En agosto de 1492, Cristóbal Colón se detuvo en las islas
Canarias para cargar vino y agua, pensando que nada más estaría unos cuantos
días, sin embargo, quedó prendido de Beatriz de Bobadilla y se quedó cerca de un
mes. Cuando iba a partir, ella le dio
unas cañas de azúcar que fueron las primeras en llegar a América.
Los portugueses no se quedaron atrás, pues llevaron el azúcar
a Brasil. Como por 1540 había unas 800 fábricas
de azúcar de caña en la isla de Santa Catarina y había otras 2000 en la costa
norte de Brasil, en Demarara y en Surinam.
La primera zafra tuvo lugar en la isla de La Española en
1501, y se construyeron muchos ingenios azucareros en Cuba y Jamaica en la
década de 1520.
Hasta el siglo XVIII el azúcar fue un lujo en Europa,
pero al popularizarse se hizo mas asequible.
Ya en el siglo XIX el azúcar llegó a ser considerado como una necesidad.
Esta evolución del gusto y de la demanda de azúcar como
ingrediente de alimentos esenciales desató grandes cambios económicos. Durante los siglos XVIII y XIX muchos
europeos prosperaron con la industria azucarera en las Antillas y otros lugares
de América.
La demanda de mano de obra barata para realizar el duro
trabajo para el cultivo y procesamiento de la caña de azúcar aumentó la demanda
de la trata de esclavos del África. También
hubo una gran demanda de trabajadores semi-esclavos de Asia. La mezcla étnica moderna de muchas regiones
ha sido influenciada por la demanda de azúcar.
Que les parece el bagaje que trae el poner una taza de azúcar
a un postre o pastel. De veras que sí
tenemos historias que conocer. Bueno por
el momento dejemos este tema y pongámonos a trabajar en este delicioso pan de
fresas. Les parece que nos pongamos a
trabajar, adelante…
Pastel entreverado de fresas
¾ taza azúcar
1 huevo
50 gr mantequilla
½ taza leche
1 ½ tazas harina
2 cucharaditas polvo para hornear
1 taza de fresas picadas
Cobertura:
75 gr harina
50 gr azúcar
50 gr mantequilla
Precaliente el horno a 175°C y engrase abundantemente un
molde desmontable de 20 cm.
En un tazón bata la mantequilla con el azúcar y agregue el
huevo, añada la leche alternando con la harina cernida con el polvo para
hornear ya sin batir sino integrándolo con una espátula de goma, hasta que esté
completamente integrado. Vierta en el molde preparado y reserve.
Para hacer la cobertura, mezcle la mantequilla con el
azúcar y añada la harina hasta que quede arenosa.
Ponga las fresas picadas sobre la mezcla que está en el
molde y cubra con la cobertura preparada.
Hornee de 25 a 30 minutos o hasta que al insertar un
palillo este salga limpio, y deje enfriar por completo. Sirva frío.
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