viernes, 22 de enero de 2021

Donas caseras





Como ven, seguiremos hablando de las donas que tanto nos gustan a todos, para acompañar un rico vaso de leche o una taza de café por la tarde, o mejor aún por la mañana, bueno, a cualquier hora son buenas.

Existen cortadores especiales para donas, que podemos comprar y utilizar, o las podemos cortar con un vaso más grande y un caballito tequilero, también podemos hacer una tira larga de masa y cerrar al tamaño que queramos y otra forma que se me ocurre es tomar una bola de masa y hacer un agujero en el centro y darle forma lentamente para que sea una dona sin uniones.  En realidad, no importa la manera en que las formes, lo que importa es que las hagamos.

El origen de las donas modernas se remonta a los colonizadores holandeses con su “olykoek” (“oil (y) cake”) que trajeron con ellos desde Amsterdam, aunque no tenían agujero.

Una de las primeras menciones de las “donas” fue en 1809, en el libro “Washington Irving” "A History of New York, from the Beginning of the World to the End of the Dutch Dynasty”.

En esos tiempos las mesas eran servidas con pays de manzanas, conservas de duraznos o de peras, y algunas que otras delicias, pero también había un enorme platón con bolas de una masa dulce, frita en grasa o aceite y que se llamaban “Doug-nuts” o también se llamaban “oly koeks” que era un delicioso tipo de pastel, que siempre aparecía en las mesas de la ciudad pero que las genuinas familias holandesas no las conocían.

De acuerdo con el antropólogo Paul R. Mullins, el primer recetario en el que se mencionan las donas fue en 1803 en un apéndice de recetas americanas.  Mullins remonta sus orígenes al oliekoek que llegó a América con los colonizadores holandeses a principios del siglo XVIII, y que a mediados del siglo XIX lucía como la dona que conocemos hoy en día.





Donas caseras

1 kilo harina
260 gr azúcar
2 cucharadas levadura seca
80 gr mantequilla
4 huevos
1 cucharadita vainilla
1 taza leche tibia

En el tazón de la batidora ponga el azúcar, la leche tibia, los huevos batidos, la vainilla y la mantequilla derretida; acomode la harina y la levadura.  Amase a velocidad baja mientras los ingredientes se integran.  Amase hasta que la masa esté elástica, alrededor de 8 – 10 minutos.  Deje reposar la masa en un tazón engrasado y tapado, hasta que doble su volumen.

Vierta la masa en la mesa y desgasifique. Con un palote extienda la masa y corte las donas al tamaño deseado.  En un sartén ponga suficiente aceite para freir las donas y vaya friendo pocas a la vez, voltee para que se doren del otro lado.

Aún calientes revuelque en azúcar, o en azúcar con canela.  También las puede glasear con azúcar glas y una cucharada de leche o de jugo de limón.  Derrita chocolate y sumerja las donas.  Sirva.




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