miércoles, 27 de junio de 2018

Buñuelos de molde o flores fritas










Hablando de buñuelos podemos decir que existen 3 tipos principales de ellos, y estos son: buñuelos de viento, buñuelos de rodilla y buñuelos de molde.

Los buñuelos de viento son unas bolitas esponjadas que nadan en una deliciosa miel, los buñuelos de rodilla son los que se venden en las iglesias para el dia de muertos y son unas tortillas fritas, grandes que se sumerjen en un jarabe de piloncillo con naranja y guayabas y son deliciosos y los que nos ocupan ahora que se llaman buñuelos de molde.

Se llaman buñuelos de molde porque se utiliza un simpático artilugio de fierro que tiene una flor que se sumerje en un atolito saborizado y se fríe.  Hoy hablaremos y haremos estos deliciosos buñuelos.

Bueno, todo esto es en lo referente a México, pero en España se le llama “Flor” o “flor Frita”, es a lo que antiguamente le llamaban fruta de sartén.

Estas flores se encuentran en la tradición de Castilla, La Mancha, León, , Segovia y Colombia.

Su forma es similar a la de la Cruz de Calabrava, una cruz de cuatro brazos iguales, con flores de lis en los extremos de los brazos.

En Colombia este postre se conoce como solteritas y se sirve con una crema especial caracterísitica de la región.

Son muy ricos y ligeros, preparemos algunos.















Buñuelos de molde

250 ml leche
1 huevo
1 pizca de sal
60 ml de jugo de naranja
Ralladura de 3 naranjas
200 gr de harina
Aceite para freir
Azúcar y canela para espolvorear


Bata el huevo y mezcle con la leche, el jugo y la ralladura de naranja.  Agregue la harina y deshaga todos los grumos.  Deje reposar por 30 minutos.
Ponga a calentar el aceite y ponga el molde para buñuelos para que se caliente.  Cuando el molde esté caliente remoje en la mezcla, pero solo a la mitad.  Ponga en el aceite y mueva un poco el molde para que se suelte el buñuelo.  Voltee y retire, deje escurrir un momento y revuelque en el azúcar preparado con la canela. 






sábado, 23 de junio de 2018

Pollo a la lata de cerveza







Mi hijo mayor, que ya está casado, nos invitó a su casa a cenar pues estaba estrenando estufa. Lo que más le gustaba es que tenía horno, pues se había manejado desde que se casó con un horno eléctrico pequeño, al cual solo le entraba un molde de 20 cm de diámetro.  Así que el tener un horno grande lo hacía sentirse muy orgulloso pues al fin había logrado una pequeña meta que tenia.

-          Me gustaría que se vinieran a cenar y me ayudaras a guisar algo.  No sé qué. Para estrenar el horno.  ¿Cómo ves?  ¿Pizza? ¿Pastel? No se me ocurre- dijo mi hijo

-          Si. Sí vamos a ir a cenar. Di la hora y el día y con gusto.  Pero si es cena, algo ligero pues tu papá no cena fuerte pues después no puede dormir- le contesté

Y así, intercambiando recetas llegamos a la conclusión que sería el domingo y que haríamos un rico y sabroso pollo horneado, pero con una característica, estaría paradito sobre una lata de cerveza. Y así fue.

Pero la lata no es para cocinar sino que es generalmente un contenedor que permite conservar y transportar líquidos destinos al consumo humano.  Es de forma cilíndirca fabricado de aluminio (hojalata) y con una capacidad estándar de 33 a 50 cl.

Las latas se rellenan con bebidas carbonatadas, jugos de frutas, bebidas alcóholicas como cervezas, etc.

Las latas suelen elaborarse mediante chapas de fino metal con el objeto de que puedan soportar no solo la presión del líquido carbonatado, sino también los ácidos que suelen contener las bebidas del interior.




