El clafoutis tiene sus raíces en la región de Limousin, en Francia. Se cree que se originó en el siglo XIX. Originalmente se preparaba con cerezas negras, que se dejaban con los huesos para dar sabor al postre, pero hoy en día se hacen variaciones con diferentes frutas.
La piña es originaria de América del Sur, específicamente de la región del Paraguay, Brasil y norte de Argentina. Fue domesticada y cultivada por pueblos indígenas en estas áreas mucho antes de la llegada de los europeos. Luego se propagó por América Central y el Caribe, donde los europeos la encontraron durante sus exploraciones en el continente americano.
Una característica distintiva del clafoutis es su textura única, que se sitúa entre un budín y un pastel. La masa, que se asemeja a una mezcla entre crepe y hotcake o pancake, envuelve las frutas, creando una combinación de sabores y una textura suave y reconfortante. Además, es común encontrar que la fruta utilizada en el clafoutis aporta un toque jugoso y dulce, mientras que la masa tiene a ser sutilmente dulce y ligeramente cremosa. Se sirve típicamente tibio, a menudo espolvoreado con azúcar glas, lo que añade un toque final de dulzura y una presentación elegante.
Clafoutis de piña y ron
- 150 g harina
- 200 g piña
- Ron al gusto
- 100 g azúcar
- 4 huevos
- ¼ taza leche
- 30 gr mantequilla
- 1 pizca de sal
- Precaliente el horno a 190°C, Enmantequille un molde de pay.
- En un recipiente derrita la mantequilla.
- Ponga los huevos en un tazón y bata con un batidor de globo.
- Agregue el azúcar, la harina, la mantequilla derretida, la leche y la pizca de sal. Mezcle hasta que la pasta esté suave.
- Pique la piña y dispóngala en el fondo del molde preparado, rocíe con una cucharada extra de azúcar y el ron que vaya a utilizar.
- Vierta la mezcla.
- Hornee por 25 – 30 minutos, hasta que esté cuajado y se dore ligeramente.
- Retire del horno, deje entibiar y espolvoree azúcar glas, si lo desea.