lunes, 31 de marzo de 2014

Cree, esfuérzate, supérate.

Si queremos algo tenemos que trabajar para conseguirlo. Tenemos que poner nuestros 5 sentidos para lograrlo. Tenemos que esforzarnos al máximo. Esto pasa en todos los aspectos de nuestras vidas. Desde pequeños, nos tenemos que esforzar para poder gatear, para poder sentarnos o para caminar. Cuando crecemos, nos debemos de esforzar en la escuela, haciendo las tareas o las responsabilidades. En fin, en toda nuestra vida enfrentamos siempre retos que nos hacen buscar el esfuerzo necesario para llevarlo a cabo.
En ocasiones cuando vamos a hacer un pastel pensamos que son muchos los trastes que lavar. Mucho que recoger. Pero ahí estamos mal. Debemos de tener la decisión de hacerlo hacerlo. También podemos buscar recetas que sean fáciles, que no ensucien mucho, pero que tenga un sabor delicioso.
Este pastel de coco es un pastel sabroso que se hace con un poco de esfuerzo, pero que bien vale la pena.
 

Pastel de coco

4 huevos
75 gr harina
220 gr azúcar
100 gr coco rallado
125 gr mantequilla fundida
300 gr de crema dulce
180 ml de leche
1 cucharada ralladura de limón
60 ml de jugo de limón
2 cucharadas azúcar glas

Precaliente el horno a 180°C y engrase y enharine un molde de 22 cm. 

Bata los huevos con el azúcar en un tazón grande, agregue la harina poco a poco sin dejar de batir.  Añada el coco, la mantequilla, la crema dulce, la leche, la ralladura y el jugo e integre completamente.  Vierta en el molde preparado por 45 minutos o hasta que al insertar un palillo salga limpio.  Deje enfriar al menos 20 minutos antes de cortarlo.  Espolvoree con el azúcar glas.

domingo, 30 de marzo de 2014

Mi desayuno “estilo” norteño

La comida en el norte de México es un tanto distinta al resto del país. Su dieta se basa principalmente en el consumo de carne de res, cabrito, quesos, leche, etc.
Antiguamente para conservar la carne, la secaban al sol, pues con la temperatura tan alta se echaba a perder pronto. Con este método hacían que les durara por mucho más tiempo. Después de secar la carne, la machacaban con una piedra para despedazarla y que no estuviera dura para comer. Cuando la iban a usar, la hidrataban con alguna salsa, de preferencia de tomate y así nació un platillo que se llama “machaca”, debido al acto de machacar la carne. Al combinarse con huevo se volvió todo un éxito.
La machaca se come con frijoles bayos refritos y, por supuesto, con tortillas de harina recién hechas, que por cierto son fáciles de hacer en casa.
Para acompañar la machaca, les recomiendo un rico té, fruta y un muy buen postre.

Machaca

400 gr carne de res seca o fresca, cocida y deshebrada
½ cebolla rebanada
8 huevos
4 tazas de caldillo de tomate
3 cucharadas de aceite
Sal

En el aceite fría la cebolla y la carne hasta que esté dorada. Incorpore los huevos sazonados con sal y mueva suavemente hasta que estén cuajados.  Cuando estén cuajados agregue el caldillo de tomate y deje que se caliente.  Sirva con frijoles y tortillas de harina
 
Tortillas de harina

½ kilo de harina
60 gr de manteca vegetal
1 cucharada de sal
1 taza de agua caliente


En un tazón ponga la harina y revuelva la sal.  Agregue la manteca vegetal y desmenuce hasta que parezca avena.  Incorpore el agua caliente y amase integrando todo.  Deje reposar tapada por ½ hora.  Forme bolitas del tamaño de la tortilla y palotee las tortillas.  Ponga a cocer en un comal caliente y voltee cuando empiecen a ponerse ligeramente marrón.

sábado, 29 de marzo de 2014

El gozo de los regalos

Acostumbro a regalar en los cumpleaños algún postre o pastel que le guste a la persona. Al principio yo lo escogía porque había oído que esa receta en cuestión le gustaba, o queriendo sorprenderlos, les hacia un pastel que yo esperaba que les gustara. Pero, después de años de estar haciendo esto, ya me dicen cuál es el que les gustaría que les hiciera.
El regalar un postre o pastel, además de que es el que quiere la persona, es un regalo para mí, pues la cara de felicidad que ponen es un pago sensacional.
Yo sé que a mi sobrina querida le gusta mucho la manzana, la he visto que disfruta los diferentes postres de manzana. Esta vez le hice un mil hojas de manzana, una especie de pay con muchas capas de manzana y una crema que las une, la cual en sí es deliciosa. Espero que ella lo disfrute tanto como yo lo disfruté el hacerlo y al dárselo, su cara se ilumine con esa alegría que he llegado a amar.

 

MIL HOJAS DE MANZANA

Costra:
200 gr mantequilla
125 gr azúcar
1 huevo
1 yema
1 limón, ralladura
300 gr harina
1 cucharadita polvo para hornear
Relleno:
6 manzanas
8 huevos
200 gr azúcar
1 cucharadita vainilla
300 ml crema
300 ml leche
Cubierta:
50 gr avena
150 gr mantequilla fría en cubos
150 gr azúcar
150 gr harina
50 gr nueces molidas
Azúcar glass

Costra: con la batidora mezcle mantequilla con el azúcar hasta que parezca una crema, agregue el huevo, la yema y la ralladura de limón. Mezcle nuevamente.  Por último incorpore la harina junto con el polvo para hornear y mezcle.  Deje reposar en el refrigerador por 20 minutos.
Sobre la mesa enharinada estire la masa a una grosor de 1 cm.   Enrolle la masa en el palo de amasar y extienda sobre el molde previamente engrasado y enharinado.  Acomode la masa y corte el excedente. 

