazas de harina
Azúcar glas extra para cubrir las galletas


Precaliente el horno a 200°C y lave y seque unas charolas de horno.  Bata la mantequilla con la vainilla y agregue la azúcar poco a poco, incorpore la sal y la harina.  Forme una bola.  Tome porciones de la masa y forme bolitas que colocará en las charolas sin engrasar.  Hornee por 12 – 14 minutos o hasta que esté ligeramente doradas por abajo y al agitar suavemente la charola se muevan.  Retire del horno y revuelque en el azúcar glas.  Sirva frías.






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