sábado, 15 de noviembre de 2014

Seguimos platicando del higo

Hace unos 2000 años vivió el Rey Mithridates de Pontus en una región del mar Negro que hoy pertenece a Turquía, era ambicioso, déspota, por lo que tenía muchos enemigos que pretendían envenenarle. Pero él, desarrolló una estrategia que, según la leyenda, le dio buenos resultados.  En forma  permanente ingería pequeñas dosis de los venenos más conocidos, con el objeto de ir adquiriendo inmunidad y esos venenos los comía acompañados de higos en la creencia que “le daba vida”.

En los principios de los Juegos Olímpicos, los atletas ganadores eran coronados con hojas de higo y como premio les entregaban higos para comer.  Esta planta en la Antigua Grecia era símbolo de honor y vigorosidad.  También se encuentra presente en la Mitología Griega.  Cuando se dio la guerra de los titanes, Zeus perseguía a Gea y a su hijo Syzeus, cuando  la estaba por alcanzar, Gea se transformó en una higuera, pasando desapercibida, de este mito la antigua ciudad de Sikea toma su nombre (significa higo en griego antiguo).  Antiguos grabados griegos presentan a la diosa Demeter (diosa madre o diosa de la agricultura) sexuada con higo cortado por la mitad.

Entre los Helenos, en la fiesta de Dionisio (Baco) los guerreros portaban un falo tallado en la madera del higo, mientras los jóvenes se adornaban con higos cortados en forma longitudinal.  Caton “El Viejo” utilizó un higo para destruir Cartago.

Cleopatra no se escapa de la historia del higo, ya que ella fue envenenada por una serpiente aspid que llegó en un canasto con higos.

En la Edad Media como el costo del azúcar era alto, los nobles, para la fiesta de cuaresma asaban higos con una hoja de laurel y esta receta tomaba el nombre de “tailliz de cuaresma” era una especie de budín.

En Mallorca, donde la agricultura siempre ha sido una de sus puntos fundamentales para su supervivencia, el higo también tenía una importante función, alimentar a la población y a los animales pero además formaba parte de un estatus, ese se medía por la cantidad de pan de higo que tenían las familias, a más pan de higo, más estatus social y viceversa.  El pan de higo que todavía se hace, está elaborado con higos secos prensados con almendras en su interior, algunos también le añadían semillas de hinojo.  Como alimento era muy importante, pues en cualquier época del año era un imprescindible alimento con una fuente muy fuerte de calorías para poder afrontar los duros trabajos del campo.

Lomo de puerco en salsa de higos

2 kilos de lomo de cerdo
2 cucharadas de aceite de oliva
2 cucharadas de mantequilla
2 cucharadas de harina
¼ cebolla en trozo
½ cebolla picada
1 diente de ajo entero
1 diente de ajo picado
2 cucharadas de vinagre balsámico
4 cucharadas de miel
3 tazas de caldo en que se coció el lomo
8 higos frescos
Sal y pimienta

Selle el lomo de cerdo con el aceite de oliva y ponga a cocer con agua suficiente, sal, pimienta,  un trozo de cebolla y el diente de ajo entero.  En un sartén ponga la mantequilla y agregue la cebolla picada cuando esté blando agregue 2 higos en cubitos y el harina, deje que se cueza la harina y agregue ½ taza de caldo del lomo de puerco.  Licue y regrese a la sartén.  Agregue el vinagre balsámico y la miel y el resto del caldo. Deje que hierva y rectifique el sazón con sal y pimienta.  Rebane el resto de los higos y agregue a la salsa.  Sirva el lomo en rebanadas con la salsa por encima.






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