En esta ocasión preparé una mermelada de un ingrediente que no es común elaborar en dulce, pero es más bien porque no se acostumbra, pues el resultado fue muy exitoso. Creo que de ahora en adelante tendré cuidado en hacer juicios prematuros de si es algo para dulce o para salado. Bueno, pienso que hay algunas cosas que no van a tener un cambio drástico.
Sabemos que el pepino hoy en día, es un ingrediente
típico de las ensaladas mediterráneas y su variante encurtida un popular
aperitivo.
Se emplea con frecuencia crudo en las diversas cocinas
del mundo como ingrediente de ensaladas, aunque existen platos en el norte de
Europa conocidos como sopas de pepino que son muy populares. El pepino es frecuentemente tratado como un
encurtido para su envase y preservación. Se recolecta antes de alcanzar la
maduración total, en verano.
En Estados Unidos se emplea generalmente encurtido en las
hamburguesas y también en algunas ensaladas.
Pero en esta ocasión la mermelada
de pepino está deliciosa y vale la pena intentar elaborarla.
Mermelada de pepino a la
vainilla
500 gr pepino sin piel ni
semillas
400 gr azúcar
1 limón, su jugo
5 gr pectina
2 cucharadas esencia de
vainilla
Ralle el pepino y ponga en
una olla al fuego, agregue el azúcar revuelto con la pectina y cueza moviendo
para que no se pegue, hasta que tenga el punto de mermelada que deseamos.
Cuando alcance el punto
deseado de mermelada, añadimos la vainilla y el jugo de limón.
Vierta en dos frascos bien
lavados y cierre. Dele la vuelta y deje enfriar con la tapa para abajo. Guarde en lugar fresco y seco.
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