Hace mucho tiempo, en las tierras de Persia, brotaba una planta de hojas verdes tan oscuras que parecían absorber la luz del sol. Era la espinaca, conocida en aquellos tiempos como Esfenaj. Los persas apreciaban su sabor único y sus beneficios para la salud, atribuyéndole propiedades casi mágicas.
Con el tiempo, los árabes llevaron consigo esta planta a tierras lejanas, como España, durante el esplendor del califato. Fue entonces cuando la espinaca encontró un nuevo hogar y nombre en tierras hispanas.
Siglos después, en la Europa medieval, la espinaca se convirtió en un tesoro culinario. Escritores y agrónomos la elogiaban, destacando su valor entre las hortalizas, incluso san Alberto Magno mencionó sus semillas en sus escritos del siglo XIII, reconociendo su importancia.
Con el paso del tiempo, la espinaca conquistó los campos de todo el continente europeo, extendiendo su reinado verde durante el Renacimiento y más allá. Se adaptó a los rigores del invierno y al calor del verano, ofreciendo su frescura en todas las estaciones.
Pero la espinaca no estaba sola en su dominio vegetal. Otra planta, la espinaca de Nueva Zelanda, también buscaba su lugar en el mundo de las verduras. Aunque no pertenecía al mismo género ni familia, su sabor y textura similares atraían a aquellos que buscaban variedad en sus platos.
Así la espinaca y su prima exótica compartían la atención
de los cultivadores y los paladares curiosos, enriqueciendo la mesa con su
presencia y sus nutrientes. Desde los
campos de Persia hasta los mercados de Europa, la espinaca había tejido una
historia de sabor, salud y versatilidad que perduraría a través de los siglos.
- ½ kilo espinacas frescas
- 150 gr requesón
- 2 huevos
- 100 gr queso parmesano rallado
- 2 cucharadas de aceite
- Pizca de nuez moscada
- Sal y pimienta al gusto
- Precaliente el horno a 190°C, engrase y enharina un molde refractario cuadrado.
- Corte las espinacas en tiras finas, ponga en un tazón, agregue el requesón, los huevos, la nuez moscada y la mitad del parmesano, sazone con sal y pimienta.
- Vierta la mezcla en el molde preparado. Espolvoree con el parmesano restante. Hornee por 30 min. Sirva inmediatamente.
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