Relleno: pele y descorazone las manzanas.  Corte con una mandolina rebanadas delgadas.  Escalone las rodajas sobre la masa formando filas, en intercale las rodajas restantes.  Aparte, ponga los huevos en un tazón y agregue el azúcar molida.  Mezcle y añada la vainilla.  Incorpore la crema y la leche y mezcle.  Vierta la preparación sobre las rodajas de manzana.  Hornee a 175°C por 15 minutos y retire del horno. Aplique la cubierta sobre la preparación.  Vuelva a meter al horno de 20 a 25 minutos, hasta que el relleno esté cocido y la cubierta dorada.  Retire y deje enfriar.  Desmolde.  Adorne con el azúcar glass.


Cubierta: coloque la avena en la procesadora, agregue los cubos de mantequilla y el azúcar.  Añada la harina y las nueces y procese hasta lograr un arenado.  Aplica la cubierta sobre la preparación.

viernes, 28 de marzo de 2014

Los roles de la amistad

A lo largo de la vida va uno conociendo personas de las cuales uno escoge como amigos. La amistad es algo invaluable. Las personas no están hechas para vivir solas. Uno debe de tener a alguien con quien compartir.
Se dice por ahí que cuando uno convive con las personas, las llega uno a querer. Y es cierto, si uno no frecuenta uno a sus amigos o familiares, el amor o el cariño se enfría.
Mis primas, unos amigos nuestros que son casi de la familia, mi hermana y nosotros nos solemos reunir seguido, esto se hace que nuestro cariño florezca. Cuando es la reunión siempre trato de esmerarme en hacer algo que yo sepa que se les vaya a gustar. Y como las olas de amistad que nos rodean a todos nosotros, así son estos roles de canela y nuez, juntos como amigos.


Roles húmedos de canela y nuez

Masa:
250 ml de leche tibia
500 gr de harina
6 cucharadas de azúcar
2 yemas de huevo
1 limón, su ralladura
1 pizca de sal
1 cucharada de levadura
Relleno:
100 gr de mantequilla derretida
250 gr de nueces molidas
2 cucharadas de canela molida
120 gr de azúcar
1 huevo para barnizar
Jarabe:
150 ml de leche
100 gr de azúcar
½ cucharadita extracto de vainilla

En el tazón de la batidora ponga la leche tibia, el azúcar, la ralladura, sal y las yemas de huevo batidas, agregue el harina y encima ponga la levadura.  Ponga a funcionar y deje que se integre, mezcle por 5 minutos.  Coloque la masa en un tazón ligeramente engrasado, tape con un trapo húmedo y deje reposar hasta que doble su volumen.
Cuando ya subió, divida la masa en dos y forme un rectángulo con cada una.  Con una brocha ponga la mantequilla, encima el azúcar, la canela y las nueces. Enrolle y corte rebanadas de 1 cm de ancho.  Acomode en un molde engrasado sobreponiendo las rebanadas.  Deje levar y barnice con el huevo batido.  Precaliente el horno a 200°C.  Cuando los rollos hayan crecido, hornee por 10 minutos y reduzca el calor a 180°C y deje cocer hasta que estén de un dorado oscuro.  Retire del horno y bañe con el jarabe tibio.

Jarabe: En una olla ponga la leche y el azúcar y deje calentar hasta que se disuelva el azúcar.  Cocine por unos minutos más.  Retire del fuego y agregue la vainilla. Vierta tibia en el pan salido del horno.


jueves, 27 de marzo de 2014

Delicioso el aroma del pan.

El pan es una de las grandes comidas de la humanidad. ¿Cuántos platillos existen que contienen pan? El pan ha existido desde que la humanidad dejo su época nómada. El pan es anterior a nuestras civilizaciones, apareciendo por primera vez en el año 8000 a.c., mientas que nuestra primer civilización, la sumeria es considerada que apareció en el 5000 a.c.
 Cuando pasamos por la panadería nos embriaga ese aroma que nos dice que el pan está listo, ese pancito calientito que se funde en nuestras bocas.  Pero cuando lo hacemos en casa, el olor nos hace experimentar sensaciones fantásticas, a tal punto que, antes aun de que salga del horno, ya nos lo queremos comer.
A mí me gusta hacer pan, sentir la masa como se va desarrollando, y sabiendo que al final va a estar delicioso.  Desde diciembre pasado no había hecho pan alguno y ya me hacía falta. Pero como tengo algunas cosas pendientes  decidí hacer pan en la máquina de pan, que es una maravilla. Solo tengo que poner los ingredientes en el tazón y programarlo, y a las tres horas ya está listo el pan.



Pan campesino

1 ½ taza agua tibia
1 cucharada azúcar
1 ½ cucharadita sal
3 ½ tazas harina
2 ½ cucharaditas levadura


En el tazón de la máquina primero ponemos el agua tibia, después el azúcar, la sal, el harina y al final la levadura.  Armamos la máquina y la ponemos a funcionar.  Solo checamos que se integre toda la harina en los primeros minutos de amasado. 



miércoles, 26 de marzo de 2014

Adaptandose al tiempo.

Una dieta balanceada es lo mejor que uno puede tener, aunque con el ritmo moderno, donde no tenemos tiempo para nada, la comida la dejamos un poco olvidada. Por eso existen algunos atajos que podemos tomar para tener siempre una comida balanceada y lo mejor de todo que se elabore en pocos momentos.
Lo más importante es elaborar un menú semanal o quincenal para poder ir adelantando todos nuestros guisos, ya sean sopas, desayunos, o cualquier otro tipo de platillo.
Podemos fácilmente tener cocido y separado el arroz por porciones que tengamos para cada miembro de la familia. Lo que no usemos, bien lo podemos congelar para otra ocasión.
Las verduras las podemos pelar y picar para la semana y guardarlo en pequeñas porciones. Con la fruta pasa lo mismo. Picamos, pelamos y podemos guardarlas.
Si contamos con un horno eléctrico, este nos hará la vida más sencilla, pues solo tenemos que programarlo para que funcione por un determinado y se apague. Así nuestra comida queda lista sin que nosotros nos cansemos demasiado.
Las leguminosas son fáciles de hacer en grandes cantidades sin que cambie gran cosa su método de limpieza y cocción. No es inusual hacer frijoles o lentejas para varios días de comida en una sola tanda.
En fin, si le buscamos bien, encontraremos atajos para hacer una comida suculenta y balanceada en poco tiempo.
El platillo de hoy es un platillo ligero, barato, saludable y delicioso; oriundo del sur de los Estados Unidos. Un pay salado de jamón, queso y poro.


