Al chile chipotle se le llama
también chilpoctle o chilpotle, no importa como lo digamos pero su origen es
Náhuatl que es chilpoctli o xipoctli, que significa chile ahumado. Es un tipo de chile, normalmente de la
variedad del jalapeño, que se ha dejado madurar hasta enrojecer y secar.
Este producto, cuyo uso va más
allá de las fronteras de México, se elabora a partir de un chile y diversos
aderezos y en su estado final tiene un aspecto café, con aroma muy picante y
sabor complejo. Los chiles chipotles se
pueden comprar enlatados o a granel en muchas tiendas y mercados de México. En
ocasiones se pueden conseguir recién preparados generalmente en adobo aderezado
con jitomate y piloncillo y en este caso son jugosos.
Existen algunos platillos en
los que se utiliza esté chile y así le dan su nombre o su característica. Tenemos por ejemplo el pollo al chipotle, las
tortas Baja California, el caldo tlalpeño y ciertas salsas para asado. Pero su principal uso es como acompañamiento
opcional para otro tipo de platillo como las tortas.
Aunque la variedad de chile más
común para hacer chile chipotle es el jalapeño, también se usa el mora, el
morita y el pasilla.
El cronista Bernardino de
Sahagún hace notar que el chile ahumado, llamado también pochchilli y ahora
chipotle, podía ser encontrado en el mercado de Tlatelolco en la Ciudad de
México, en el siglo XVI.
½ cucharadita de comino
3 cucharadas de aceite de oliva
1 ½ cucharadita de sal
2 – 3 chiles chipotle adobados
sin semillas y picados
1 cucharadita de orégano seco
½ taza de agua tibia
3 ¾ tazas de harina
1 cucharadita de levadura
300 gr de queso gouda rallado
Aceite de oliva para barnizar
Orégano seco para decorar
En el tazón de la máquina de
pan o en el de la batidora ponemos el comino, el aceite de oliva, la sal, los
chiles chipotles picados, el orégano seco y el agua tibia. Encima ponemos la harina y la levadura. Amasamos.
Si es en la máquina de pan ponemos el ciclo de amasar y lo dejamos hasta
que termine. Si lo hacemos en la batidora amasamos y cuando todo esté integrado
y se forme una bola, lo ponemos en un tazón engrasado y lo dejamos reposar
hasta que doble su volumen, aproximadamente 2 horas.
Precalentamos el horno a 180° y
engrasamos una charola ligeramente. Cuando haya doblado su volumen ponchamos la
masa y la estiramos el doble de tamaño de la charola para hornear, colocamos la
masa sobre la charola, esparcimos el queso rallado sobre la masa, barnizamos
con agua la orilla de la masa para que se pegue la parte que vamos a cerrar
sobre el queso. Barnizamos con el aceite
de oliva, le ponemos encima el orégano seco y la dejamos que leve en un lugar
tibia por media hora. Horneamos
alrededor de 12 – 15 minutos o al agitar suavemente la charola se despega. Retiramos
del fuego y servimos. Tibia o fría.