martes, 21 de julio de 2015

Calalletas o gallebaza así llamaron en casa a estas Galletas de calabaza.



 Mi esposo entra a trabajar a las 7 de la mañana y se va de casa a las 6:30 a.m., y antes de que se vaya a trabajar le preparo té y le doy algunas galletitas, de preferencia de las que hago yo. 

Digo que de preferencia de las que hago yo porque esas las disfruta plenamente, pero no es él el único que las come con tanto gusto.  Mis hijos y mi nieto también las saborean al máximo. Y cuando son galletas compradas se las comen porque no hay otra cosa pero no les gusta tanto.

En esta ocasión hice unas galletas de calabaza de Castilla pues tenía en el congelador unos paquetes de puré de calabaza que me habían sobrado de la época de muertos o Halloween que me regalaron una calabaza como de 20 kilos que tuve que cocer y empaquetar.  Como están congelados se conservan bastante bien pues los empaco con  bastante esmero y procuro que todo esté bien sanitizado.

La calabaza de Castilla es un baya de cáscara dura. Todas estas calabazas son de tamaño grande, parece ser que la que me regalaron fue de las más pequeñas. 

Galletas de calabaza

2 tazas de puré de calabaza simple
2 tazas de harina
1 cucharadita de polvo para hornear
1 cucharadita de sal
1/3 taza de azúcar
40 gr de mantequilla suavizada
1 huevo

Precaliente el horno a 200°C y prepare charolas para horno engrasándolas ligeramente.
Bata la mantequilla con el azúcar hasta que acreme, agregue el huevo y el puré de calabaza, integre bien todos los ingredientes.  Añada el harina con la sal y el polvo para hornear y revuelva con una cuchara de madera hasta que no quede rastro de la harina.  Ponga cucharadas de la masa en las charolas preparadas y hornee por 10 – 15 minutos o hasta que las orillas estén ligeramente doradas y estén completamente cocidas.  Sirva tibias o a temperatura ambiente.














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