En 1933 la Sra. Ruth Graves Wakefield de Toll House Inn en
la ciudad de Whitman, Massachusetts, agregó chocolate cortado en trozos a una
receta de galletas y fue un éxito increíble.
Entonces la Sra Wakefiel negoció con Nestlé el agregar su receta a las
barras de chocolate a cambio de un suministro de por vida de chocolate.
Al principio, Nestlé incluyó una pequeña herramienta para
cortar las barras de chocolate, pero en 1939, se comenzó a vender el chocolate
en forma de chispas.
Originalmente, las chispas eran solamente de chocolate
semi-dulce, pero en la actualidad existen muchos sabores. Son sabores como por ejemplo: chispas de
chocolate amargo, chispas de mantequilla de maní, chispas de caramelo, chispas
de chocolate blanco, chispas de chocolate con leche, etc.
Las chispas las podemos utilizar en todo tipo de postres,
calientes o fríos y también en la elaboración de panes, pasteles, panqués, etc.
También pueden estar en helados, barras de fruta y
granola.
Las chispas de chocolate no son recomendadas para
sustituir al chocolate derretido para hornear.
Esto es porque la mayoría de las chispas son diseñadas para mantener su
forma después de hornear pues contienen menos manteca de cacao que el chocolate
de repostería.
Y si a estas chispas le agregamos avena encontramos unas
galletas energéticas y deliciosas.
Bien, me pondré a hacer estas deliciosas galletas, que, a
decir verdad, casi se hacen solas. A
trabajar.
Galletas de avena y chispas de chocolate
1 taza de azúcar moscabado
2 huevos
½ taza leche
¾ taza aceite
1 cucharadita vainilla
2 tazas harina
1 cucharadita bicarbonato
1 cucharadita sal
1 cucharadita canela
2 tazas avena
½ taza de chispas de chocolate
En un tazón mezclamos azúcar morena, huevos, leche, aceite
y vainilla y mezcle bien.
En otro tazón mezcle harina, bicarbonato, sal y canela.
Vierta los ingredientes líquidos en los secos y revuelva,
añada la avena y las chispas de chocolate.
Deje reposar de 15 a 20 minutos, de preferencia en el
refrigerador.
Precaliente el horno a 175°C, engrase varias charolas
para hornear.
Vierta cucharaditas de la masa en las charolas
preparadas, separadas una de otra porque pueden crecer.
Hornee de 10 a 12 minutos o hasta que las orillas se
doren, o si prefiere más crujientes, deje que se doren levemente por encima.
Transfiera a un platón y sirva.
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