viernes, 31 de mayo de 2019

Pan dorado de manzana

El pan de manzana creo que es de mis favoritos, no importa que receta, cualquier pan de manzana me encanta.  Hay tantas recetas de pan de manzana y todas son deliciosas pues una es de yogur, otra es con puré de manzana, esta otra no lleva mantequilla, aquella lleva la manzana en rodajas, esta otra la tiene picada, etc.

Que bueno que los expedicionarios europeos las trajeron en sus múltiples viajes a América, aunque es originaria de las montañas de Tian Shan que es una zona límite entre China, Kazajistán y Kirgustán.

Para hacer un pan o pay de manzana nos dicen que utilicemos determinada manzana, cuando existen miles y miles de variedades de manzana, se cree que hay 7500 tipos de manzana en el mundo.  Si me como una variedad de manzana diferente cada día, me tardaría como 20 años en probar todas.  ¡Qué hermosas! Todas las cáscaras son con tintes y colores diferentes. Rojas, verdes, amarillas, jaspeadas de diferentes colores.

México produce algunas variedades de manzana aunque los productores más importantes son China, Estados Unidos, Turquía, Italia y Polonia, ellos solitos producen el 50% del total de la producción internacional.

Algo que apenas estoy aprendiendo es que debido al ácido que contienen las manzanas y a su interior crujiente, es que la manzana es buena para limpiar y aclarar los dientes, pero igual nos lavaremos.

Bueno, ya vimos que la manzana está en boca de todos y aparte de lo rica tiene muchos beneficios.  Por ahora prepararé un pan dorado de manzana para tomar con un vaso de leche o con un té, pero para hoy será la merienda.

Entonces, no queda más que ponerme a trabajar…




Pan dorado de manzana

2 tazas de harina
½ taza de azúcar
2 cucharaditas de polvo para hornear
½ cucharadita de sal
1 huevo
¾ taza de suero de leche
60 gr de mantequilla refrigerada
Cubierta:
1 – 2 manzanas
2 cucharadas de mantequilla derretida
1 – 2 cucharadas de azúcar
½ cucharadita de canela (opcional)

Precaliente el horno a 200°C. Engrase y enharine un molde redondo de 23 cm de diámetro aproximadamente.

En un tazón ponga la harina, el azúcar, las cucharaditas de polvo para hornear y la sal. Mezcle con un batidor de globo.  Parta la mantequilla refrigerada en cubos pequeños y vierta en la harina.  Desmenuce la mantequilla con la harina como si fuera hacer pasta para pay.

Bata el huevo en el suero de leche y agregue a la harina.  Mezcle hasta integrar.

Vierta en el molde preparado. Reserve.

Pele las manzanas.  Retire las semillas y rebane en gajos, los que acomodará en la mezcla del molde.  Barnice con la mantequilla derretida y espolvoree azúcar y canela si la usa.  Hornee por 30 minutos aproximadamente o hasta que al insertar un palillo este salga limpio y esté dorado.

Sirva tibio o frío.

miércoles, 29 de mayo de 2019

Scones o bisquets de fresa



En Inglaterra hay un tipo de panecillo que se llama “scone” para traducirlo al español no se han puesto de acuerdo si se le llama bollo, o bísquet, o galleta, o, no sé.

Un “scone” es un producto elaborado de trigo, o avena con polvo de hornear como agente levante y se hornea en charola.  Usualmente es ligeramente dulce y ocasionalmente se glasea con bño de huevo.

Es un componente básico para la hora del té en Devonshire.  Si es que nos queremos sentir ingleses.

La diferencia con los otros pastelitos de esta hora del té es que los otros se elaboran con levadura.

Los “scones” originales eran redondos y planos y después los cortaban en triángulos para servirlos.  Hoy en día se hacen en moldes en donde es un molde redondo que tiene marcado los triángulos.  Pero también se pueden hacer en un círculo plano y se corta en triángulos.

Desde que se descubrió el “polvo para hornear”, los “scones” empezaron a ser suaves y esponjosos.  Empezaron a ser un éxito en las casas por su gran sabor.