Pay de jamón, queso y poro

2 cucharadas de mantequilla o aceite
2 poros lavados y picados
3 tazas de arroz cocido
150 gr jamón picado
5 huevos
2 tazas de leche
½ taza de queso rallado
1 cucharada perejil fresco picado
Sal y pimienta
Queso parmesano para espolvorear


Engrase un molde de horno de 27 – 30 cm, reserve. En una sartén ponga la mantequilla y el poro y deje cocer hasta que esté suave. Revuelva el poro con el arroz y el jamón y vierta en el molde preparado. Mezcle los huevos con la leche y sazone con sal y pimienta, vierta sobre el arroz.  Esparza el perejil y el queso rallado sobre el arroz.  Espolvoree el queso parmesano.  Hornee a 190°C por 25 -30 minutos.  Sirva con una ensalada verde.


martes, 25 de marzo de 2014

Pan de elote

El maíz es un alimento muy versátil, pues lo podemos usar en nixtamal lo utilizamos para hacer tortillas, o la podemos hacer harina, o bien, podemos comer la mazorca asada, untada de mayonesa, queso rallado y chile en polvo. Podemos usar el maíz molido para hacer atole o bien champurrado, si se usa la masa de maíz.
En cada país lo utilizan de manera distinta. En Colombia y Venezuela tienen arepas, hechas de maíz molido. En partes de Europa, originalmente en Italia (tradición que llego a Estados Unidos y a América del Sur) tienen la polenta, que en sus inicios era de trigo mas con el descubrimiento de América y la introducción al maíz, esto fue cambiando de harina de trigo a harina de maíz.
En fin, el uso del maíz es tan amplio como estrellas en el universo. Hoy les presento un pan de elote que esta riquísimo.





Pan de elote

150 gr mantequilla
½ taza harina
4 huevos
1 ½ taza granos de elote
1 cucharada polvo para hornear
1 pizca sal
1 ½ taza azúcar
1 cucharadita vainilla
½ taza suero de leche


Derrita la mantequilla en el molde en que va a preparar el pan de elote. Y con una brocha barnice los lados del molde, reserve. Licue los granos de elote con la harina, huevos, polvo para hornear, sal, azúcar, vainilla y suero de leche.  Agregue la mantequilla derretida y fría a la licuadora.  Vierta el batido en el molde y hornee a 180°C por 30 minutos.



(Editado por: Mario Vázquez)

lunes, 24 de marzo de 2014

Historia en la cocina VII, la pizza.

Todos conocemos la pizza. Sabemos que es un pan plano, cubierto de salsa de tomate y queso en su estado más básico, o con una gran variedad de ingredientes, tales como carnes, verduras o incluso frutas. Estos ingredientes a veces son locales, a veces no; la pizza, a su vez, a veces es suave, a veces es dura; a veces delgada, a veces gordita. La mayoría de las veces la pizza es redonda, aunque las hay también rectangulares o cuadradas.

La historia de la pizza es antiquísima, considerando que en las ruinas de Pompeya se han encontrado una “pizzas” primitivas. Un pan plano redondo cortado en ocho porciones.
La pizza es original de la cocina napolitana aunque se ha extendido en todo el mundo con muchas variantes. Esta pizza era elaborada en forma artesanal, pero, a partir de los años cincuenta, se transformó en un alimento de “confort” y se empezó a vender en los supermercados. En la actualidad, hay franquicias y negocios que las llevan a domicilio. (¿Sabían? El único país que no tiene un Pizza Hut es Italia. {Tal vez tampoco Korea del Norte, por su aislamiento autoimpuesto.})

La pizza original era solo un vil pan plano redondo. No fue hasta el descubrimiento de América que se obtuvo la salsa de tomate, y no fue hasta 1889 que se le agregó por primera vez el queso. Ahora se ha convertido en una comida internacional, dado que, al igual que la hamburguesa y que el sándwich, se puede adaptar a los gustos locales.


Datos (in)útiles de la pizza:
En Estados Unidos se conoce como “pizza gourmet” cuando tiene ingredientes “no tradicionales”.
La pizza hawaiana es un invento alemán que consistía en una base de queso y tomate con jamón o tocino y cubierta de rodajas de piña.

Para terminar, les dejo la receta para las pizzas, empezando por la receta de la masa. Para hacerlo más dinámico y divertido cambie la forma de presentación e hice también “calzone” que básicamente, son empanadas de pizza.




Masa para pizza

1 kilo de harina
1 ½ cucharada de levadura seca
2 cucharadas de aceite de oliva
2 ½ taza de agua tibia aproximadamente


En la batidora ponga en el siguiente orden: 2 tazas de agua tibia, el aceite de oliva, la harina y la levadura.  Ponga a funcional la batidora y si es necesario, agregue el agua que queda.  Deje batir unos 5 – 8 minutos.  Retire de la batidora y acomode en un tazón engrasado.  Tape con un trapo húmedo y deje levar a que doble su volumen.
Cuando la masa ya levó, viértala en una mesa enharinada y forme las diferentes pizzas que va a elaborar (con esta cantidad de masa, salen 3 medianas), ponga en charolas ligeramente engrasadas, cubra con la salsa de pizza, queso y los ingredientes que usará.

Calzone

Masa para pizza
Salsa para pizza
Queso para pizza
Jamón al gusto
Coliflor picada pequeño
Huevo para barnizar

Estire la masa del tamaño deseado, ponga salsa para pizza, jamón al gusto, coliflor al gusto, queso. Moje las orilla con un poco de agua y cierre la empanada.  Acomode en una charola ligeramente engrasada y barnice con huevo.  Hornee a 200°C hasta que la parte de debajo de la pizza esté cocida.








