Una comida muy popular, que le gusta a todo el mundo y tiene un sin fin de variedades es, sin lugar a dudas, el tamal. La palabra nos crea una imagen mental de una delicia envuelta en hoja de plátano o de maíz (según sea nuestro gusto), a la que le sale vapor, ya que calientes saben riquísimos. Sin distinción le decimos tamal a unos y a otros, sean de pollo, carne, rajas, con aceitunas, de ostiones, de maíz dulce... pero los puristas o “conocedores” nos corrigen, ya que hay ciertos tamales que tienen apariencias y nombres diferentes como por ejemplo, el zacahuil de la Huasteca, un tamal gigantede casi un metro, de cerdo, pollo y salsa, envuelto en hojas de plátano. En Tabasco tenemos los chanchamitos, tamalitos de hoja de maíz en forma de bola y las deliciosas maneas que son de hoja de plátano. En Michoacán están los uchepos y las corundas. En Yucatán está el mucbipollo que es un pastel de tamal. Y eso sin incluir otros tantos nombres como son los nacatamales, canarios, xocotamales, vaporcitos, xocos, etc.
Pero si bien tenemos la idea de que los tamales son comida exclusivamente mexicana (al fin y al cabo hay al menos un tamal diferente en cada estado), en el resto de Latino América comen guisos que son similares a los tamales. Si bien no podemos decir que son el mismo guiso (al fin y al cabo, muchas civilizaciones los inventaron por su propia cuenta), es cierto que se dividen en dos principales categoráas: dulces o salados, y hoja de plátano o de hoja de maíz. Así pues, en Panamá tienen a los bollos, mientras que en Venezuela disfrutan la hallaca (o hayaca), en la República Dominicana comen pasteles en hoja, así como en Chile, humitas. Tal nombre también es compartido en Bolivia y Perú, más solamente cuando es dulce, ya que los salados, al igual que en México comparten el nombre de tamal. Cosa extraña en Ecuador, donde los tamales pueden ser dulces o salados, siempre y cuando lleven hoja de plátano, mientras que los humitas están envueltos en hojas de maíz. Si llevan carne, en Nicaragua se conocen como nacatamal. En Puerto Rico, disfrutan de un tamal dulce, hecho de , el cual llaman guanime.
La palabra tamal proviene del
náhuatl tamalli que significa envuelto. Estos envueltos los podemos hacer de
diferentes sabores de acuerdo con nuestra imaginación y antojo. El día de hoy, decidimos hacerlos de verdolagas, un favorito del centro de la república.
- 500 gr verdolagas
- 500 gr carne de cerdo
- 300 gr tomate verde
- 1 – 2 chiles serranos
- ½ cebolla
- 2 dientes de ajo
- 300 gr manteca de cerdo
- 500 gr harina para tamales
- 2 cucharaditas de polvo para hornear
- Sal o consomé de pollo al gusto
- 25 – 30 hojas de maíz para tamales
- Remoje las hojas de maíz en agua tibia para que se puedan doblar y hacer los tamales.
- Cueza la carne de cerdo con ¼ de cebolla, 1 diente de ajo y sal al gusto. Cuando esté cocida deshebre la carne y reserve el caldo y la carne.
- Limpie y lave las verdolagas, ponga a cocer en agua con un poco de sal, cuando estén cocidas pique de tamaño bocado para que no sobresalgan de los tamales.
- Licue los tomates verdes, chile serrano, ajo y el resto de la cebolla, ponga 1 cucharada de manteca en una olla y vierta la salsa verde.
- Cuando hierva agregue las verdolagas escurridas y picadas, así como la carne que reservó.
- Licue en ½ taza de caldo dos cucharadas de la masa preparada y agregue a las verdolagas guisadas, para que espese y no se salga del tamal. Deje enfriar.
- Bata la manteca con sal o consomé, agregue el polvo de hornear y vaya agregando la harina para tamales alternando con caldo, hasta que quede una masa espesa y que se pueda esparcir en la hoja del tamal.
- Ponga una o dos cucharadas de la masa en la hoja de maíz y extienda, luego una o dos cucharadas de relleno, y envuelva el tamal, acomódelos paraditos en una vaporera y así hasta terminar con la masa. Vierta 2 – 3 tazas de agua en la vaporera y ponga a hervir alrededor de 1 ½ horas.
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