Los “scones” modernos están disponibles en las tiendas de alimentos y en los supermercados, hablo por supuesto de Gran Bretaña. 

Los “scones” comerciales son ahora no solo en forma de triángulos, sino redondos, o hexagonales por la mercadotecnia.  Cuando los hacen en casa suelen ser triangulares, cuadrados, rectangulares o la forma que se utiliza desde generaciones atrás, así como las recetas, pues se sienten orgullos de tener una receta de hace dos o tres generaciones, les da orgullo y guardan la receta como si fuera un gran tesoro.

Pero nosotros prepararemos estos scones de fresa que son deliciosos para acompañar un té o café a la hora del desayuno.  Nosotros no tomamos el té en la tarde, pero si nos los comemos en la mañana.


Scones o Bisquets de fresas

2 tazas de harina
1 cucharada de polvo para hornear
3 cucharadas de azúcar
½ cucharadita de sal
6 cucharadas de mantequilla fría
250 gr de fresas
3/4f taza de crema
Glaseado:
3 tazas de azúcar glas
¼ taza de crema
1 cucharadita de ralladura de limón
½ cucharadita de limón

Precaliente el horno a 200°C y prepare una o dos charolas con papel para hornear.

Mezcle azúcar, sal harina y el polvo para hornear en un tazón. Añada la mantequilla en cubos pequeños y desmenuce con las manos hasta que parezca avena.  Añada las fresas picadas y mezcle.  Mezcle la crema y forme una pasta suave.

Forme un rollo y corte en seis discos. Con cada disco forme un círculo de 2 cm de diámetro.  Corte doce triángulos de cada disco y ponga los bisquets en las charolas preparadas.

Hornee los bisquets de 16 a 18 minutos o hasta que estén ligeramente dorados.  Deje que se enfríen por 10 minutos y cubra con el glaseado.

Para hacer el glaseado mezcle el azúcar glas, la ralladura de limón, la vainilla y la crema hasta que esté cremoso.

Sirva.



lunes, 27 de mayo de 2019

Mini corn dogs





Un corndog es una salchicha de hotdog cubierta con una capa mas o menos gruesa de un batido de maíz en una banderilla.

Una patente de Estados Unidos presentada en 1927 y otorgada en 1929, para un “Aparato de sujeción combinada para cocinar” describe salchichas en mezcla de maíz empalados.

Numerosos vendedores de corn dog a través del tiempo han reclamado la autoría de este delicioso bocadillo.

Entre 1938 y 1942 Carl y Neil Fletcher en el estado de Texas, vendían “corny dogs” en las ferias del estado.

Los vendedores de Pronto Pup en la feria del Estado de Minnesota reclaman la invención del corn dog en 1941.

Cozy Dog Drive-in, en Springfield, Illinois, reclama también el haber servido por primera vez los corndog en una banderilla, en junio 16 de 1946.

Así como también en 1946, Dave Barham, abrió el primer local de Hot dogs en una banderilla, en Muscle Beach, Santa Mónica, California.

No importa que se peleen por quien fue el primero y quien no, lo que es bien sabido es que el corndog es generalmente una comida callejera y también una comida rápida.

Algunos vendedores o restauranteros, cubren y fríen sus salchichas justamente antes de servirlas.

En Estados Unidos casi en todos los supermercados se encuentran en la sección de congelados los corndogs listos para ser recalentados y servidos.  Ya sea que se frían nuevamente o se calienten en el horno de microondas. 

Estas banderillas de corndog se comen con diferentes condimentos, el que es mas popular es la mostaza.

Yo preparé unos mini corndog pues fueron para una fiesta de mi nieto, que es un pequeño de 5 años.

Pero desde que los preparé, no he dejado de hacer pues mis hijos son fans de este bocadillo.