 

Pizza en cono

Masa para pizza
Salsa para pizza
Queso para pizza
Chorizo bajo en calorías ya frito
Perejil picado al gusto
Huevo para barnizar
Papel aluminio
 
Engrase los moldes de cono y forre con la masa de pizza.  Barnice con huevo.  Hornee a 200°c hasta que esté cocida la pasta.  Retire del  horno.  Quite los moldes.
En un tazón mezcle el chorizo ya frito y frío, la salsa para pizza, el queso para pizza y el perejil y revuelva integrando perfectamente.  Rellene los conos, procurando que esté bien distribuido el relleno.  Envuelva con papel aluminio, procurando que la boca ancha del cono quede bien tapada.
Hornee a 180°C por 15 minutos, dejando que el queso se derrita.  Retire del horno y sirva.




Chorizo bajo en calorías
 
150 ml de vino blanco
2 cucharadas de sal
1 cucharada de pimentón dulce o páprika
1 cucharadita de comino
1 cucharadita de ajo en polvo
½ cucharadita de pimienta blanca
½ cucharadita de jengibre fresco rallado
1 pizca de canela molida
1 kilo de carne de cerdo semi magra
Tripa chinesca
Hilo para chorizo

Coloque en un tazón el vino, agregue la sal, pimentón, comino, ajo, pimienta, jengibre y la canela y revuelva hasta que se disuelva.  Pique la carne de cerdo muy pequeñito o muélala.  Integre la carne con los ingredientes preparados.  Hidrate la tripa en agua por unos minutos y empiece a embutir, forme choricitos de 10 cm., atándolos con el hilo para chorizo.  Si quedan burbujas pique con un alfiler.  Se puede usar a partir de 12 horas de haberse elaborado.  Se puede refrigerar hasta 7 días, o la puede congelar hasta 6 meses.



 

Bollos de pizza

Masa para pizza
Salsa para pizza
Queso para pizza
Peperoni al gusto
Huevo para barnizar
Orégano seco para decorar
Tome porciones pequeñas de la masa, coloque una cucharada de salsa, queso, peperoni y cierre en forma de bollo.  Acomode en un refractario ligeramente engrasado y deje levar. Barnice con el huevo y decore con orégano seco. Hornee a 200°C hasta que esté cocido, aproximadamente 25 minutos.












(Editado por: Mario Vázquez)

domingo, 23 de marzo de 2014

Historia en la cocina VI, las moras.

Las moras (llamados también frutos del bosque o bayas), son frutas que proceden de diversas especies vegetales pero que se parecen lo suficiente entre sí para pensar que son de la misma familia.
La mayoría de estos frutos provienen de climas fríos o templados (clima propios de los bosques) a lo largo de todo el mundo. En la antigüedad (y todavía se pueden encontrar así en la actualidad, aunque son más raras) eran recogidas de sus arbustos, ahora las cultivamos.
En Tabasco, zona costera cálida, estas frutas nos eran desconocidas, ninguna baya, ni siquiera la fresa, nos llegaba a Villahermosa. Esto, aclaro, fue hace mucho tiempo, cuando aún era niña, quizá en estos días ya las reciban allá en Tabasco. Estos frutos solo los conocí en mi niñez por las veces que fuimos a Puebla a visitar a mi abuelita y podíamos comer fresas. Después, llegaron los frutos, congelados, a Tabasco. Es bonito saber que ya podemos disfrutar de estas delicias en casi cualquier época del año.
El pan del día de hoy, NO esta hecho de moras, no tenía así que use cerezas.

Nota importante del español. De la palabra mora se deriva morado y moretón. Probablemente los antiguos españoles tenían una mora morada (lo más probable la zarzamora) la cual influyo en estas palabras. Es curioso que los españoles a los árabes, los españoles los llamaran “moro, moros” (femenino “mora, moras”), aunque no creó que tengan que ver una cosa con la otra.


 Nombres de moras: zarzamora, mora azul, fresa, frambuesa, arándano, tomate, uva



Pan de mora fresca (que, extrañamente, queda bien con cereza)
Pan de mora, infinitamente más rico con cerezas.

2 tazas de harina
1 ¼ taza de azúcar moscabado clara, en 2 partes
1 ½ cucharadita de polvo de hornear
½ cucharadita de bicarbonato de sodio
½ cucharadita de sal
1 huevo
¾ taza de leche entera
4 cucharadas de mantequilla derretida y fría
2 tazas de moras frescas (yo le puse cerezas)


Precaliente el horno a 170°C.  Engrase y enharine un molde para panqué. Limpie y deshuese la fruta, si es necesario, agregue ¼ taza de harina, revuelva suavemente y reserve. En un tazón mezcle el resto de la harina, 1 taza de azúcar moscabado, polvo para hornear, bicarbonato de sodio y sal.  En otro tazón bata el huevo, leche y mantequilla.  Añada la mezcla húmeda a la seca.  Agregue la fruta y mezcle envolviendo suavemente la preparación.  Vierta la mezcla en el molde preparado y esparza el azúcar moscabado que queda sobre la mezcla.  Hornee por 1 hora 15 minutos aproximadamente o hasta que al insertar un palillo en el centro del pan este salga limpio.  Retire del horno y deje enfriar por 10 -15 minutos. Invierta el pan en la rejilla y regréselo a la posición original, para que se enfríe completamente.



(Editado por: Mario Vázquez)

sábado, 22 de marzo de 2014

Mi desayuno (tipo) inglés

Una de las cosas que más me gusta es cocinar aunque también me gusta muchísimo el viajar. Lamentablemente viajar es mucho más difícil de hacer que el cocinar, pero cuando yo cocino, me siento viajando por todo el mundo.
En ocasiones hacemos la semana de la comida china, o la semana de la comida italiana, o la francesa o española, alemana, inglesa o griega; entre otras.
Cuando estamos en la “semana de la comida…” hago de todo; desayunos, panes, sopas, postres, aperitivos, sándwiches y otros.

