En la cocina mexicana, hablar de "chile verde" es evocar de inmediato una salsa sabrosa para tacos, con ese toque picante que realza cualquier antojo callejero. Pero hoy quiero compartirles algo diferente: un aderezo de chile verde, que aunque parte del mismo ingrediente principal, tiene una personalidad distinta. No está pensado para los tacos ni para las carnes asadas, sino para acompañar verduras cocidas, crudas o incluso coronar una ensalada con carácter.
La diferencia entre una salsa tradicional y un aderezo radica tanto en la textura como en el equilibrio de sabores. Las salsas para tacos suelen ser más intensas, con un picor directo y concentrado, pensadas para acompañar comidas de sabores fuertes. En cambio, un aderezo de chile verde debe ser más suave, más untuoso, menos agresivo. Y en este caso, además, tiene un detalle encantador: un toque dulce muy delicado que suaviza la intensidad del chile y redondea el sabor.
Este aderezo que preparé es fresco y vibrante. Tiene ese saborcito picante que nos encanta, pero con una dulzura sutil que lo convierte en un compañero ideal para unas calabacitas al vapor, un mix de lechugas, o unas papas cocidas. El equilibrio entre lo picante, lo ácido y lo dulce hace que cada bocado sea interesante sin opacar los demás ingredientes.
En casa lo usamos para acompañar ensaladas de nopales, o incluso para darle vida a unas zanahorias cocidas. También queda delicioso como baño final sobre un tazón de verduras al vapor o asadas. No solo suma sabor, sino que aporta color, brillo y un matiz inesperado. El chile verde, con ese guiño dulce, se transforma en un aliado versátil y elegante.
Porque así como hay mil formas de amar el chile, también hay mil formas de usarlo. Y esta es una que, sin duda, merece un lugar especial en nuestras cocinas. ¿Te animas a probarlo?
Aderezo de chile verde o jalapeño fresco
- 6 chiles jalapeños
- ¼ taza cilantro
- ¼ taza perejil
- 2 dientes de ajo picados
- 2 cucharadas jugo de limón
- 1 cucharada de azúcar, miel o agave
- 1 – 2 cebollitas de cambray
- Aceite de oliva al gusto
- Puede quitar las semillas de los chiles para que no quede tan picoso.
- En el procesador de alimentos coloque los chiles sin semillas o al gusto y el resto de los ingredientes excepto el aceite de oliva.
- Procese hasta que esté fino, pero aún en trozos, o si lo desea puede hacer un puré.
- Sirva en un frasco hermético y agregue el aceite de oliva al gusto, agite.
- Guarde en el refrigerador.