viernes, 17 de mayo de 2019

Galletas como tartaletas




El hacer galletas es gratificante pues a todos les gustan y las disfrutan.  No hay niño o adulto al que no les gusten las galletas, no importa la forma, el tamaño, el sabor, los ingredientes extrs, todas gustan igual.

Además, las galleas son un gran aporte energético en la dieta diaria.  Y las podemos comer desde antes del desayuno hasta después de la cena.

La palabra galleta procede del término francés “galette”, con el que se designaba a una hojuela que ya se comía desde el siglo XIII.

Pero eso es solo el nombre, porque nacieron desde la Antigüedad para sustituir al pan.  Era un alimento habitual de militares y marineros.  Como eran secas, no se echaban a perder y duraban las grandes campañas o viajes.

Se cuenta por ahí que los antiguos griegos llegaron a elaborar hasta 72 tipos de galletas, añadiéndoles diferentes aromas.

También se dice que las carabelas de Colón partieron rumbo a América cargadas de galletas, pues se convervan frescas durante meses.

El máximo esplendor de las galletas llegó en el sigo XIX, cuando se le agregó a la masa mantequilla, azúcar y algunas especias.

Una de las historias de la creación de la galleta María es que fue creada en 1875 por la firma inglesa Peeck Freen para celebrar el matrimonio entre la gran duquesa Maria de Rusia con el duque de Edimburgo.

Otra de las historias que se cuentan sobre la creación de la galleta María es que se se cree que durante la guerra civil española, un fabricante de galletas solo tenía agua, harina y muy poca azúcar y fabricó estas galletas, aunque no les puso ningún tipo de dibujo.

Las que preparé son unas galletas dobles rellenas de mermelada con una ventana por las que se les ve el relleno de colores.

Entonces hagamos felices a todos y preparemos unas galletas dobles, rellenas con mermeladas deliciosas.

A trabajar…



Galletas como tartaletas
3 tazas de harina
1 cucharadita de polvo para hornear
½ cucharadita de sal
175 gr de mantequilla suavizada
1 ¼ tazas azúcar
2 huevos
2 cucharaditas vainilla
½ taza de mermelada al gusto
½ taza azúcar glas

Cierna harina, polvo para hornear y sal. Reserve.

Acreme la mantequilla con el azúcar hasta que este esponjosa y cambie de color.  Añada los huevos uno a la vez y bata hasta que se integre bien.  Agregue la vainilla. 

Incorpore los ingredientes secos hasta que la pasta este integrada. 

Forme con la pasta 2 rectángulos aplanados, envuelva en plástico y refrigere por al menos 30 minutos.

Precaliente el horno a 175°C y prepare algunas charolas con papel de hornear.

En una superficie enharinada extienda la pasta hasta que tenga 6 o 7 mm de espesor.  Utilice dos cortadores de diferente tamaño, pero de la misma forma para cortar las bases y la tapa de la galleta. Haga esto hasta terminar con los dos rectángulos de pasta. 

La pasta sobrante se puede amasar, extender y volver a cortar.

Acomode en las charolas preparadas y separadas entre sí por 2 cm aproximadamente entre cada galleta.  Hornee de 8 a 12 minutos o hasta que las orillas estén ligeramente doradas. 

Permita que las galletas se enfríen por 5 minutos en las charolas para que no estén tan frágiles al manipularlas.

Ponga una cucharada de mermelada en cada base de galleta y cubra con la tapa o ventana de la galleta. Espolvoree con azúcar glas.












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