La tostada francesa siempre ha sido símbolo de dulzura. Pan remojado en leche y huevo, dorado en mantequilla, con miel o azúcar encima: un desayuno clásico que huele a infancia y a domingos tranquilos. Pero la cocina, como la vida, se nutre de giros inesperados, y un día decidí darle la vuelta a la tradición. En lugar de miel, opté por queso; en lugar de canela, por tocino y espinaca. Así nació esta versión salada, una pequeña travesura culinaria que demuestra que los platos más conocidos también pueden reinventarse.
El punto de partida fue un par de rebanadas de pan viejo que miraban desde la cocina pidiendo destino. Nada más gratificante que dar nueva vida a los ingredientes que parecían olvidados. Los sumergí en huevo batido, como en la receta clásica, pero esta vez los acompañé de sabores más contundentes. Cuando el pan doró en el sartén y el queso empezó a fundirse, la casa se llenó de ese aroma cálido que hace que uno se sienta en casa, aunque no haya nadie más alrededor.
A veces, cocinar no es seguir recetas, sino dejarse guiar por la intuición. Esta tostada salada me recordó que la cocina no necesita reglas estrictas: solo curiosidad y ganas de disfrutar. Cambiar el dulce por lo salado fue casi un juego, una manera de descubrir que lo familiar puede volver a sorprenderte.
Mientras servía el plato, pensé que la comida tiene esa magia: transformar lo cotidiano en especial. Pan, huevo, espinaca, queso, tocino… ingredientes simples que, juntos, se vuelven un abrazo para el alma.
Y así, entre bocados tibios y café recién hecho, comprendí que lo importante no es si un platillo es dulce o salado, sino el momento que crea. Porque en la cocina, como en la vida, siempre hay espacio para un giro inesperado y delicioso.
Tostada francesa salada
- 250 gr pan duro en cubos
- 3 – 4 cucharadas de leche
- 5 huevos
- 6 tiras de tocino
- 100 gr queso rallado
- 100 gr espinacas limpias picadas
- Perejil picado al gusto
- ¼ cucharadita ajo en polvo
- ¼ cucharadita cebolla en polvo
- Aceite el necesario
- Sal y pimienta
- Corte cuatro tiras de tocino en rebanaditas, agregue el pan duro en cubos y deje que se dore, si es necesario ponga el aceite necesario.
- Fría las rebanadas restantes para adornar.
- Bata los huevos con la leche, el ajo en polvo, la cebolla en polvo, sal, y pimienta, incorpore la mitad del queso rallado, las espinacas y el perejil picados.
- Cuando los cubos de pan estén dorados y el tocino este frito, incorpore los huevos batidos.
- Tape y deje cocinar hasta que los huevos se cuezan.
- Cuando esté cocido, espolvoree el queso restante y adorne con las rebanadas de tocino frito.
(Editado por Mario Alberto Vázquez Rosas)
(Fotografía por Emelina Guadalupe Rosas León. Imágenes editadas por medio de Inteligencia Artificial).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario