Mis hijos me regalaron un
recetario de comida tailandesa y al estar leyéndolo se me antojó esta sopa
agripicante, pues en estos días que ha estado haciendo un poco de frío, (ni
tanto, pues apenas estamos a 10°) y todos deseamos comer algo caldoso, calientito
y sustancioso.
La proteína de esta sopa es
tofu que es una comida oriental.
Sus ingredientes son semilla de
soya (algunos le dicen soja), agua y solidificante o coagulante. Se preparara mediante la coagulación de la
que se llama “leche de soya” y su prensado posterior para separar la parte
líquida de la sólida, de modo parecido a como se prepara el queso a partir de
la leche. Tiene una textura firme parecida a la del queso, también es de sabor
delicado, de color blanco crema y suele presentarse en forma de cubos.
La leyenda china atribuye su
invención al príncipe Liu An (179 – 122 a. C). El tofu se originó en
China. El tofu y su técnica de producción
fue introducido a Corea y Japón durante el período Nara. También se difundió a
otras partes del Este Asiático. Es muy
probable que su difusión coincidiera con la expansión del budismo, ya que es
una importante fuente de proteínas en la dieta vegetariana del budismo
asiático.
Li Shizhen de la dinastía Ming,
describe un método de hacer tofu en el Bencao (Bencao con cedilla) Gangmu.
Durante más de dos mil años,
los chinos han consumido tofu como alimento cotidiano. Aunque está compuesto básicamente de proteínas
y el colesterol está ausente de sus componentes, destaca su permeabilidad para
absorber sabores de otros alimentos, ya que es incoloro, inodoro e insípido.
Algunos de los platos
elaborados con tofu tienen una historia interesante. El “Mapo tofu”, por
ejemplo, una de las especialidades más famosas de la provincia suroccidental de
Sichuan, fue inventado de manera accidental durante la dinastía Qing
(1644-1911) cuando a una mujer llamada Wen Qiaoqiao se le ocurrió guisar carne
picada y queso de soja junto con una abundante ración de chile pcante.
Por otra parte, el origen del
“Chou doufu”, o tofu maloliente también se remonta a los tiempos de la dinastía
Qing, cuando Wang Zhihe, un joven de la provincia oriental de Anhui, probó un
queso de soya que olvidó durante meses en un frasco y descubrió que tenía un
sabor muy apetitoso.
Como alimento, el tofu es una
fuente de proteínas vegetales difícilmente superable. Media taza de queso de soya crudo contiene 94
calorías, mientras que 100 gr de ternera tienen 331 calorías, una taza de leche
de vaca 120 y cien gramos de queso curado 320 calorías.
El tofu es muy empleado en la
cocina japonesa que le ha dado fama en Occidente, pero su uso también está muy
extendido en la cocina asiática en general.
Sopa agripicante tailandesa.
2 chiles rojos sin semillas y picados
6 cucharadas de vinagre de arroz
2 litros de caldo vegetal
2 tallos de té limón partidos
4 cucharadas de salsa de soya
1 cucharada de azúcar
1 limón, su jugo
2 cucharadas de aceite de cacahuate
225 gr de tofu escurrido y cortado en dados
400 gr de champiñones o setas
4 cebollitas de cambray picadas
2 tazas de col
Mezcle el chile y el vinagre y reserve. Hierva el caldo y añada el te limón, la salsa
de soya, el azúcar y el jugo de limón.
Baje el fuego y deje que hierva de 20 – 30 minutos.
Caliente el aceite en el wok precalentado, añada los
daditos de tofu y saltee durante 2 – 3 minutos o hasta que estén dorados. Retire del sartén y deje escurrir. Añada al
caldo el chile, el vinagre, el tofu, las setas y la col y deje cocer por 10
minutos. Añada las cebollitas antes de
servir. Sirva caliente.