Por supuesto, vamos a poner manos a la obra para hacer un buen número de mini corndogs…



Mini corn dogs

1 taza de harina
¾ taza de harina de maíz
3 cucharadas de azúcar
2 cucharaditas de sal
¾ cucharaditas polvo para hornear
¼ cucharadita de bicarbonato
1 ½ tazas de suero de leche
3 cucharadas de mantequilla derretida
1 huevo
Aceite
Maicena para espolvorear
Salchichas coctel
Palitos de banderilla

Mezcle harina, harina de maíz, azúcar, sal, polvo para hornear y bicarbonato.  Agregue el suero de leche, la mantequilla derretida y el huevo y mezcle hasta incorporar todo.

Ponga 5 cm de aceite en un sartén o en una olla y caliente.

Cubra las salchichas coctel con la maicena.  Pinche cada salchicha empolvada y cubra con la mezcla preparada.  Vierta en el aceite caliente con cuidado. Ponga varias salchichas al mismo tiempo. 

Fría de 3 a 5 minutos por tanda de las salchichas, retire con espumadera, vierta en papel para escurrir y mantenga caliente.

Ponga un palito de banderilla en cada corndog y sirva tibio con cátsup, mostaza o mayonesa, todo al gusto.













viernes, 24 de mayo de 2019

Scones de jamón, queso y cebollín.












Casi siempre los scones británicos son ligeramente dulces pero también hay algunos que son de sabores salados.

Los scones casi no tienen azúcar pero se les incorpora pasitas, queso, dátiles, fruta cristalizada, fruta fresca, canela y algún frutos secos como nueces, almendras, avellanas, y esto hace que tengan un sabor dulzón.

Hay un tipo de scones salados que se elabora en Escocia y Ulster que se elaboran con papa, o con harina de papa.  Estos generalmente se sirven con el desayuno escocés o con el desayuno Ulster.

No siempre se cuecen en el horno, también se ponen en moldes especiales y se hacen sobre la estufa. Esta forma de hacerse es muy común en Nueva Zelanda donde todas las variedades de scones forman una parte importante de la tradicional cocina colonial neozelandesa.

Los scones de queso son un bocadillo muy popular en Nueva Zelanda los cuales se sirven tostados y con mantequilla.

Piezas parecidas a los scones británicos se hacen en Hungría.  Es un producto muy similar, pero se llama “pogácsa”.  Este pastelillo esta siempre saborizado y se hornea con varios sazonadores y coberturas, como el eneldo y el queso.

En Australia son muy populares los scones de calabaza, que se elaboran con el puré de la calabaza.  Los scones de dátiles que contienen gran cantidad de dátiles secos.  Otro tipo de scones es el que se sirve en la época de frío que se fríen en aceite y se llaman “puftaloons”.

En esta ocasión hornee unos scones con mucho sabor, pues tienen jamón, queso y cebollín. Deliciosos para acompañar el desayuno o la comida.

Les invito a hornear unos ricos y sabrosos scones de jamón, queso y cebollín…









Scones de jamón, queso y cebollín.

4 tazas de harina
3 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de polvo para hornear
1 cucharadita de polvo de mostaza
¾ cucharadita de sal
1 taza de mantequilla fría en cubos
240 gr de queso Chihuahua rallado
1 taza de jamón picado
¼ taza de cebollín picado
1 ¾ tazas de suero de leche frío
¼ tazas de crema
½ cucharadita de pimienta negra
Para glasear
¼ taza de crema
Pimienta molida

Precaliente el horno a 200°C y forre charolas de horno con papel de hornear.
Mezcle juntos en un tazón, harina, azúcar, polvo para hornear, mostaza en polvo y sal y pimienta.

Utilice dos tenedores o sus dedos desbarate la mantequilla en la mezcla de la harina hasta que se formen como hojuelas de avena, también se puede hacer con un tenedor o dos cuchillos.

Añada el queso, jamón y el cebollín.  Agregue el suero y de leche y la crema y mezcle hasta que se integre.

Esparza sobre el papel de hornear un poco de harina.  Divida la masa en dos.  Ponga la mitad de la masa en una charola preparada y refrigere por 20 minutos.  Prepare la otra mitad de la masa en igual forma.

