A lo largo de la historia de la humanidad, se han desarrollado
diversas formas para estar alimentado, para nutrirse para almacenar los
alimentos, para poder llevar la comida en grandes jornadas, ya sea en tierra o
en el mar.
Una de las primeras soluciones para largas distancias, era llevar
los animales vivos y también a la persona que las preparaba y cocinaba. Pero esto en realidad era si se llevaba un
gran contingente y muchas carretas o grandes barcos. Pero cuando se trataba de solo jinetes o de
pequeños barcos, el tiempo del viaje se reducía pero de todas formas se
necesitaban provisiones mas manejables.
Los antiguos ejércitos adoptaron el estilo de cazar los animales
a donde iban a las campañas pero también se fue desarrollando el proceso de el
horneado y procesamiento de los cereales, que dio origen a la creación de la
harina. Que abastecía de mejor manera a esos hambrientos soldados.
Los navegantes egipcios llevaban un pan pan plano llamado “dhourra”
mientras que los romanos tenían “buccellum”.
Cuando los nómadas se establecieron, y empezaron a existir los
cultivos también surgieron las herramientas de piedra y así podían moler los cereales.
Y con el fuego empezaron a cocerlos al mezclarlos con agua o con la leche de
sus animales. En cuanto empezaron a
mezclar el cereal con el líquido se empezó a preparar unas cortezas de pan que
se llamaron “galettes” que consistía en una corteza de cereales molidos como
avena, trigo, centeno y cebada, con agua o miel. Estas galletas fueron evolucionando y se empezaron
hacer postres o panes dulce, esta evidencia se encuentra en las paredes de la
tumba del Faraón Ramesses II, quien gobernó de 1304 a 1237 AC, localizado en el
Valle de los Reyes, en Egipto.
Creo que mi mente viajó y
divagó por lugares lejanos y de otros tiempos y me tengo que dar prisa para
este delicioso pay de calabacitas, que bueno, se hace en un dos por tres y es
riquísimo.
Pay de calabacitas
300 gr pasta hojaldre
200 gr queso crema
200 gr queso mozzarela
rallado
1 cucharadita orégano
2 cucharaditas salsa inglesa
1 diente de ajo picado fino
1 yema
3 – 4 calabacitas rebanadas
fino
Sal al gusto
Precaliente el horno a 200°C
y lave y seque una charola de horno.
Bata el queso crema con la
mitad del orégano, el ajo picado, la salsa inglesa y la yema. Añada el queso mozzarela.
Extienda la pasta de hojaldre
en la charola preparada y unte en la superficie el queso preparado. Acomode las rebanadas de calabacita al
gusto. Esparza un poco de sal y hornee
por 30 – 35 minutos o hasta que este cocida la pasta y dorada las orillas.
Retire del horno y esparza el
resto del orégano. Sirva.
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