El desayuno inglés es uno de mis favoritos. Compuesto de huevos fritos, tocino o salchicha, scones y té. Los scones es un pan ingles que es equiparable con el biscuit estadounidense, que en México conoces como bísquet.
Yo pienso que los huevos fritos con tocino (el corazón del desayuno inglés) son un desayuno perfecto en el mundo occidental aunque ahora los hice con un pequeño giro.
Mi propia variedad de desayuno inglés.

Bisquets de queso fresco y ajo

2 tazas de harina
1 ½ cucharadita de polvo para hornear
2 cucharadas de mantequilla
¼ cucharadita de sal
½ taza de queso fresco picado pequeño
2 dientes de ajo picado pequeño
1 taza de leche

Precaliente el horno a 220°C.  Engrase y enharine ligeramente una charola de horno. 
En un tazón cierna la harina, el polvo para hornear y la sal. Agregar la mantequilla y con las manos desbarate hasta que parezca avena.  Añada el ajo y el queso y revuelva.  Haga un hoyo en el centro de la harina y vierta ¾ taza de leche.  Revuelva hasta que se integre, vaya incorporando la leche que sobra por cucharadas.
Vierta la masa en la mesa enharinada y forme un rectángulo con las manos.  Corte en cuadros y cada cuadro en diagonal.  Acomode en la charola preparada.  Barnice con leche. Hornee por 15 – 20 minutos o hasta que estén ligeramente dorados.  Sirva caliente o deje enfriar en una rejilla.


Huevos con tocino

1 rebanada de pan de caja
1 rebanada de tocino
1 huevo
Una pizca de sal


Con un cortador de galleta corte un círculo de pan de caja del tamaño de un molde de muffin o panqué.  Acomode el pan en el fondo del molde del panqué o muffin.  Acomode la rebanada de tocino alrededor del molde de panqué o muffin, cubriendo los lados.  Vierta el huevo en el molde, sazone con sal.  Hornee de 15 – 20 minutos.  Retire del molde y sirva.


(Editado por: Mario Vázquez)

viernes, 21 de marzo de 2014

Historia en la cocina V, el queso Roquefort.

Cuenta la leyenda que un joven francés, después de una mañana de trabajo cuidando ovejas, se metió en una cueva para protegerse del sol. Dentro de esa cueva se puso a comer, tomo su bolsa de pan y su queso de oveja y, cuando se disponía a comer, vio a una bella joven pasar y, dejando su pan y su queso se fue tras la muchacha. Unas semanas después, de camino a casa, pasó por esa cueva mientras paseaba a sus ovejas y se acordó de que había dejado su queso y su pan. Entró y los encontró cubiertos de moho. No queriendo dejar que su dinero se hubiese desperdiciado, se comió el queso mohoso el cual le supo tan rico que, a partir de ese momento, empezó a dejar el queso algunas semanas para que tomara el aroma y el sabor que le brindaba ese moho azul-verdoso. Esas grutas y cuevas se encontraban en las cercanías de la ciudad de Roquefort.
Hay una mención documenta por el cronista Eginhard, quién fuera ministro e historiador de la corte de Carlomagno (754-814) sobre el queso Roquefort.
La historia comienza cuando un día el emperador, tras una jornada de marcha, se detuvo en la casa de un obispo. Era un sábado, día de abstinencia de carne y el obispo no disponía de pescado para ofecerle, por lo que le dio queso. El emperador observó el queso y vio un moho azuloso crecer en sus paredes, por lo que tomo su cuchillo y quitó la parte “podrida” para comerse la parte blanca y cremosa. El obispo, horrorizado le dijo, “¿Por qué, señor emperador, obra de ese modo? Lo que desechas es lo mejor.”
Carlomagno siguió el consejo del obispo y saboreando el queso, dijo, “Has dicho la verdad, mi querido anfitrión. Por tanto, no dejes de mandarme cada año, al palacio de Aix-la-Chapelle, dos cajas de quesos como este.”
En el siglo XVI, el rey Carlos VI de Francia (1368-1422), también llamado el Bien Amado, permitió a los habitantes del lugar el monopolio de la fabricación de dichos quesos mientras que el Parlamento de Toulouse, en el año 1666, confirió lo que hoy llamamos “denominación de origen,” en otras palabras, el derecho a la exclusividad de fabricación a los habitantes de la zona de Roquefort.
Varios reyes han venerado este queso, al cual nombraron “El queso de los reyes” y “El rey de los quesos.” Denis Diderot en su Enciclopedia, “Encyclopédie ou dictionnarie raisonné des sciences, des arts, et des metiers,” también le atribuyó estos nombres.
Casanova, del siglo XVIII, encontró un matiz peculiar en la degustación del Roquefort, no dejo de encomiar sus virtudes afrodisíacas y de considerarlo como un excelente medio para recobrar el amor o para que un amor reciente madura pronto.
Ahora bien, este queso ha tenido también una gran historia con mi familia, normalmente siendo comido en esta receta, el mollete azul.

Al igual que el queso, no tiene un aspecto apetitoso, pero su sabor es inigualable

Mollete azul

1 bolillo
1 taza de salsa de tomate espesa
2 cucharadas de aceite de oliva
50 gr de queso roquefort
3 cucharadas de requesón

Parta el bolillo longitudinalmente.  Esparza la salsa de tomate en las dos mitades.  En un tazón mezcle el aceite de oliva, queso azul y requesón hasta que todo esté perfectamente incorporado.

Esparza la mezcla de queso sobre la salsa de tomate y hornee a 200°C por 10- 12 minutos o hasta que esté dorado.