Con las manos enharinadas dé forma a la masa en un círculo de 24 – 25 cm y barnice con la crema y esparza ligeramente algo de pimienta.

Con un cuchillo corte en triángulos y sepárelos para que se horneen. Hornee de 15 a 18 minutos y vuelva a barnizar con la crema y con la pimienta. Deje dorar.

Sirva tibios o a temperatura ambiente.

Estos scones se pueden congelar ya cortados en una bolsa de plástico y hornear dos o tres minutos más del tiempo dado. 



miércoles, 22 de mayo de 2019

Sopa de elote con papa

Como estóy preparando sándwiches y /o ensaladas para la comida de estos días calurosos también preparo sopas para acompañarlos.

Un poco ilógico pues la sopa es caliente y hace bastante calor.  Pero parece mentira, al ingerir algo caliente se empieza a sudar y después se refresca uno.  Esto se llama regulación térmica.

Eso es científico o médico, empíricamente las personas de lugares cálidos comen o toman cosas calientes para refrescarse.

Una de las cosas que permite que tengamos una regulación térmica es la sopa.  Se cree que las sopas y especialmente las sopas de pan fueron el alimento básico de las diversas culturas culinarias mediterráneas y europeas en general.

Se dice sopa en español.  Soup en inglés.  Soupe en francés.  Zuppa en italiano.  Y todo esto procede del germánico occidental supp (en alemán antiguo ”soffa” y en anglosajón “sopp”) que se refería a una rebanada de pan cortada en trozos sobre lo que se vertía un caldo.  Por el año 500 d.C, fue latinizada en suppa, conservando su sentido original.

Las sopas llevan el nombre por los ingredientes empleados.  Sopa de pescado, sopa juliana, sopa de espárragos, sopa de calabaza, sopa de papa, etc.

Las sopas incorporan productos locales que están al alcance de todas las personas.  Generalmente las verduras se cuecen en agua, pero en muchos casos se puede utilizar cualquier caldo de alguna proteína.  Otro punto son los condimentos que por lo general son sal y pimienta, aunque en ocasiones se utiliza la páprika, perejil, cilantro y algunos otros condimentos.

Esta sopa su nombre lo dice sopa de elote con papas y eso es exactamente lo que lleva, pero no se dejen engañar, está muy rica y es muy sencilla, anímense a probar, entonces, a trabajar…


Sopa de elote con papa

2 – 3 cucharadas de aceite
¾ taza cebolla picada
500 gr papas en rebanadas crudas
3 tazas caldo de pollo o verduras
3 tazas granos de elote
2 tazas leche
Sal y pimienta
Perejil
1 chile poblano para decorar

En una olla ponga el aceite y la cebolla, agregue dos tazas de granos de elote y deje que se sofría.  Añada las papas y el caldo que utilice.  Sazone con sal y pimienta.  Tape y deje cocer.  En una ollita aparte cueza la taza de elote restante.

Cuando la papa esté cocida muela la sopa con una batidora de mano.  Agregue la leche y la taza restante de elote cocido.  Pruebe si está bien de sal y pimienta y deje que se sazone.

Sirva decorado con perejil y con rajas de chile poblano, o al gusto.

También le puede poner queso, galletitas de sopa, tiras de calabacita, o al gusto.















viernes, 17 de mayo de 2019

Galletas como tartaletas




El hacer galletas es gratificante pues a todos les gustan y las disfrutan.  No hay niño o adulto al que no les gusten las galletas, no importa la forma, el tamaño, el sabor, los ingredientes extrs, todas gustan igual.

Además, las galleas son un gran aporte energético en la dieta diaria.  Y las podemos comer desde antes del desayuno hasta después de la cena.

La palabra galleta procede del término francés “galette”, con el que se designaba a una hojuela que ya se comía desde el siglo XIII.

Pero eso es solo el nombre, porque nacieron desde la Antigüedad para sustituir al pan.  Era un alimento habitual de militares y marineros.  Como eran secas, no se echaban a perder y duraban las grandes campañas o viajes.

