El pastel de queso es uno de los postres más comunes del
mundo y quizá uno de los más antiguos que utilizan lácteos diferentes de la
leche. El primer registro que hace mención al pastel de queso viene desde los
antiguos Juegos Olímpicos griegos.
Marcus Porcius Cato (o Cato “el viejo”) escribió la receta para su
preparación en uno de sus tantos libros de cocina Romana, llamados “De
Agricultura”.
Una antigua forma de pastel de queso podría haber sido un
plato muy popular en la Antigua Grecia, incluso antes de la adopción romana del
platillo con la conquista de Grecia. La mención escrita más temprana de un pastel de queso fue hecha por el médico griego
Aegimus, que escribió un libro sobre el arte de hacer queso. Catón el Viejo, en su manual De Agricultura
incluye recetas de dos pasteles para usos religiosos: libum y placenta. De los dos, placenta es el más parecido a la mayoría de los pasteles de queso
modernos, con una corteza que se prepara y se cuece por separado. Es importante señalar que a pesar de que a
estas primeras formas se les llamó “pasteles de queso”, difieren mucho en sabor
y consistencia del pastel de queso contemporáneo.
El pastel de queso se dio a conocer a través del tiempo,
ya que formaron parte del menú que degustaron los atletas que participaron en
los primeros Juegos Olímpicos de la historia, que tuvieron lugar en el año 776
a.C. El exquisito pastel se difundió a
través de Europa después de que los romanos conquistaron Grecia.
Sin embargo, la fabricación de queso se remonta hasta
2000 a.C., los antropólogos han encontado moldes de queso que datan de este
período. Mientras el imperio avanzaba
sobre los distintos países, los colonizadores iban descubriendo que la
elaboración de queso era algo común a todos los pueblos, e incorporaban nuevas
técnicas culinarias que aplicaban para recrear el pastel de queso
enriqueciéndolo con diferentes combinaciones.
Integrado definitivamente al patrimonio gastronómico
europeo, este postre cruzo el atlántico con el flujo de inmigrantes que
llegaron a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida. En 1872 un quesero norteamericano al intentar
copiar el queso “neufchátel”, un queso de origen francés, terminó creando un
queso cremoso que con el tiempo dariá lugar al nacimiento del famosísimo “queso
Philadelphia”.
Pastel de queso con frutos rojos
Costra:
1 barra de mantequilla derretida
2 tazas de migas de galletas “marías”
2 cucharadas de azúcar
Pizca de sal
Relleno:
1 kilo de queso crema a temperatura ambiente
1 ¼ tazas de azúcar
1 ¼ tazas de crema ácida
6 huevos ligeramente batidos
1 cucharada de vainilla
1 cucharada de ralladura de naranja
1 cucharada de ralladura limón
Cobertura:
¾ taza de crema ácida
½ taza de azúcar glas
½ cucharadita de vainilla
Salsa de frutas rojas
1 taza de fresas
1 taza de zarzamora
1 taza de frambuesas
1 taza de azúcar
Ralladura de 1 limón
Jugo de 1 limón
Precaliente el horno a 175°C. Costra: con la mantequilla
derretida barnice el molde desmoldable (27 cm) que vaya a utilizar. Revuelva la
galleta molida con la azúcar y la pizca de sal, agregue la mantequilla y
revuelva. Vierta sobre el molde
barnizado y presione con el dorso de una cuchara o con la base de una taza
hasta que quede parejo y compacto. Hornee de 15 a 18 minutos o hasta que esté
ligeramente dorado. Forre el molde con papel aluminio por fuera para que no se
humedezca la costra cuando se ponga al baño maría.
Relleno: acreme el queso crema, añada el azúcar y bata hasta que esté cremoso. Agregue la crema ácida y revuelva raspando los bordes. Incorpore la vainilla, las ralladuras y los huevos y vierta en el molde envuelto con la costra de galleta horneada. A un molde más grande que el utilizado para el pastel de queso, vierta agua caliente y coloque el molde del pastel. Hornee por 1 hora 15 minutos aproximadamente, las orillas del pastel estarán firmes pero el centro estará ligeramente suav e. Retire dl horno, vierta la cobertura y hornee por cinco minutos más. Apague el horno y deje el pastel de queso dentro por una hora más. Pasado ese tiempo, retire el pastel del horno y deje que se enfríe en una rejilla. Pase un cuchillo afilado por todo el rededor. Cuando ya esté frío cubra y refrigere por al menos 8 horas. Pasadas las 8 horas retire el pastel de queso del refrigerador y retire el aro del molde removible. Coloque en el platón que vaya a servir y decore con los frutos rojos.
Cobertura: mezcle la crema con el azúcar glas y la
vainilla.
Salsa de frutas rojas: vierta todos los ingredientes en una olla y ponga a hervir, cuando hierva machaque con un prensa puré. Deje enfriar.
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