(Editado por: Mario Vázquez)

jueves, 20 de marzo de 2014

Delicias de Yucatán

Mi abuela, por parte de mi mamá era yucateca. Guisaba muy rico y por supuesto, lo que guisaba era una comida yucateca deliciosa. Papadzules, frijol con puerco, cochinita pibil, pollo con 50 ajos, escabeche oriental, picadillo yucateco, entre otras muchas cosas deliciosas que podremos hacer aquí.
Lamentablemente, mi abuela no hacía ni postres ni panes. Aun no sé si era porque no le gustaran, o si simplemente no le interesaban. Y, realmente, me hubiese gustado probar un postre que ella hiciera.
Entre algunas recetas que tengo de los estados de la República Mexicana,  me encontré con estas bolas yucatecas que en cuanto salieron del horno, sufrieron unas cuantas bajas. Yo las serví con una mermelada de piña con chile habanero (excepto la de mi hijo menor, puesto que la mermelada seguía hirviendo y tiene él baja tolerancia al calor) que preparé mientras estaban en el horno. Afortunadamente, no es necesaria la mermelada con chile para disfrutarlas. Así, gente como yo que no comemos chile, igual podemos comerlas y degustar su sabor.









Bola Yucateca

500 gr de harina
1 cucharada de polvo para hornear  
120 gr de azúcar
120 gr de manteca vegetal
1 cucharada de anís en grano
3 huevos
¼ taza de leche o suero de leche aproximadamente

Cierna la harina y el polvo para hornear, agregue el azúcar y el anís, añada la manteca y desbarate hasta que parezca avena.  Añada los huevos y el suero o la leche por cucharadas y revuelva hasta que todo se integre.  La masa deberá quedar de consistencia suave.  Divida  la masa en 24 bolitas y coloque en charolas engrasadas y enharinadas.  Hornee en horno precalentado a 170° C, durante 20 – 25 minutos o hasta que empiecen a dorar solo por la parte de abajo, por encima no deben dorar.

Mermelada de piña con chile habanero
 
½ piña
1 manzana
150 gr azúcar
½ taza de agua
2 chiles habaneros


Ponga los chiles a cocer 6 minutos en el agua. Muela la piña, los chiles con el agua y la manzana y ponga en una olla al fuego.  Cuando hierva agregue el azúcar y deje que hierva hasta que tenga consistencia de mermelada.  Vierta en un frasco de cristal limpio. Conserve en el refrigerador.




(Editado por: Mario Vázquez)

miércoles, 19 de marzo de 2014

La galleta, comida popular.

La galleta es una de las comidas universales, un platillo que se ha permeado en el propio inconsciente humano. No es de extrañar pues, que todo país tenga varias variantes de este platillo. Saladas o dulces, todo mundo come galletas.  Incluso han llegado a nuestro imaginativo colectivo, libros y juegos. En la serie de libros, El Señor de los Anillos los protagonistas se alimentan de un pan galletoso llamado Lemba, un pan élfico que recupera las fuerzas de cualquiera que la come.
Por otro lado, uno de los mejores artículos alimenticios en el conocido juego de computadora Minecraft son las galletas. Hechas de trigo y cocoa, se hacen en grandes cantidades y sirven como una buena (aunque ligera) fuente de alimento. Ahora bien, dejando de lado la cultura popular, les dejo el post del día de hoy.

El aroma de las galletas, silencioso y cálido, inunda el hogar donde se hagan. Ese aroma que hace que uno flote hacia la cocina, y que hace que no importen una ligera quemada en la mano, siempre y cuando podamos morder esa fresca galleta antes que los demás. Si se dejan desprotegidas, lo único que quedará será su aroma en el aire.
Por eso yo, cuando mis hijos eran menores, hacía y empacaba las galletas cuando mis hijos estaban en la escuela, de esa manera no se la comían.
A mi hijo menor (al que no le gusta el pan de dulce), cuando estaba en segundo de primaria, su maestra le agarraba de sus galletas, lo cual para él era perfecto puesto que aunque esas galletas le fascinaban, no podía comer más de dos sin hartarse.
La masa de estas galletas es tan versátil como la galleta misma, creando unas galletas deliciosas, aunque también se pueden usar como masa para las tartaletas que, por supuesto, quedan de primera. Una opción para el relleno de las tartaletas, es esta mantequilla de pera qué preparé. Pero puede hacerse con la fruta que uno desee; incluso las puede rellenar con crema pastelera y/o fruta o con alguna mermelada casera.
La vía lactea


Galletas de nuez

130 gr de azúcar glas
200 gr de mantequilla
1 huevo
100 gr de nueces molidas
300 gr de harina
Glaseado:
1 taza azúcar glas
3- 4 cucharadas de leche
Color vegetal al gusto

En el procesador ponga el azúcar glas y la harina y procese.  Agregue las nueces molidas y la mantequilla.  Observe que lo procesado parezca avena.  Añada el huevo, cuando se forme una bola, vierta en un tazón, integre todo, envuelva en película plástica y refrigere por 30 minutos.
Pasado el tiempo, saque la masa y extienda con un palote. Corte las galletas de la forma deseada. Coloque en una charola engrasada y enharinada. Hornee a 175°C de 12 a 15 minutos o hasta que las orillas estén ligeramente doradas.  Deje reposar en la charola unos 5 minutos y coloque en una rejilla para que se enfríen completamente.
Glaseado: en un tazón ponga el azúcar glas y agregue la leche a cucharadas hasta obtener el punto deseado.
Ni el propio Van Gogh podría hacer un mejor cielo estrellado.




Tartaletas de pera
¡Deliciosas tartaletas de frijol y aluminio! Procuren no comerlas.

Costra:
130 gr de azúcar glas
200 gr de mantequilla
1 huevo
100 gr de nueces molidas
300 gr de harina
Mantequilla de pera:
3 peras
3 yemas
100 gr de azúcar
100 gr de mantequilla
¼ taza de agua

Relleno más...
Costra: en el procesador ponga el azúcar glas y la harina y procese.  Agregue las nueces molidas y la mantequilla.  Observe que lo procesado parece avena.  Añada el huevo, cuando se forme una bola, vierta en un tazón, integre todo, envuelva en película plástica y refrigere por 30 minutos.
...forma es igual a...
Pasado el tiempo, saque la masa y extienda con un palote.  Forre las tartaletas con la pasta.  Para hornear en blanco, cubra con un pedazo de papel aluminio cada tartaleta y encima ponga semillas secas.  Hornee a 360°F por 12 -15 minutos o hasta que estén doraditos.  Retire del horno, quite el papel aluminio y las semillas.  Rellene.