Se cuenta por ahí que los antiguos griegos llegaron a elaborar hasta 72 tipos de galletas, añadiéndoles diferentes aromas.

También se dice que las carabelas de Colón partieron rumbo a América cargadas de galletas, pues se convervan frescas durante meses.

El máximo esplendor de las galletas llegó en el sigo XIX, cuando se le agregó a la masa mantequilla, azúcar y algunas especias.

Una de las historias de la creación de la galleta María es que fue creada en 1875 por la firma inglesa Peeck Freen para celebrar el matrimonio entre la gran duquesa Maria de Rusia con el duque de Edimburgo.

Otra de las historias que se cuentan sobre la creación de la galleta María es que se se cree que durante la guerra civil española, un fabricante de galletas solo tenía agua, harina y muy poca azúcar y fabricó estas galletas, aunque no les puso ningún tipo de dibujo.

Las que preparé son unas galletas dobles rellenas de mermelada con una ventana por las que se les ve el relleno de colores.

Entonces hagamos felices a todos y preparemos unas galletas dobles, rellenas con mermeladas deliciosas.

A trabajar…



Galletas como tartaletas
3 tazas de harina
1 cucharadita de polvo para hornear
½ cucharadita de sal
175 gr de mantequilla suavizada
1 ¼ tazas azúcar
2 huevos
2 cucharaditas vainilla
½ taza de mermelada al gusto
½ taza azúcar glas

Cierna harina, polvo para hornear y sal. Reserve.

Acreme la mantequilla con el azúcar hasta que este esponjosa y cambie de color.  Añada los huevos uno a la vez y bata hasta que se integre bien.  Agregue la vainilla. 

Incorpore los ingredientes secos hasta que la pasta este integrada. 

Forme con la pasta 2 rectángulos aplanados, envuelva en plástico y refrigere por al menos 30 minutos.

Precaliente el horno a 175°C y prepare algunas charolas con papel de hornear.

En una superficie enharinada extienda la pasta hasta que tenga 6 o 7 mm de espesor.  Utilice dos cortadores de diferente tamaño, pero de la misma forma para cortar las bases y la tapa de la galleta. Haga esto hasta terminar con los dos rectángulos de pasta. 

La pasta sobrante se puede amasar, extender y volver a cortar.

Acomode en las charolas preparadas y separadas entre sí por 2 cm aproximadamente entre cada galleta.  Hornee de 8 a 12 minutos o hasta que las orillas estén ligeramente doradas. 

Permita que las galletas se enfríen por 5 minutos en las charolas para que no estén tan frágiles al manipularlas.

Ponga una cucharada de mermelada en cada base de galleta y cubra con la tapa o ventana de la galleta. Espolvoree con azúcar glas.












miércoles, 15 de mayo de 2019

Sopaipilla


Hacer pan en verdad es relajante,  me gusta hacerlo. Además, el olor que hay en casa cuando se está horneando es maravilloso, y parece que dura muchísimo.  Hay diferentes tipos de pan con diferentes tipos de harina, diferentes ingredientes que se le ponen también, diferentes tipos de cocción, en fin, innumerables variantes.

Desde hace algún tiempo he visto recetas de este tipo de pan, y mi sobrina que vive en Alaska me platicó que en una reunión habían llevado sopaipillas y que estaban muy ricas.  Por supuesto mi curiosidad aumentó y me puse a buscar algunas recetas.

Siempre busco varias y escojo la que me parece que se puede hacer realmente.  Encontré esta y es realmente fácil.

También encontré que sopaipilla es el nombre que se le da en Chile, en la región de Cuyo en Argentina, en los estados de Nuevo México y Texas en el suroeste de Estados Unidos, en España en Andalucía y en los estados de Chihuahua y el norte de Durango, a un conjunto de alimentos de diversas clases, su rasgo común es estar hechos con una masa de harina de trigo frita en aceite o manteca.  Existen muchas variantes en su preparación de acuerdo con la zona, pero en general es el mismo alimento. 

Las sopaipillas pueden ser dulces o saladas.
Las dulces se preparan en ocasiones como un buñuelo y se remoja en miel o se hacen en forma de tortilla y se espolvorea con azúcar glas.