Pollo a la lata de cerveza

1 pollo entero
2 latas de cerveza
2 cucharadas de sal
1 cucharada de pimienta negra
1 cucharada de pimienta gorda
5 – 6 dientes de ajo
½ cebolla
1 cucharadita de orégano
1 cucharadita de comino
1 cucharadita de semillas de cilantro
5 cucharadas de aceite

Licue la pimienta negra, pimienta gorda, dientes de ajo, cebolla, orégano, comino y se millas de cilantro con 1 lata de cerveza. Ya limpio el pollo póngalo en una bolsa de hornear o en una bolsa ziploc y agregue lo licuado y cierre.  Deje marinar por al menos 2 horas o toda la noche.
Monte el pollo sobre la otra lata de cerveza destapada y coloque en un molde para hornear. 
Masajee el pollo con dos cucharadas de aceite.
Meta al horno por 1 ½ hora aproximadamente y barnice cada media hora con el resto del aceite.
Verifique que esté cocido y dorado. Sirva.





jueves, 21 de junio de 2018

Helado de ciruela pasa











La ciruela pasa es una fruta seca que utilizamos en muchos guisos de sal y dulce.  Se utiliza, sobretodo en la época de las fiestas navideñas, al igual que en la Rosca de Reyes, en la pierna de cerdo con tocino y ciruelas pasas, y bueno, en muchas otras.

La ciruela pasa es conocida en Perú como guindón.  Es una ciruela deshidratada por lo que se agrupa en la “sección” de frutos secos, junto a los higos, albaricoques, melocotones, etc.

Cualquier variedad es viable para someterse al secado aunque sobresalen las ciruelas pasas originarias del estado de California en los Estados Unidos, aunque su elaboración y consumo están mas difundidas en todo el Mediterráneo.

Antiguamente el proceso de secado era por acción solar, aunque actualmente ya se hace de manera mecánica. 

El secado es un método de conservación de los alimentos que consiste en extraerles el agua, y así inhibe la proliferación de microorganismos y dificulta la putrefacción.

Las ciruelas pasas sobresalen por la cantidad de fibra, minerales y antioxidantes que contienen, siendo un remedio natural increíblemente efectivo para casos de estreñimiento moderado.


Ahora que está haciendo tantísimo calor, se antojan postres fríos y en este caso un delicioso helado de ciruela pasa es lo que nos espera.







Helado de ciruela pasa
150 gr de ciruelas pasas deshuesadas
1 ½ tazas de agua
1 litro de leche
300 gr de azúcar
6 yemas de huevo
½ taza de agua
20 gr de maizena
30 gr de mantequilla sin sal

Ponga a cocer las ciruelas pasas en el agua hasta que estén cremosas. Deje enfriar y licue ligeramente.
Revuelva el azúcar con la maizenay disuelva en la media taza de agua.
Bata las yemas con un batidor de globo de manera que queden espumosas.
Ponga la leche a calentar y agregue el azúcar revuelto con la maizena, cuando empiece a espesar agregue las yemas batidas y no deje de batir para que no se pegue.  Antes de que hierva retire del fuego, para que no se corte.
Fuera del fuego, añada la ciruela pasa molida y también agregue la mantequilla y mueva para que se derrita y se integre en la mezcla. 
Vierta en un molde o en un contenedor para que se enfríe y guarde en el refrigerador.  Cuando esté bien frío, ponga en la máquina de helado y congele.



martes, 19 de junio de 2018

Helado de vainilla










La historia de la vainilla está asociada a la del chocolate.  Su origen es mexicano.  Los
aztecas y antes los mayas enriquecían con vainilla una bebida espesa hecha a base de cacao.  Esta bebida estaba destinada a los nobles y a los guerreros, y era conocida con el nombre de xocoatl.

Sin embargo, ni el cacao ni la vainilla los cultivaban ellos mismos debido a que el clima
no era el adecuado.  Estos pequeños lujos se conseguían a través del comercio con regiones vecinas.  Además, sus conocimientos botánicos sobre la planta que producía la vainilla eran limitados, porque la designaron como ixtlilxochitl, que significa “flor negra”.
Son los totonacas, quienes ocupaban las regiones costeras del golfo de México alrededor de las
actuales ciudades de Veracruz y Papantla, quienes producían la vainilla y se la proporcionaban al imperio azteca. 

Su capacidad productora y exportadora continuó hasta mediados del siglo XIX
momento en el que los cultivadores franceses en México aprendieron la forma de inseminar artificialmente las flores, a partir de los conocimientos del pueblo totonaca.

