La menta es una planta aromática utilizada en infusiones,
(nombre verdadero de los tés), para arotmatizar licores, pastillas y jarabes y
también para aromatizar algunas preparaciones de cocina.
Existen distintas variedades de menta, cuyos empleos son
diferentes. La menta verde o dulce
realza las ensaladas de pepino, también el tabule libanés, envuelve los rollos
de primavera vietnamitas y se usa también para hacer la salsa de emnta inglesa,
cuando se seca perfuma las infusiones.
Las hojas secas de menta ueden conservar su sabor hasta por dos años.
La menta piperirita se emplea en confitería y en
licorería. Existen y se usan otras variedades de menta como la menta poleo,
menta acuática, menta limonera o menta bergamota y menta Japón.
Ya que quedó dicho “todo” de la menta” charlaremos ahora
de los caramelos de menta, que podría pensarse que es un invento contemporáneo,
pero no, esto no es cierto. Los
caramelos de menta, un poco diferentes a como los conocemos, son una creación
de los egipcios.
Desarrollaron las primeras mentas para el aliento debido
al olor resultante del crecimiento de bacterias y las caries dentales. Estas mentas para el aliento eran el
resultante de una mezcla de varios ingredientes, incluyento el incienso y la
canela, que luego se hervían en miel y al solidificarse, quedaba una pastilla,
la que se podía transportar y consumir en cualquier momento.
Estas pastillas de menta se mencionan por primera vez en
el Papiro de Ebers, un documento del siglo XVI antes de Cristo, y se han
encontrado un buen número de diferentes recetas para “kiphi”, la transcripción
griega de la palabra egipcia para el incienso.
Este Kyphi se utilizaba en ceremonias religiosas, y tenían en común especialmente
el vino, la miel y las pasas.
En muchos escritos han enumerado los ingredientes y por
eso hemos podido saber el origen de los caramelos, por lo menos de los
caramelos con sabor a menta, o más bien una pasta de dientes sin flúor que
evitaba el mal aliento producido por las caries y los restos de comida.
Sea caramelo o pasta de dientes, se puede considerar a
los egipcios los primeros en conseguir crear un caramelo.
Bueno, y nosotros, le agregamos un poco de queo crema y
azúcar y logramos unas mentas increíbles para después de comer.
Vamos a hacerlas y verán que ricas están, además son muy
fáciles de hacer.
Mentas de queso crema
240 gr de queso crema
30 gr de mantequilla
7 tazas de azúcar glas
4 – 6 gotas de aceite de menta
6 – 7 gotas de colorante verde o al gusto
En un tazón ponga el queso crema, la mantequilla,
el aceite de menta y el colorante al gusto y bata hasta que esté esponjoso. Agregue el azúcar glas y bata hasta que está
todo integrado y se puedan formar bolitas.
Si está muy seco agregue leche y si está muy aguado agregue azúcar glas,
pero todo en cucharadas.
Vierta en una manga con duya rizada y saque
flores o puede formar bolas pequeñas y aplanarlas con un tenedor. De cualquier forma, deje que sequen y puede guardar
a temperatura ambiente en un contenedor hermético. Si desea que duren más tiempo, refrigérelas.
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