En días pasados fuimos a la
boda de la hija de una muy querida amiga nuestra la cual fue en Ciudad Hidalgo,
Michoacán. Nos fuimos todos, y en este
todos pudimos contar dieciséis amigos con sus familias. Estos amigos lo han sido por más de treinta y ocho años y, además de celebrar la boda, celebramos el haber salido de la carrera
profesional hace treinta y tres años.
El grupo original que salió en 1981 fue de veinticinco compañeros y desde entonces, hasta ahora, no han cejado en el empeño de seguirse reuniendo cuando menos una o dos veces al año, en ocasiones hasta más.
El grupo original que salió en 1981 fue de veinticinco compañeros y desde entonces, hasta ahora, no han cejado en el empeño de seguirse reuniendo cuando menos una o dos veces al año, en ocasiones hasta más.
A lo largo de este tiempo se
contó con el sensible fallecimiento de un compañero y otros han mudado su residencia y no se han
podido encontrar; también hay algunos
que prefirieron borrar esa época de su vida y no quieren volver a acordarse. Pero el resto, ha perseverado.
Así se veía la mesa de dulces un bosque
en donde los árboles que hicieron que se perdieran estos pequeños niños eran
malvaviscos, fruta y panecitos, que se podían bañar con un delicioso chocolate.
Para transportarnos a ese
bosque de delicias, podemos nosotros preparar estas brochetas y si no tenemos
una fuente para el chocolate, no importa; lo derretimos en el microondas o en
la estufa y podremos transportarnos a ese cuento, claro está que sin la bruja.
Fresas frescas
Uvas
Malvaviscos de 2 tamaños
diferente
Mini roles de canela
Chocolate oscuro
Crema
Brochetas
En cada brocheta ponemos en el
orden que deseemos las frutas y los malvaviscos y el mini rol que de
preferencia lo ponemos en la punta.
Derretimos el chocolate y la crema
a partes iguales.
Cuando tomamos nuestra brocheta
la sumergimos en el chocolate.
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