Algunos expertos culinarios como Marilyn Tausend consideran a la vainilla totonaca como la de mejor calidad en todo el mundo, especialmente “extracto puro de vainilla” de Papantla en el estado de Veracruz.  Y a menudo se comercializa en tiendas de alimentación especializadas con la etiqueta “Vainilla mexicana”.

Esta receta de helado de vainilla se puede tomar como base de los helados de crema que queramos hacer, solo le cambiaríamos la vainilla por el sabor que quisiéramos hacer.









Helado de vainilla

1 litro de leche
6 yemas de huevo
30 gr de maizena
½ taza de agua
300 gr de azúcar
30 gr de mantequilla
1 vaina de vainilla o 2 cucharadas vainilla

Ponga a calentar la leche. Retire del fuego.
Si usa la vaina de vainilla abra a lo largo y agregue a la leche. Mezcle el azúcar y la maizena. Bata las yemas a que empiecen a espumar.  Regrese la leche al fuego y agregue el azúcar con la maizena disuelta en la media taza de agua.  Mueva para que no se hagan grumos.  Cuando empieza a espesar agregue las yemas y siga moviendo para que no se hagan huevos revueltos.  Antes de que vuelva a hervir retire del fuego para que no se corte, y retire la vaina.  Fuera del fuego añada la mantequilla y las cucharadas de vainilla si no uso la vaina. 
Ya frío ponga en la máquina de helados para que se bata.  Congele.  Sirva.



lunes, 18 de junio de 2018

Cacahuates caramelizados










¿Sabes quién es Arachis hypogaea? ¿No? ¿Quieres que te lo diga?.

No es nada más ni nada menos que el cacahuate.

El cacahuete, andrei o maní, son algunos de los nombres que tiene, aunque yo prefiero el nombre básico de "cacahuate."  Es una legumbre de la familia de las  Fabaceae cuyos frutos se consideran frutos secos que contienen semillas que son muy apreciadas en la gastronomía.

Nació hace unos 9400 años en la actual región sub-andina del sur de Bolivia, y fue el cruce de dos especies silvestres.  Las semillas fueron recolectadas por los antiguos pobladores de estas regiones y llevados por la Cordillera de los Andes.

Tom Dillehay, arqueólogo estadounidense descubrió los restos de los cacahuates más antiguos, de hace 7840 años, en Paiján y en el valle de Ñanchoc, actualmente Cajamarca en Perú, en la parte alta del río Zaña, que resultó ser el lugar de cultivo más antiguo del continente.

En quechua se llama inchik y fue consumido y representado desde las culturas y ciudades más antiguas de América.  Se utilizaban en la gastronomía, la lagua o leche de inchik y el inchicapi que eran la chicha fresca y la sopa, respectivamente.  El inchik está presente cincelado en las estatuas de deidades en los templos de la civilización chavín, 1200 años a.c. en el centro-oeste de Perú.

Se introdujo a Mesoamérica desde el sigo I a.c. según el registro de Tehuacán, en el estado de Puebla, en donde se le llamó en náhuatl tlacáhuatl o “cacao de la tierra” y se volvió parte de los ingredientes para preparar mulli o mole, para ofrecer a los grandes dioses mesoamericanos.  En las islas del Caribe, esta semilla se conoce como maní, en lengua taíno.

La forma de la cáscara de la semilla fue utilizada por los mochicas (en Perú) en representaciones antropomorfas de varias clases, en joyas de oro, plata y cobre, como por ejemplo los collares de oro del Señor de Sipán en el siglo III.

Mil años después, los incas usaron el aceite extraído del inchik mezclado con el aceite de una especie de árbolde ungüente, utilizando el resultado para la protección de la piel.

Los conquistadores españoles conocieron el consumo de esta semilla al llegar al continente americano en un mercado de Tenochtitlán en el siglo XVI.  El comercio de las potencias europeas de la Edad Moderna introdujo la semilla en otros continentes.

George Washington Carver, botánico afroestadounidense los propuso como cultivo alternativo al algodón por los años de 1850. En la actualidad su cultivo se ha extendido por regiones de Asia, África y Oceanía.

Después de tanto conocimiento, se antojan unos cacahuates caramelizados, que es lo que nos atañe en esta entrada.

