Las saladas son como una tortilla y se les pone guisado como si fueran tacos de guisado o se rellena el interior con el guisado. Algunas de las sopaipillas las preparé con jamón y queso, como si fueran sincronizadas y quedaron estupendas.

De todas formas, como las preparemos están muy ricas.  Se fríen en uno o dos minutos cada una, no tardan mucho. 

Ya es hora de trabajar, así que empecemos…





Sopaipilla

500 gr harina
1 ½ cucharaditas de polvo para hornear
20 gr mantequilla
375 ml leche
1 ½ cucharaditas de sal
Aceite para freir
Para servir:
Salsa de chile
185 gr de queso
Guisado al gusto

En un tazón mezcle harina, polvo para hornear y la sal. Añada la mantequilla y mezcle hasta que parezca avena, incorpore la leche lentamente y vaya mezclando, hasta que se vea elástica y consistente.  Amase de 15 a 20 veces y deje reposar por 20 minutos.

Divida la masa en 8 pedazos (o del tamaño que desee) y en la mesa sin enharinar extienda con el rodillo la masa y de forma redonda o cuadrada al gusto.  Prepare todas las sopaipillas.

Ponga a calentar el aceite y vaya friendo las sopaipillas.  Ponga una en el aceite y a los 20 o 30 segundos voltee o hasta que se hinchen y doren.  Escurra sobre papel de cocina.

Rellene cada sopaipilla con el guisado al gusto, ponga salsa y queso y sirva.










lunes, 13 de mayo de 2019

Nube de gelatina



La gelatina es un postre que a todos les gusta. A chicos y grandes se les ilumina la cara, al menos en mi casa, cuando del refrigerador saco una gelatina para el postre de ese día.  Así sencilla, sin nada, como sale de la cajita.  A la que solo se le agrega agua caliente o agua fría, según sea el caso. Uno de los postres más fáciles del mundo.

Mis hijos siempre me dicen que no solo voy a hacer una gelatina así de fácil.  Tengo que complicar un poco la receta para que esté contenta con lo que estoy haciendo.  Bueno, a veces es cierto.  Tan fácil no se vale.

En esta ocasión preparé una gelatina de cajita, pero le agregué algunas otras cosas y resultó unos deliciosos malvaviscos sin clara de huevo.

Los malvaviscos se preparan con azúcar o jarabe de maíz, clara de huevo batida y gelatina previamente reconstituída. Todo se bate y da una consistencia esponjosa.

Pero esta receta no lleva clara de huevo y quedó muy rica, bueno eso dicen mis nietos, pues en un par de horas se terminaron las nubes que preparé.

La podemos preparar con el sabor que queramos y las nubes se verán fantásticas.

Son muy fáciles de hacer, entonces, pongamos manos a la obra…










Nubes de gelatina

1 sobre de grenetina
1 sobre grande de gelatina del sabor deseado
250 ml de agua
¼ taza de agua
1 taza de azúcar
Azúcar glas la necesaria


En una ollita ponga el agua y el azúcar y deje que se haga un almíbar ligero.
En el ¼ de taza de agua vierta la grenetina y deje que se hidrate.
Cuando el almíbar ligero esté listo, añada la gelatina del sabor deseado y la grenetina hidratada, mueva para que se disuelva, alrededor de 3 – 5 minutos.

Prepare un molde cuadrado o rectangular con una hoja de papel para hornear, ligeramente engrasado.

Bata la gelatina con la batidora de mano por uno o dos minutos, hasta que se infle.  Vierta en el molde preparado y deje reposar por una noche.

Al día siguiente corte las nubes en cubos, con una tijera y revuelque en el azúcar glas.

Sirva en una brocheta para que parezca nube.




viernes, 10 de mayo de 2019

Barritas de fruta





Los productos de panadería y repostería industrializados se ven fantásticos, no saben mal, y duran hasta que uno termina por comérselos.  Hay una película en donde en un futuro apocalíptico un robot se encuentra un pastelito de los que llamamos “submarino” que vienen dos en cada bolsita.

Digo esto porque esos pastelillos tienen una gran cantidad de químicos y eso en ocasiones se lo compramos a nuestros hijos.  A los que cuidamos tanto para que no tomen cosas que no sean naturales, que no tengan químicos, que no tengan cosas que no sabemos, pero en alguna ocasión les damos de estas galletas, o panecitos, o barritas o lo que sea industrializado.

Pienso que es mejor comprar las cosas en panaderías o pastelerías y así es algo mas sano. Aunque también les ponen mejorantes, químicos para sabor, sabores artificiales, colores artificiales, etc.

También las podemos hacer nosotros y entonces no solamente serán mas sanas sino mas ricas.

Claro, a veces pensamos que es meternos en “camisa de once varas” pero con buena disposición y cariño a los demás las podemos hacer.

Para estas barritas, utilicé unas mermeladas que ya tenía de piña y de fresa, pero le podemos poner de las comerciales, o de algún otro sabor.

En realidad, no son tan difíciles, son un poquito laboriosas mientras uno les encuentra la forma de hacer la canaleta de en medio para poner la mermelada.  Una vez dominado este paso todo es “miel sobre hojuelas”.

Entonces, a trabajar…







Barritas de fruta

250 gr de mantequilla
250 gr de margarina o manteca vegetal
300 gr de azúcar glas
2 huevos
750 gr de harina
2 cucharadas de vainilla

Precaliente el horno a 180°C y prepare 2 – 3 charolas para hornear.

Acreme la mantequilla con la margarina o manteca y el azúcar glas.  Agregue los huevos y la vainilla.  Por último, agregue la harina y amase bien.

Forme una barra y con un palito marque el centro. Ponga mermelada en el centro y hornee por 8 – 10 minutos o hasta que estén cocidas.











miércoles, 8 de mayo de 2019

Gelatina de Café con leche

















En estos días de calor se apetece algo fresco, y ligero, tanto en su elaboración como en su consumo.

En esta ocasión preparé una gelatina de café con algo de leche, por eso la llamo gelatina de café con leche.

Pero me llevé una sorpresa grata cuando para escribir esta pequeña narración estaba leyendo algunos textos y me encontré con que la gelatina de café es un popular postre a base de gelatina saborizada con azúcar y café.  A pesar de que es un postre con orígenes en Inglaterra y Estados Unidos, en la actualidad, se ha popularizado en Japón donde se encuentra en la mayoría de los restaurantes y tiendas de alimentos y en ocasiones forma parte de los almuerzos de los estudiantes servidos en las escuelas públicas de Japón.

Las recetas de gelatina de café mas antiguas aparecen en libros de cocina publicados en Inglaterra en 1817. 

Las primeras recetas requerían que el café fuese mezclado con gelatina de hueso molido y a veces, mezclado con colapiscis u otros clarificadores.  Cuando en el mercado apareció la gelatina envasada, solamente decía la receta que se disolviera en café caliente y luego se pasara al molde.

A principios del siglo XX se decía que la gelatina de café era una alternativa mas saludable que el café pues se pensaba que la grenetina absorbía el exceso de ácido en el estómago.

La compañía Jell-O lanzó la gelatina de café en 1918, pero nunca fue popular con excepción de la región de Nueva Inglaterra. Y así es hasta la fecha.

Existe un restaurante en Boston que se llama Durgin-Park que empezó a funcionar en 1827 y ofrecía gelatina de café hecha con café sobrante del día anterior, y así es hasta la actualidad.


La gelatina de café japonesa se desarrolló durante la era Taishö (1912-1926) a imitación de las gelatinas moldeadas europeas.  Llegó a los jóvenes modernos con gusto por la moda occidental y se hizo popular junto con la cultura del café.  Hasta la fecha sigue siendo popular en el país.  Starbucks lanzó un frappuccino de gelatina de café en Japón en el año 2016.

