lunes, 27 de agosto de 2018

Cacahuates garapiñados

Los cacahuates son una botana común en todas las reuniones, pero los cacahuates caramelizados son una botana con unos puntos extras.

Para ganar esos puntos extras con nuestros invitados solo tenemos que mezclar agua, azúcar y cacahuates y crear un fenómeno que se llama “inversión del azúcar”, que significa que se disuelve y después se cristaliza nuevamente creando la textura dulce y crocante que lo caracteriza.  La palabra garapiñar significa “bañar un fruto seco o una golosina en azúcar hecho caramelo de modo que esto se solidifique formando grumos”.

El origen de esta comida se pierde en el tiempo y el espacio, bueno eso es un decir, porque ya sabemos que los antiguos egipcios ya conservaban las nueces y fruta con miel.

Bueno, esto de nueces y miel para hacer garapiñados, es una trampa pues con los mismos ingredientes se elaboran los turrones, que hablaremos sobre ellos en otro momento.

La primera receta de garapiñada conocida es lade Emma Paddock Teiford en su libro de 1908 The Evening Telegram Cook Book, aunque difiere un poco de como lo conocemos hoy en día, pues recomendaba enfriar y luego cortar en cuadros.

Hacer frutos secos garapiñados es algo muy común en países de América Latina como en Argentina, Chile, México y Uruguay donde se venden en la calle en pequeños paquetes, sobre todo en otoño o invierno, para la Navidad.

En Japón se elabora el amanattó, un dulce tradicional originalmente elaborado con judías azuki, aunque también hay versiones con cacahuates.

En Asia son populares algunas recetas de halva (pasta de sémola) con cacahuate entero cocido con azúcar de palma.

Bueno, basta de tanto bla, bla, bla.  Dicen mis hijos que en ocasiones hablo mucho y si bien es cierto me encanta hacerlo.

Otra cosa más, se puede garapiñar cualquier semilla o fruto seco.  Almendras, nueces, ajonjolí, pepitas, etc., es la misma receta.







Cacahuates garapiñados

1 taza de azúcar
½ taza de agua
1 taza de cacahuates
½ cucharadita de vainilla
Color rojo al gusto

En un sartén de preferencia esmaltado y bastante grande, ponga el azúcar y el agua, ponga al fuego y agregue los cacahuates, la vainilla y las gotas del colorante. Deje que se vaya espesando y cuando vea que se están empanizando retire del fuego y vierta en una charola. 













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