martes, 21 de octubre de 2025

Empanadas de minilla: el sabor del mar que une memorias


De la receta de mi tía Lulú a mi cocina, una historia de familia, paciencia y sabor costeño.

La minilla es uno de esos guisos costeños que resumen siglos de historia y hogar en un solo bocado. Su origen se remonta a los puertos del Golfo de México, donde los pescadores aprovechaban los restos del pescado del día y los guisaban con jitomate, cebolla, ajo y chile, creando una mezcla jugosa y sabrosa que podía comerse fría o caliente. El nombre proviene del verbo “minar”, que en la época colonial significaba desmenuzar finamente. Por ende, la “minilla” es, en esencia, pescado desmenuzado con cariño y paciencia.

En Veracruz, la minilla se convirtió en una receta de cuaresma muy popular, con influencias españolas: se enriquece con aceitunas, alcaparras y hojas de laurel, logrando un sabor entre marinero y mediterráneo. En Tabasco, por su parte, se prepara con chile amashito o chile verde, más picante y con un toque de humo. En Campeche y Yucatán, el pescado cambia; a veces cazón, a veces raya; y la minilla se convierte en relleno de empanadas, tamales o panuchos. Cada estado tiene su sello, pero todos comparten la idea de aprovechar, transformar y disfrutar el sabor del mar.

Mi historia con la minilla comenzó hace unos días, cuando vino mi primo Enrique a visitarnos. Preparó una minilla de sardina como la hacía su mamá, mi tía Lulú, y desde el primer bocado me transportó a esos sabores de infancia y familia. Era deliciosa, sencilla y casera. Inspirada por él, decidí preparar mi propia versión: una minilla más ligera, solo con ajo, jitomate, cebolla y chile verde. En lugar de servirla sola, la envolví en masa de maíz para hacer empanadas doraditas y el resultado fue un antojo costeño que llenó la casa de aroma y nostalgia.

Hacer minilla no es cosa de prisa. Hay que cocer el pescado, desmenuzarlo con cuidado, picar finamente los ingredientes, sofreír despacio y dejar que los sabores se mezclen. Luego, preparar la masa, formar las empanadas y freírlas hasta lograr ese dorado perfecto. Es un proceso que invita a la calma, al disfrute, a la cocina sin reloj. Por eso podría considerarse un platillo de slow food, porque rescata el valor de cocinar despacio, de compartir el tiempo con los tuyos y de transformar lo sencillo en algo especial.

Así, entre recuerdos familiares, costumbres regionales y el sabor del mar, la minilla sigue viva en las cocinas de México. Cambia de pescado, de picor o de presentación, pero conserva su esencia: un platillo humilde, lleno de memoria y amor. Y cuando se convierte en empanadas, como las que preparé esta vez, se vuelve aún más festiva, lista para disfrutarse con una rebanada de jitomate fresco y una buena charla en la mesa.


Empanadas de minilla


Para las empanadas:

  • 1 kilo de masa
  • 2 cucharadas de aceite
  • Sal al gusto

Para la minilla:

  • ½ kilo de pescado fresco al gusto
  • 2 – 3 dientes de ajo picados
  • 1 cebolla picada en cubitos
  • 5 – 6 jitomates picados
  • 4 chiles verdes picados
  • Aceite el necesario

Para cocer el pescado:

  • 1 hoja de laurel
  • 1 diente de ajo
  • Sal al gusto


  1. En una olla coloque el pescado con agua suficiente y agregue la hoja de laurel, el ajo y sal al gusto.  
  2. Cuando esté cocido, desmenuce con un tenedor. Reserve.
  3. En un sartén o en una cazuela coloque un poco de aceite para freir el ajo y la cebolla.  cuando ya esté bien sofrito agregue el chile picado. 
  4. Agregue el jitomate picado y deje que se sazone. 
  5. Añada el pescado desmenuzado. Sazone al gusto y deje que se seque. 
  6. Retire del fuego y deje que se enfríe. Reserve.
  7. Prepare la masa con el aceite y la sal y un poco de agua tibia, amase hasta que esté al punto y manejable. 
  8. Forme bolitas del tamaño que desee.
  9. En un sartén profundo vierta el aceite suficiente. 
  10. Aplane las bolitas y coloque una cucharada del relleno en el centro, cierre y ponga en el aceite caliente. 
  11. Voltee y permita que se cuezan bien.  
  12. Deje escurrir sobre papel absorbente. 
  13. Sirva con salsa.

(Editado por Mario Alberto Vázquez Rosas)
(Fotografia por Emelina Guadalupe Rosas León. Imágenes editadas por Inteligencia Artificial)


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