En un bullicioso mercado de una pequeña aldea mediterránea, se rumoreaba sobre la llegada de un ingredient especial para la cocina local. Los lugareños discutían entre ellos, algunos llamaban al vegetal “puerro”, mientras que otros lo mencionaban como “poro”. La disputa sobre el nombre era tan Antigua como la aldea misma, pero todos coincidían en una cosa: su origen misterioso y su irresistible sabor.
Se decía que el “puerro”, como lo llamaban los más eruditos, tenía sus raíces en las antiguas tierras del Mediterráneo, donde los dioses mismos lo habían sembrado como un regalo para la humanidad. Por otro lados, los más pragmáticos afirmaban que el “poro” nombre que preferían los campesinos, había surgido de las manos trabajadoras de los agricultores de la region, quienes lo cultivaban con esmero desde tiempos inmemoriales.
En una
fresca tarde de otoño, decidí llevar a cabo un experiment culinario en mi
humilde cocina. Inspirado por la
diversidad de nombres y su rica historia, opté por preparer rollos de jamón
rellenos con el tan debatido vegetal. Corte
finas rodajas de “poro”, como lo había aprendido a llamar de niña, y lo guise con
trozos crujientes de tocino, vreando así un relleno aromático y sabroso. El resultado fue una fusion de sabores que
deleitó los paladares y evocó recuerdos de antiguas discusiones sobre el nombre
de esta noble planta.
- 2 poros rebanados y lavados
- 1 cucharada mantequilla
- 1 cucharada aceite
- 3 rebanadas de tocino picadas
- 6 rebanadas de jamón
- 1 taza de salsa de tomate o de queso al gusto
- En una olla ponga el tocino con el aceite y la mantequilla para que se fría.
- Cuando esté doradito el tocino agregue el poro a que se fría, sazone con sal y pimiento.
- Rellene las rebanadas de jamón con el poro guisado con el tocino y acomode en un plato para hornear.
- Cubra con salsa al gusto y hornee. Sirva caliente o tibio.
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