Cacahuates caramelizados

½ kilo de cacahuates naturales con cáscara roja
1 taza de azúcar
¼ taza de agua
1 cucharadita de aceite vegetal

En una cazuela o sartén ponga el azúcar, el agua y los cacahuates, ponga al fuego y deje que se vaya caramelizando, mueva para que no se pegue ni se queme.  Cuando el azúcar se haya derretido y se vea como caramelo vierta en una charola engrasada con la cucharadita de aceite.  Deje enfriar.




viernes, 15 de junio de 2018

Hot cakes del conejo










Los domingos mi queridísimo nieto se queda a dormir con nosotros desde el sábado.  Le encanta quedarse a dormir en la casa de los abuelos pues siempre lo consentimos y apapachamos.  Bueno, ese es el trabajo de los abuelos.

A mi nieto le encanta desayunar hot cakes pero por razones de tiempo su mamá no se los prepara entre semana, pues ella está ocupada atendiendo a su nueva bebé (mi nieta preciosa), al marido (mi hijo) que se va a trabajar y otras muchas cosas que tiene que hacer antes y a la hora del desayuno, como todas las mamás en esta misma situación.

Pero como yo no tengo muchísimas cosas que hacer a la hora del desayuno, mas que el desayuno, además de que es domingo y entre todos lo hacemos, me puse a preparar unos deliciosos hot cakes.  Pero en esta ocasión les di forma de conejo.

En México les llamamos hot cakes, pero también reciben el nombre de tortitas, panqueques o panquecas y en Estados Unidos se llaman hotcakes, pancakes, griddlecakes o flapjacks.  Es un pan plano redondo, nosotros los conocemos solamente como dulces pero también se pueden hacer salados, como se podría decir de los blinis de Rusia.

Existen muchas variantes en los diferentes países y en las diferentes culturas.  La variante no solo es de ingredientes, sino también de forma o como son servidos.

















Hot cakes del conejo

1 taza de harina
1 huevo
1 ½ cucharadita de polvo para hornear
1 cucharada de azúcar
1 pizca de sal
Leche la necesaria aproximadamente ½ taza
Para decorar:
Pom pom de crema batida
Chispas de chocolate

En un tazón ponga la harina, la sal, el azúcar, y el polvo para hornear y revuelva con un tenedor para que no se formen grumos.  Agregue el huevo y la leche poco a poco y bata con un tenedor o con un batidor de globo.  Debe quedar un atolito un poco espeso.  La leche deberá agregarla poco a poco para que no quede muy aguado.
Caliente una parrilla y cuando esté caliente, vierta con un cucharón la mezcla.
Para hacer el conejo necesitamos un hot cake grande para el cuerpo, uno más pequeño para laa cabeza, dos tiritas delgadas para las orejas y dos tiras no tan delgadas para los pies.
Arme los conejitos, poniendo la cabeza y las orejas, encimada de la cabeza ponga el cuerpo y encimado del cuerpo ponga los pies. Ponga las chispas de chocolate en los pies, para simular los dedos.
Si los quiere de chocolate, agregue 1 cucharada copeteada de cocoa a la harina.




jueves, 14 de junio de 2018

Poulet Marengo



Existen comidas que podría decirse que son intocables, de alta alcurnia,  de un momento crítico en la historia del mundo, o aquellas hechas para rendirle tributo a alguien o a algo. Sin importar la razón, es raro saber que día es el nacimiento de una receta... al menos, normalmente. De la que hablaremos el día de hoy, sí la tiene.

Antes de empezar nuestra historia platiquemos un poco del actor principal de ella; nadie más ni nadie menos que Napoleón, el gran conquistador francés.

Se dice que Napoleón era un hombre tosco y vulgar con la comida. No importaba la hora del día o de la noche para que le sirvieran de comer, sus cocineros tenían que estar preparados para todo. Le tenían que servir inmediatamente y comía en, tan solo, diez minutos.  Ignoraba los cubiertos, le gustaba comer con las manos y manoseaba todos los platos que le servían.  Como se pueden imaginar, tenía que cambiarse de ropa después de cada comida.