La diferencia de elaboración con la gelatina japonesa, es que ellos usan “Agar” que es una sustancia gelatinosa hecha a base de algas y se llama Kanen en japonés.  Y le agregan adornos en crema de leche.

La cortan en cubos y la ponen en todo, en una taza de café caliente o helado, se pone en copas y se rellena con crema, también se usa para decorar los helados.

En esta ocasión yo le puse algo de crema y algo de licor y quedó muy rica.  Bueno, eso dijeron todos.

Entonces a trabajar…







Gelatina de Café con Leche

1 litro de agua
30 gr de grenetina
1 ½ taza de agua
½ taza de azúcar
40 gr de café soluble
½ lata de leche condensada
1 taza de crema para batir
½ taza de licor de café

Disuelva la grenetina en la taza y media de agua y deje que hidrate.
Hierva el agua con el azúcar.  Cuando esté hirviendo vierta en un tazón y agregue el café para que se disuelva.  También añada la grenetina hidratada.  Revuelva hasta que se derrita.  Vierta en dos o tres moldes rectangulares, pero no lo ponga muy alto, sino de 1 cm más o menos.  Refrigere para que cuaje.
Mientras bata la crema dulce a medio punto y agregue la leche condensada y el licor de café. Reserve.
Cuando esté cuajada la gelatina, corte con un cuchillo en cubos pequeños. Vierta la gelatina sobre la crema y deje en el refrigerador por media hora.  Sirva y decore al gusto.





miércoles, 1 de mayo de 2019

Nieve de piña























Nieve de piña

Aquí en la Ciudad de México, la temperatura es bastante alta, ya sé, es primavera, pero parece ser verano pues el clima está bastante cálido.  No quiero ni pensar como estará cuando sea verano.

Claro que hay lugares en las que el calor es bastante fuerte, me vienen a la mente lugares como Villahermosa, Veracruz, Huejutla, Manzanillo, y otros lugares que también tienen lo suyo.

Pero para combatir el calor, deberemos preparar nieves, helados, paletas de hielo y todo lo que sea fresco para los postres.  Aprovechemos las frutas que tenemos en esta temporada y hagamos nieve.

Aquí en México se llama nieve a un tipo de helado cuyo contenido son los jugos de las frutas y tienen como base el agua.  Existen unas muy populares que son limón, guanábana, mamey, coco, mango, fresa y en esta ocasión piña.

Hay lugares en la que la producción de nieve de un sabor único es el atractivo culinario como por ejemplo está la Ciudad de Oaxaca con su nieve de leche quemada y mezcal, en Tepoztlán se prepara la nieve de chicle y con sabores de flores como rosa, o café.  Y en Pátzcuaro se prepara una muy peculiar que se llama nieve de pasta que es de consistencia muy cremosa.

El consumo de la nieve se da desde la antigüedad.  Los chinos mezclaban la nieve de las montñas con fruta y miel y los califas de Bagdad con jugo de frutas y le dieron el nombre de “Sharbets” que significa “Bebida”. Como ven de ahí proviene el nombre de sorbete

Se dice por ahí que Marco Polo, en 1295, introdujo a Italia la recetas de helados que conoció en sus viajes.

También en la época prehispánica  se sabe que el rey Moctezuma consumía nieve traída del volcán Popocatépetl, endulzada con miel de abejas o de avispas y de aguamiel.

Después de esta breve charla, disfrutemos una copita de esta deliciosa nieve de piña, que a decir verdad, está riquísima.




1 piña mediana
1 ¾ taza de azúcar
2 ½ tazas de agua
2 claras

Para preparar el almíbar ponga en una olla pequeña el azúcar y la mitad del agua y deje que hierva un poco para que se vuelva jarabe. Deje enfriar.
Pele y pique la piña y muela en la licuadora.  Revuelva con el jarabe ya frío.
Ponga en un recipiente hermético y guarde en el congelador por 3 horas aproximadamente.
Cuando la mezcla esté firme, bata las claras a punto de turrón e incorpore la mezcla de piña.  Bata y vuelva a poner en el molde hermético.  Deje que se endurezca por una o dos horas.  Sirva.