viernes, 18 de julio de 2014

Rojo como el color del amor

En el Siglo XVI, de la mano de los españoles llegó el jitomate a Europa, de origen americano, aunque a ciencia cierta no se sabe si es Perú o México su país natal, pero lo que si se sabe es que en América se conoce desde antes que los españoles llegaran a América.
Dentro de las creencias del pueblo se decía que quienes presenciaban la ingestión de las semillas del tomate eran bendecidos con poderes adivinatorios.

Cuando llegó a Europa en 1540 creció con mucha facilidad por el clima mediterráneo.  Hay referencia de que en Italia los primeros tomates que se cultivaron eran de color amarillo, y en 1554 fueron descritos por el botánico italiano Piero Andrea Mattioli como “pomo d’oro”.  En Nápoles se descubrió un libro de cocina con recetas a base de tomate que fue publicado en 1692, y ahora como entonces, aparentemente el autor tuvo como fuentes recetas españolas.  En Francia, en el S.  XVIII fueron conocidos como “pomme d’amour” (manzana del amor); hoy los tomates de color rojo están más extendidos.

En Gran Bretaña el tomate se comenzó a cultivar hasta 1590.  Uno de los primeros cultivadores fue John Gerard, un peluquero- cirujano. El libro titulado “Hierbas de Gerard” fue publicado en 1597, y fue en gran medida plagiado de fuentes continentales, pero es también uno de las referencias más antiguas del tomate en Inglaterra.
Gerard supo que el tomate se consumió tanto en España como en Italia, sin embargo él afirmaba que era tóxico.  Los puntos de vista de Gerard eran influyente y el tomate se consideró no apto para ser consumido durante muchos años en Gran Bretaña y sus colonias norteamericanas.  Sin embargo, en el siglo XVIII el tomate se consumió extensamente en Gran Bretaña y antes de que terminara ese siglo la Enciclopedia Britannica indicó que el tomate era “de uso diario” en sopas, caldos y aderezos.

El tomate más pesado fue uno de 3.51 kilos del tipo “delicious”, granja de Gordon Graham, en Edmond, Oklahoma en 1986.
La planta de tomate mas grande fue una del tipo “Sungold” y creció 19,8 m de largo, crecida en Un triculture Ltd, (UK) Mawdesley, Lancashire, Reino Unido en 2000.





Tartaletas de tomate fresco

1 ½ tazas de jitomate picado
1 cucharadita de ajo picado muy fino
2 cucharaditas de cebolla picada
2 cucharaditas de vinagre de vino
½ cucharadita de salsa inglesa
½ cucharadita de salsa de soya
¼ cucharadita de pimienta negra recién molida
1 cucharadita de orégano seco
Sal al gusto
½ taza de queso parmesano rallado
300 gr de pasta de hojaldre
Para barnizar
1 yema
Para decorar
Aguacate al gusto
Cebolla de cambray rebanada
Hojas de orégano

Precaliente el horno a 200°C por 15 minutos. Extienda la pasta de hojaldre y corte círculos del tamaño deseado, coloque en charolas sin engrasar y refrigere.
Mezcle el jitomate picado, el ajo, la cebolla, el orégano, el vinagre de vino, la salsa inglesa, la salsa de soya, la pimienta negra y sal al gusto.
Retire los círculos de masa del refrigerador y barnice con la yema de huevo las orillas.  Ponga en el centro dos cucharaditas de la mezcla de jitomate, sin líquido.  Rocíe el queso parmesano por encima y hornee por15 – 20 minutos o hasta que las orillas de la tartaleta estén doradas.
Decore con el aguacate, la cebolla y las hojas de orégano.





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