Relleno: pele las peras y quite las semillas, rebane y ponga en una ollita con el agua al fuego. Cuando se haya evaporado el agua retire del fuego y machaque para hacer un puré, agregue el azúcar, la mantequilla y las yemas batidas.  Regrese al fuego y deje que hierva hasta espesar. Retire del fuego y reserve. Cuando esté frío rellene las tartaletas. Decore y sirva.






...tartaletas estrelladas



(Editado por: Mario Vázquez)

martes, 18 de marzo de 2014

Tip en la cocina II, el chorizo casero.

Alguien que cocina tiene la ventaja de comer siempre lo que le gusta, lo que quiere. El que cocina decide que hacer de comer, y en realidad, todos comen lo que le guste a quien cocina. Para mí esto es un verdadero tesoro, pues a través de la comida les muestro a mis hijos otros lados del mundo.
Su cultura gastronómica se va extendiendo, sin salir de casa. Algunas veces esto es bien recibido, pero algunas veces no les gusta mucho.
Me acuerdo de una vez que hice un arroz frito al curry tailandés así que les pregunté a mis hijos como les había parecido el platillo. Mi hijo menor que en ese entonces tendría unos 5 o 6 años, me dijo de una manera muy educada, “está muy rico mami, pero no lo vuelvas a hacer.”
Yo pienso que los hijos comen lo que a la mamá le gusta, puesto que es ella quién les enseña a comer.
Lo primero que pensamos cuando alguien dice “España” inevitablemente es el chorizo. Lamentablemente en algunas ocasiones el chorizo es muy grasoso y nos causa graves problemas digestivos. Para no privarnos de comer chorizo, hicimos lo mismo que con las salchichas, decidimos hacer uno en casa, descubriendo que el chorizo es delicioso y fácil de hacer.



Chorizo

1 kilo de maciza de puerco
1 ½ cucharadita pimienta blanca molida
3 cucharadas chile ancho molido
4 dientes de ajo machacados
2 cucharaditas de sal
1 cucharadita de pimienta negra molida
½ cucharadita de orégano seco molido
½ cucharadita de comino molido
¼ cucharadita de hierbas finas
½ taza de vinagre blanco
2 cucharadas de agua
1 cucharadita de aceite vegetal


En un recipiente hermético ponga la carne con todos los ingredientes a marinar durante una hora en el refrigerador. Pasado ese tiempo, pique la carne en trocitos de medio centímetro o pásela por el molino de carne, si lo tiene.  Ponga la carne otra vez en el recipiente hermético con la marinada, tápela y refrigere como mínimo 24 horas.  En este punto está lista para usarse.  Si desea la puede embutir en una tripa y así guardarla, o dejarlo suelto. Este chorizo tiene una vida aproximada de 1 semana.



(Editado por: Mario Vázquez)

lunes, 17 de marzo de 2014

Combinación suprema, flan y pay a la vez.

Siempre me han gustado las cosas diferentes. Las cosas conocidas, la rutina, se me hacen aburridas. Me vuelven loca.
Las cosas están hechas para modificarse. A mis hijos, yo siempre les cambiaba las cosas, rompía los estereotipos. Por ejemplo, me acuerdo que en algunas ocasiones, estando aburrida de darles siempre la leche blanca. Y sucedió, me las ingenié para darles leche de colores. Verde, roja, azul o morado; mis hijos amaban esta leche sobre la leche normal, a pesar de que seguía sabiendo igual. Cuando venían sus amigos, siempre se quedaban extrañados por esta leche; aunque muchos no querían tomarla, temiendo por sus vidas, estas leches sabían igual.

Por eso hoy he hecho algo que nos gusta mucho. A uno de mis hijos le fascina el flan, a otro el pay y al otro el pan de dulce ni le gusta. Como siempre les quiero dar gusto a todos, aquí está el resultado, un fl-ay de manzana. Y si tomamos en cuenta que a mi hijo menor que no le gusta el pan, dijo que le encantó, yo creo que este es un pan delicioso.

Pac-man, versión 2.

Fl-ay de manzana

Costra:
150 gr manteca vegetal
2 tazas harina
1 cucharada de azúcar
½ cucharadita de sal
¼ cucharadita de canela en polvo
Agua helada la necesaria
Cobertura:
1/3 taza harina
1/3 taza azúcar moscabado
½ cucharadita de canela molida
2 ½ cucharadas de mantequilla fría
Relleno:
8 manzanas medianas para hornear
1 taza de azúcar, dividida
½ cucharadita de canela molida
¼ taza de agua
2 cucharadas harina
¼ cucharadita de sal
3 huevos batidos
1 ¾ taza de suero de leche
1 cucharadita vainilla

Costra: en un tazón ponga la harina, el azúcar, la canela y la sal.  Agregue la manteca vegetal y desbarate hasta que parezca avena.  Agregue agua helada a cucharadas hasta que se haga una masa suave. (Se puede elaborar en un procesador)  Deje reposar refrigerada por 20 minutos.  Extienda con el palote y forre un molde para pay engrasado de 22 cm., refrigere.
Cobertura: en un tazón ponga la harina, el azúcar moscabado y la canela y revuelva.  Agregue la mantequilla y desbarate hasta que parezca avena.  Reserve en el refrigerador.
Relleno: pele y rebane las manzanas.  En una cacerola ponga las manzanas, ¼ taza de azúcar, la canela y el agua y ponga en el fuego por 12 minutos aproximadamente, hasta que el agua se haya evaporado y la manzana esté tierna, si es necesario agregue ¼ taza de agua. Deje que se enfríe. Vierta sobre la costra refrigerada.
Aparte, en un tazón ponga el resto del azúcar, la harina y la sal y revuelva, agregue los huevos, el suero de leche y la vainilla. Vierta sobre la manzana.