Su platillo favorito eran las lentejas, aunque también le gustaban los guisos de carne, los asados, el Ragú de cordero; bebía el vino de Borgoña con agua y también le encantaban los quesos.

Dice la historia que el 14 de junio de 1800, Napoleón se disponía a terminar una de las batallas más importantes de su vida.  Luchaba contra el Sacro Imperio,  en Alessandría una pequeña ciudad en el Piamonte italiano, al lado de la aldea de Marengo, extensa zona agrícola llena de granjas. 

Un tiro de un cañón austriaco causo fuertes daños no al ejército napoléonico, sino a las cocinas del ejercito francés. Ganada la batalla, el cocinero de Napoleón, Monsieur Durand, tenía un gran problema entre manos: no podría retrasar ni servir de comer cualquier cosa al general.  Mandó algunos soldados a buscar víveres por las granjas de los alrededores y estos trajeron todo lo que encontraron: gallinas, champiñones, cangrejos, ajos, panes, cebollas, vino, huevos, aceite y tomates. Con estos ingredientes, y como pudo, elaboró un platillo que fue del completo agrado de Napoleón y al que se le puso “pollo a la Marengo”.

Esta fecha, el 14 de junio, para mi es muy importante pues es el cumpleaños de mi hijo menor, y como siempre les hago la comida que quieren en su semana de cumpleaños, quiere que le haga este platillo, pues también es su cumpleaños, además que es un gran fanático de la historia y de la cultura francesa.

Pues, manos a la obra…





Pollo a la Marengo

1 pollo entero en piezas
3 cucharadas de aceite
Sal y pimienta
1 cebolla en rebanadas
2 dientes de ajo
1 taza de vino blanco
2 cucharadas de harina
1 taza de caldo de pollo
3 zanahorias
½ taza de agua
¼ taza de vino blanco
250 gr de camarones
2 jaibas limpias
500 gr de champiñones
2 cucharadas de aceite
8 rebanadas de pan
8 huevos
4 jitomates en cuartos
Jugo de limón
Perejil


Sazone el pollo con sal y pimienta y ponga en una sartén con el aceite.  Fría el pollo hasta que esté dorado.  Retire el pollo del sartén y reserve. En la grasa del sartén fría la cebolla y el ajo cuando estén doradas ponga en la licuadora y licue con el vino y la harina.  Vierta lo molido en el sartén y deje que hierva, sazone.  Reacomode el pollo en el sartén con el vinol y permita que se cueza. Agregue el caldo de pollo. Y deje cocer por 30 – 35 minutos.
Corte en bastones la zanahoria y ponga en una ollita con ½ taza de agua y ¼ taza de vino blanco, las jaibas y los camarones y deje que se cocine por 10 minutos aproximadamente, y reserve.
Para los champiñones en cuatro y fría en las 2 cucharadas de aceite, sazone y reserve.
En el mismo sartén ponga los jitomates a que se doren, reserve.
Tueste el pan en el sartén y fría un huevo y acomode cada huevo en cada rebanada de pan.
Para armar el plato ponga en un costado del plato una mitad de jaiba y unos camarones, en el otro costado del plato dos rebanadas de pan con el huevo frito encima. En otro costado del plato ponga champiñones y jitomates y en el centro una porción de pollo con su salsa. Rocíe con jugo de limón y perejil picado. Sirva caliente.





















martes, 12 de junio de 2018

Pastel de zanahoria







El pastel de zanahoria es un pastel dulce con zanahoria rallada en la masa. Con este ingrediente los pasteles tienen una textura densa y suave, y mejoran el sabor, la textura y la apariencia del pastel.

La zanahoria se ha usado en pasteles dulces desde la Edad Media, en esta época los endulzantes eran escasos y caros, mientras que la zanahoria que contiene más azúcar que cualquierotraverdrua era mucho más fácil de encontrar, por lo que se usaba para elaborar pasteles dulces.

La popularidad del pastel de zanahoria resurgió probablemenete en el Reino Unido gracias al racionamiento durante la Segunda Guerra Mundial.

Los pasteles de zanahoria estuvieron ampliamente disponibles en restaurantes y cafeteriás estadounidenses a principios de los años ’60.  Al principio era una novedad, pero con el tiempo pasó a ser un postre común.

