martes, 3 de marzo de 2015

Unas ruedas de pechuga de pavo que nos llevan al paraíso.




La domesticación del pavo se produjo alrededor del comienzo del primer milenio de nuestra era y fue por los pueblos indígenas de las regiones centrales de México.  El tipo empleado fue el guajolote o pavo salvaje mexicano, una subespecie del pavo salvaje común que vive en los bosques de México y en los Estados Unidos.  Esta subespecie habitaba en las montañas de la meseta este y central de Mexico, en los estados de Veracruz, Guerrero y Jalisco.

Utilizaban su carne y huevos como fuente de proteína.  También utilizaban las plumas con fines ornamentales.  Los aztecas asociaron al pavo con su dios Tezcatlipoca.  Posteriormente, en el año 1498, los conquistadores españoles de regreso a Europa llevaron consigo pavos domesticados, con el nombre de gallinas de Indias, con lo cual se inició su reproducción en ese contienente.  Primero en España y luego en otros países, en donde en casi  todos desarrollaron razas propias.  Así sería seleccionado por siglos, consiguiéndose aves de carne apetecible, rápido creciiento y gran tamaño corporal.

A Inglaterra llegaron en el año 1521 desde Turquía, razón por la cual al pavo se le denomina en inglés turkey.  Los ingleses lo repatriaron a América al introducirlo en sus colonias de América del Norte.  Allí, en la región de Nueva Inglaterra crearon la “raza Bronceada” mediante cruzas entre el pavo doméstico y la subespecie salvaje que habitaba en los bosques de los montes Apalaches.

Pero, por qué comer pavo solamente en las fiestas decembrinas, lo podemos comer todo el año, además es bajo en colesterel y por sobre todo es muy rico.


Pechuga de pavo rellena

1 pechuga de pavo de 1½ - 2 kilos
200 gr de jamón serrano
300 gr de queso suizo o gruyere
1 ½ taza de arándanos
1 taza de frutos secos al gusto (nueces, pistachos, almendras)
2 tazas de vino blanco
1 ramito de tomillo
Sal y pimienta blanca
2 cucharadas de mantequilla
2 cucharadas de harina

Abra la pechuga formando un rectángulo, sazone con sal y pimienta, ponga una capa de jamón serrano, encima una capa de queso, una capa de arándanos y por último de los frutos secos que utilice.  Enrollo cuidadosamente y amarre para que no se rompa.  Ponga a cocer en una olla con 1 taza de agua, el vino y sal o consomé y unas hojitas de tomillo.  Deje cocer por 40 minutos aproximadamente o hasta que esté cocido.  Retire del caldo y deje enfriar por completo para que se pueda rebanar.  Rebane los medallones y acomode en un platón.  Sirva bañado en la salsa o con la salsa en un lado.
Mientras tanto, en una ollita ponga la mantequilla a que se derrita y fría el resto de los arándanos  y agregue la harina para hacer un roux, cuando esté dorado, agregue el caldo colado y mueva para que no se formen grumos.  Deje que se cueza.  Cuando esté espeso, retire del fuego.  Sirva esta salsa sobre los medallones de pavo relleno.




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