Hornee a 165°C por 30 minutos.  Sin sacar el pay del horno reduzca la temperatura a 140°C.  Esparza la cobertura  sobre el pay.  Hornee por 40 minutos  o hasta que esté cocido y dorado.  Deje reposar una hora antes de servir.




(Editado por: Mario Vázquez)

domingo, 16 de marzo de 2014

De Italia a la milpa

No hay placer más grande que estar en familia. No solo comer en familia, guisar en familia es para mí lo máximo. Todos trabajando y recogiendo, lavando, picando, sirviendo, cantando y bailando. Parecemos una gran película de Disney. No cabe duda que nos divertimos en la cocina. Hasta mi nieto estaba en la cocina.

Nuestro desayuno del día de hoy fue una charola de fruta, y una frittata, un delicioso platillo italiano hecho a base de huevo, aceite de oliva, ricota; pero agregado de nuestra cosecha el champiñón, el maíz, el calabacín y la cebolla.

Me acuerdo de cuando íbamos a casa de mi abuelita en Puebla, todas mis tías y mi mamá se ponían a guisar y a platicar. Se oían las risas, las voces y el sonar de las cacerolas y de la comida. Si nos acercábamos  nos pedían muy amablemente que pusiéramos la mesa o a que las ayudáramos en general.
Ese tipo de convivencia se me quedó grabada en la mente y ahora con mi familia lo recuerdo y lo revivo. Ese recuerdo es para mí una época dorada.
Pac-man!


Frittata de champiñones

400 gr champiñones rebanados
3 cucharadas de cebolla picada
2 dientes de ajo picados
400 gr queso ricota
8 huevos
2 cucharaditas hierbas italianas (orégano, romero, perejil, albahaca)
Sal y pimienta
Aceite el necesario

Ponga al fuego en una sartén con una cucharada de aceite la cebolla y cuando esté transparente agregamos el ajo y las hierbas que usemos.  Incorporamos los champiñones.  Reservamos.   En un tazón batimos el queso ricota con los huevos, sal y pimienta, añadimos los champiñones y revolvemos perfectamente.  Vertemos en un molde de horno engrasado, y lo metemos al horno a 190°C por 30 minutos aproximadamente o hasta que esté cocido y dorado.  Servimos con pan horneado con aceite de oliva y las mismas hierbas que pusimos en la frittata (optimizamos el horno)
 
Calabacitas con elote

3 – 4 calabacitas italianas picadas
1 cebolla pequeña picada
250 gr granos de elote o maíz cocido
1 diente de ajo picado
1 ramita de epazote
Sal al gusto


En una sartén ponga una cucharadita de aceite y fría la cebolla y el ajo, cuando esté transparente agregue el elote y la calabacita, sazone y tape. Deje cocinar por 5 minutos para que se integren los sabores.  Sirva.




También se puede poner como botanita




(Editado por: Mario Vázquez)

sábado, 15 de marzo de 2014

Historia en la cocina IV, el buñuelo.

Los buñuelos son uno de los postres más conocido del mundo. Desde India hasta España, desde Francia hasta Colombia, desde Croacia hasta México, los buñuelos se han propagado por el mundo. Todos comemos buñuelos (nosotros de niños en Tabasco comíamos deliciosos buñuelos).

Estas pequeñas esponjas huecas en el centro se deshacen en la boca, sin importar de lo que estén rellenas. Pueden ir rellenas de crema, chocolate, fruta; incluso las podemos rellenas de carne, verduras o curry.

En si, es una receta mediterránea. Ya para el siglo segundo antes de Cristo, se tenían a los buñuelos en el libro “De Agri Cultura”, escrito por Catón el Viejo. En su receta, mezcla harina y queso, haciendo bolas que se fríen y se untan con miel y semillas de amapola para servirlos.

Los judíos y los moros también fueron encargados de la “distribución” de este platillo. Los judíos con el Hannuka, los moros esparciéndolos por Europa.

Aquí en México existen todo tipos de buñuelos; como por ejemplo, los buñuelos de molde (que se venden en las ferias de casi todos los pueblos) y los buñuelos de rodilla (que son oaxaqueños y planos, también se venden en todas las ferias), aunque la preparación de ellos es un poco distinta. De hecho, son estos buñuelos los que prepararemos en esta ocasión.

Esta preparación se puede utilizar para hacer churros, aunque algunos no les ponen los huevos.





Buñuelos de viento

1 ½ taza de agua
100 gr mantequilla
1 cucharadita azúcar
Pizca de sal
1 taza de harina
4 huevos
Aceite para freir
Jarabe o miel al gusto





Ponga al fuego, en una olla, el agua, la mantequilla, el azúcar y la sal.  Cuando la mantequilla se derrita y aún en el fuego, vierta  la harina de una sola vez, revuelva con una pala de madera y verá que se forma una bola que absorbe toda el agua.  Dele vueltas, aún en la olla por 30 segundos más. Vierta en un tazón y deje reposar por 10 minutos.  Agregue uno a uno los huevos batiendo hasta que el anterior se haya integrado perfectamente.  Vierta por cucharadas en el aceite hirviendo.  Los buñuelos se voltearán solitos.  Cuando estén dorados retire del aceite y ponga en papel absorbente.  Sirva bañado de jarabe o miel al gusto, o solamente espolvoreado de azúcar.

El jarabe puede ser:

2 tazas de agua
1 taza de azúcar
Cáscara de 1 naranja

Deje que todo hierva junto y cuando haya reducido a la mitad sirva con los buñuelos.













También puede ser con piloncillo:

2 piloncillos
1 taza de agua
Cáscara de 1 naranja


Deje que todo hierva junto y cuando haya reducido a la mitad sirva con los buñuelos.




(Editado por: Mario Vázquez)