Existen un sinnúmero de recetas de pastel de zanahoria, pues varía si la zanahoria va cruda o cocida, si lleva nueces, piña, coco, queso, frutos secos, etc.

También depende del tipo de glaseado que se vaya a utilizar.  Este es un pastel que tiene muchos cambios. Es muy versátil.

El que voy a hacer es un pastel delicioso y es increíblemente fácil.  Vamos pues, manos a la obra.






















Pastel de zanahoria con cubierta de nuez

1 taza de mantequilla o margarina
2 tazas de azúcar
4 huevos
1 lata de piña en almíbar
2 ½ tazas de harina
2 cucharaditas de canela molida
1 cucharadita de polvo para hornear
1 cucharadita de bicarbonato
¾ cucharadita de sal
3 tazas de zanahoria rallada cruda
Cobertura:
240 gr de queso crema
½ taza de mantequilla
1 cucharadita de vainilla
3 ¾ taza de azúcar glas
1 taza de nueces picadas

Precaliente el horno a 175° y engrase y enharne 2 moldes de 22 cm.
En un tazón acreme la mantequilla o margarina y el azúcar, agregue los huevos, uno a la vez para que se incorporen bien.  Añada la piña.   
En otro tazón cierna la harina, la canela, el polvo para hornear, el bicarbonato y la sal y vaya añadiendo poco a poco a la mezcla de la mantequilla.  Agregue la zanahoria, si está muy espeso puede añadir tres o cuatro cucharadas del líquido de la piña, no demasiado.  Vierta en los moldes prearados y hornee hasta que al insertar un palillo este salga luimpio, alrededor de 40 – 45 minutos.
Deje enfriar unos 10 minutos en los moldes para después sacarlos y dejarlos enfriar completamente. 
Cobertura.  En un tazón acreme el queso crema, la mantequilla y la vainilla hasta que este todo incorporado.  Poco a poco vaya
agregando el azúcar glas, y agregue las nueces picadas. 
Armado. Extienda un poco de cobertura entre los panes y cubra completamente con el resto de la crema.
Refrigere hasta el momento de servir.














lunes, 11 de junio de 2018

Chileatole verde o sopa de elote con queso.















Al hacer esta sopa pensé acerca de como un mismo nombre sirve para diferentes guisos.  Como el chileatole, que yo lo conocía como un guiso con carne, elote, verduras, etc., pero esta sopa es con elote y chile, en realidad es un atole con queso.

El elote que es el alma de esta sopa es el nombre que se le da en Centroamérica y en México, pero en Panamá no lo llaman así. El Sudamérica lo llaman choclo., en Venezuela jojoto, también se llama coronta  o tusa.

La palabra elote viene del náhuatl elotitutl que significa “mazorca tierna”, a la mazorca de maíz que está todavía en la planta, y a la que fue recientemente cosechada y los granos todavía guardan humedad natural.

Tanto en México como en Latinoamérica los elotes se utilizan como legumbres debido a que su tiempo de cocción es menor y a que si la mazorca es tierna puede consumirse entera.

En México vemos que los elotes son la base o el complemento de numerosos platillos incluyendo sopas, guisados, frituras, tortas y budínes, tamales de cazuela, postres y platillos de repostería como pasteles y panes.  También se utilizan para hacer tamales que son llamados tamales de elote.

Otra aplicación está en cierto tipo de atoles, como en este caso el chileatole.

Así que, a prepararlo, está fácil y es rico.  Se posdría decir que es una comida confortable pues nos cae de maravilla al estómago por ser calientito y picosito.














Chileatole verde o sopa de elote con queso

4 elotes enteros
4 chiles serranos (o al gusto)
3 ramas de epazote
80 gr de masa de maíz
Sal al gusto
2 cucharadas de aceite
Queso Oaxaca al gusto

Cueza los elotes con suficiente agua.  Reserve el agua de cocción.  Desgrane 3 elotes y el otro córtelo en rebanadas de 2 – 3 centímetros. 
En una olla ponga el aceite y agregue los granos de elote, los chiles y el epazote. Disuelva la masa en una taza del agua de cocción y agregue a la olla.  Con una batidora de mano muela la sopa, si no, puede hacerlo en la licuadora.  Agregue el agua suficiente y sazonecon sal.
A los chiles les puede quitar las semillas.
Puede sazonar también con consomé.
Sirva adornando con las rebanadas de elote y el queso Oaxaca deshebrado.

jueves, 7 de junio de 2018

Mole verde.






