martes, 23 de septiembre de 2025

Mote pillo con encurtido


El mote pillo es uno de esos platos que parecen sencillos, pero que guardan en cada grano de maíz la memoria de generaciones enteras. En la ciudad de Cuenca, donde nació esta receta, se prepara con cariño desde hace siglos y sigue siendo un desayuno emblemático. El maíz —el mismo que aquí conocemos como cacahuazintle— se convierte, después de horas de cocción, en esos granos blancos y suaves que son la base de este tesoro de la cocina ecuatoriana.

La magia del plato ocurre en la sartén, cuando el mote se mezcla con el refrito de cebolla y achiote, y todo se impregna de ese color cálido y ese aroma que invita a la mesa. Luego llega el momento de añadir los huevos batidos, que envuelven cada grano como un abrazo cremoso. No hay prisa: se cocina despacio, para que quede jugoso, dorado y con esa textura tan reconfortante. Es el tipo de comida que no solo llena el estómago, sino que también reconforta el alma.

Lo que realmente le da vida a este plato es el encurtido casero, donde la cebolla blanca se mezcla con zanahoria en rebanadas delgadas, marinadas en limón o vinagre. Su frescura y acidez equilibran la suavidad del mote pillo, haciendo que cada bocado tenga un contraste perfecto: lo cremoso y lo cálido del mote frente a lo crujiente y lo cítrico del encurtido. Es un detalle sencillo, pero que transforma la experiencia de comerlo.

Comer mote pillo con encurtido es saborear un pedacito de historia. Es revivir el lugar que el maíz ha tenido en la mesa andina desde tiempos ancestrales, combinado con influencias coloniales como el refrito y el uso de huevos. Es un plato que une lo antiguo y lo mestizo, lo cotidiano y lo festivo. Cada bocado cuenta una historia de raíces y de identidad.

Por eso, cuando llega el plato a la mesa con su amarillo cálido, acompañado del encurtido fresco y de un pedazo de aguacate, no es solo un desayuno. Es un reencuentro con la tradición, con los sabores que han pasado de abuelos a nietos, y con esa forma tan humana que tenemos de reunirnos alrededor de la comida para recordar de dónde venimos. Porque aunque Ecuador y México estén separados por la distancia, compartimos las mismas raíces de maíz y las mismas tradiciones que nos mantienen unidos en la mesa. 

Mote pillo

 

  • 3 tazas de mote cocido
  • 2 cucharadas de aceite o manteca
  • ½ cebolla en rebanadas
  • 1 cucharadita de achiote en aceite o polvo
  • 4 huevos
  • ½ taza de leche
  • Sal al gusto
  • Para decorar: Hojas de cilantro y queso fresco

  1. En un sartén caliente la manteca con el achiote, sofría la cebolla hasta que esté tierna y ligeramente dorada, retire de la sartén, reserve.
  2. Agregue el mote y revuelva bien para que se integre del aceite, cocine unos minutos. Bata los huevos con un poco de leche y sazone con sal. 
  3. Vierta los huevos sobre el mote caliente y revuelva suavemente hasta que se cuajen los huevos, agregue la cebolla reservada.  Los huevos deberán quedar jugosos, pero no secos.
  4. Apague el fuego y deje reposar unos minutos.  Sirva caliente y decore con cilantro picado y/o queso fresco.

 

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