En 1850, el químico orgánico Justus von Liebig, trabajando en la
manera de conservar
los alimentos y elaborar
una sopa fácil encontró la forma de obtener extractos de carnes y ya para el
año 1872 y 1973, el alemán Carl Heinrich Knorr y el suizo Julius Maggi
perfeccionaron y comercializaron las sopas deshidratadas, normalmente obtenidas
por liofilización, de las que existe una gran variedad. Estas marcas de sopas tienen fábricas en los
países donde se distribuyen, lo que permite que cada país tenga su propia gama
de sopas y reproduzca sus recetas más típicas.
Aquí en México tenemos el consomé de pollo, el caldo de pollo, el
caldo de camarón, el de tomate, el caldo de costilla jugosa, el consomé de res
y algunas otras que se escapan de mi memoria.
También son conocidas son las sopas enlatadas. Estas sopas son concentradas
pues deben ser diluidas en
agua o leche y están listas para recalentar.
Las primeras sopas enlatadas fueron comercializadas en Estados Unidos
por Joseph A. Campbell en 1899, gracias a un procedimiento inventado por su
sobrino el químico John T. Dorrance.
Como dato curioso tenemos que los estadounidenses consumen
aproximadamente 2.5 mil millones de sopas enlatadas al año. Siendo las más consumidas las de tomate,
crema de champiñones, pollo con fideos y minestrone.
Esta sopa es deliciosa y satisface bastante, puede usarse como
plato único con pan fresco y algo de fruta.
2 dientes
de ajo picados
1 poro
lavado y rebanado delgado
½ kilo res
en trozos
12 tazas
agua
½ taza
salsa soya
½ taza
champiñones
1 rollo
pasta fetuccini partido
Sal y
pimienta al gusto
1 pizca de
salsa de chile
Huevos
duros al gusto
Combine
todos los ingredientes excepto los champiñones, pasta y sazonadores en una olla
grande. Hierva a ebullición y después baje el fuego.
Cocine por
2 a 3 horas, hasta que la carne empiece a deshacerse. Retire del fuego y deshebre la carne en
pedazos pequeños con unos tenedores.
Regrese al
fuego, agregue los champiñones y reduzca el fuego al mínimo.
En una
olla aparte, hierva agua salada y cocine la pasta hasta que esté suave, de 5 a
10 minutos.
Escurra la
pasta y agregue a la olla principal. Sirva en tazones.
Adorne con
los huevos duros rebanados a la mitad.
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