En la cocina mexicana, la fusión es una constante. Platillos que nacen en las mesas humildes terminan inspirando recetas de fiesta, y manjares de abolengo se reinventan en forma de antojitos sencillos. De esa unión de mundos surgieron las Nogaditas y Agustinitas: empanadas de maíz fritas con relleno al estilo chiles en nogada, servidas en dos versiones que reflejan lo mejor de nuestra tradición.
Las Nogaditas guardan en su interior carne de cerdo guisada con frutas, almendras y especias, un relleno inspirado en el de los chiles en nogada. La masa de maíz, al ser frita, adquiere un dorado crujiente que abraza este guiso delicado. Al salir del aceite, las empanadas se cubren con una nogada suave y fresca, coronada con granos de granada que aportan brillo y contraste. Cada bocado es un encuentro entre lo popular y lo barroco: el maíz de la calle y la nogada de las mesas de celebración.
Las Agustinitas, en cambio, se visten con mole. Ese mole espeso, aromático y profundo convierte a las empanadas en un guiño a la cocina conventual y a las tradicionales enchiladas agustinas. Aquí, la fusión ocurre de otro modo: el relleno dulce y especiado se entrelaza con la complejidad del mole, logrando un sabor que honra a las monjas que con ingenio y paciencia marcaron la historia gastronómica de México.
Más allá de la salsa que las cubre, estas empanadas representan dos rostros de la misma tradición. Son un recordatorio de cómo la cocina mexicana une lo festivo y lo cotidiano, lo refinado y lo sencillo, en un mismo plato. Nogaditas y Agustinitas son hermanas que se complementan: una más ligera y fresca, otra intensa y profunda, ambas unidas por el mismo corazón de carne de cerdo guisada.
Su presentación no pasa desapercibida: el blanco de la nogada con el rojo brillante de la granada contrasta con el marrón oscuro del mole, formando una paleta de colores que no solo es apetitosa, sino que también es símbolo de identidad. En la mesa despiertan la curiosidad, invitan a la conversación y terminan conquistando a todos, porque cada quien encuentra en ellas un sabor que lo conecta con sus recuerdos y con su cultura.
En definitiva, las Nogaditas y Agustinitas son un ejemplo de la creatividad que vive en cada cocina mexicana. Un platillo que no existía y que, sin embargo, parece haber estado siempre entre nosotros. Una prueba de que la fusión es parte de nuestra esencia: el maíz y la fiesta, la antojería y la tradición, lo popular y lo refinado. Todo se une en un mismo bocado, que celebra nuestra historia y nuestra manera de crear.

Nogaditas y Agustinitas
- 2 tazas de masa de maíz nixtamalizada de
molino o Maseca
- ½ taza de agua tibia
- ½ cucharadita de sal
- 1 cucharada de aceite o manteca
Relleno:
- 500 gr carne de cerdo
- ½ cebolla
- 1 diente de ajo
- Sal al gusto
- 2 cucharada de aceite o manteca
- ½ cebolla rebanado
- 1 diente de ajo rebanado
- 2 jitomates
- ½ cucharadita de canela
- ½ cucharadita de semillas de cilantro
- 1 clavo de olor
- 1 durazno en cubos
- 1 manzana en cubos
- 1 pera en cubos
- 2 cucharadas de pasitas
- 1 cucharadas de almendra picada
- ¼ taza de jerez
- Sal y pimienta
Nogada ligera:
- 1 taza nueces de castilla
- ½ taza leche o crema
- 50 gr queso fresco
- Sal al gusto
- 1 cucharadita azúcar
- 3 cucharadas de jerez
Para terminar:
- 1 taza de mole poblano comercial
- ½ taza granos de granada
- Aceite para freir
- En una olla ponga la carne de cerdo y cueza en
agua con cebolla, ajo y sal hasta que esté suave.
- Escurra, deshebre la carne y reserve el
caldo.
- Para preparar el relleno, en una sartén ponga
la canela, las semillas de cilantro, el clavo de olor, el ajo, la cebolla y al
final el jitomate.
- Muela todo con un
poco del caldo que reservo.
- En una cazuela ponga aceite y fría la carne,
cuando ya esté un poco dorada, agregue el durazno, la manzana y la pera ya
picados.
- Deje que se sazone un poco y
agregue el molido de jitomate.
- Incorpore
las pasitas y las almendras picadas.
- Sazone con sal y pimienta. Reserve.
- En un tazón prepare la masa con el aceite o
manteca, sal y el agua caliente hasta que esté en su punto.
- Forme bolitas y aplane en la tortilladora, rellene
con una cucharada del relleno ya frío y cierre la empanada.
- En un sartén ponga suficiente aceite a calentar.
- Cuando el aceite esté caliente pero que no
humee, vaya colocando las empanadas, deje freir por unos 3 – 4 minutos y
voltee.
- Cuando estén cocidas por los dos
lados, retire del fuego y ponga a escurrir en un colador con papel absorbente.
- Prepare la nogada licuando todos los
ingredientes.
- Sirva en un plato 2 ó 4 empanadas
y bañe 2 con la nogada y 2 con el mole poblano.
- Adorne con las semillas de granada.

(Editado por Mario Alberto Vázquez Rosas)
(Fotografía por Emelina Rosas León. Editada por Inteligencia Artificial)