La palabra mole viene del náhuatl molli o mulli, y se refiere a varios tipos de salsas de México hechas a base de chiles y especias y que son espesadas con masa de maíz, con tortilla o en menor medida con bolillo y también llevan carne y vegetales. En la sierra de Guerrero, mulli significa "comida"

Los moles más conocidos que tenemos son el mole rojo, el poblano y el verde.  El mole rojo es el más común de los moles y se llama solamente mole, porque a los demás les ponemos el apellido.

En esta ocasión platicaremos del mole verde cuyo color es por el color de los chiles y de los ingredientes que se utilizan.  Uno de los ingredientes que se utiliza para este mole es la pepita de calabaza.

Como es una receta tradicional, varía dependiendo de la región del país donde se prepara. Si lleva o no pepita de calabaza, si lleva o no algunas de los ingredientes verdes con que contamos como son el tomate verde, el chile poblano, las hojas de rábano, el apio, cilantro, hojas de lechuga, etc.

Algo que no cambia sin importar la región es que casi siempre se sirve con arroz blanco o rojo, frijoles y unas tortillas calientitas.

El mole verde que estoy haciendo es un mole que se basa en algunos ingredientes verdes que le dan el hermoso color y no lleva pepita de calabaza, pero no por eso deja de estar delicioso. 

A mi esposo le gusta mucho el mole verde, y de recién casados me comentó que su mamá hacía un molde verde que le gustaba mucho.  Entonces, para no equivocarme, le fui a preguntar a mi suegra la receta del mole verde que hacía, para así poder hacerlo a mi esposo.  Grande fue mi sorpresa cuando me contestó, "¿mole verde? yo no guiso mole verde". Cuando le platiqué a mi esposo, los dos nos reímos y comprendimos que ya no se acordaba ni del mole verde, ni de ningún otro guiso que solía hacer cuando sus hijos eran pequeños.

Por esa razón he probado hacer varias recetas de mole verde con ingredientes diferentes, con o sin pepita de calabaza, con pollo o cerdo, en fin, creo que tengo como 5 recetas diferentes de mole verde.

Probé estos nuevos sabores y cuando lo probó mi esposo, comentó que se parecía muchísimo al que hacía su mamá. Voy por buen camino, ya casi tengo la receta olvidada de mi suegra.






Mole verde


1 ½ kilos de maciza de puerco
2 cucharadas de manteca o aceite
1 chile poblano
2 chiles jalapeños
3 hojas santas
1 manojo de perejil
½ manojo de epazote
1 kilo de tomate verde
2 – 3 clavos
4 – 5 pimientas gordas
1 cucharada de orégano
1 cucharada de comino
2 – 3 dientes de ajo
½ cebolla
150 gr de masa de maíz
Caldo, el necesario
Sal al gusto



Cueza la carne de puerco en suficiente agua, con ajo y cebolla.  Reserve el caldo
Ase y desvene el chile poblano. Fría el chile poblano y los chiles jalapeños. (retire las semillas si desea que no pique). Licue los chiles con la hoja santa, el perejil, el epazote, el tomate verde y un poco de caldo de la cocción de la carne.  Licue los clavos, la pimienta, el orégano, los cominos, los ajos pelados, la cebolla y el resto del tomate verde con un poco del caldo.  También licue la masa con una taza de caldo.  En la olla en la que va a preparar el molde ponga aceite o manteca y vierta lo licuado.  Puede colarlo o dejarlo así. Teniendo los chiles molidos, las especies y la masa, sazone y deje que se integren los sabores.  Añada la carne y rectifique la sazón.  Deje hervir unos 8 – 10 minutos más, moviendo para que no se pegue.  Sirva la carne bañada con el mole.




miércoles, 6 de junio de 2018

Peras al vino tinto





El vino tinto que procede de mostos de uvas tintas, con la elaboración adecuada para conseguir la obtención del color que vienen de los hollejos de la uva. 

En función del tiempo de envejecimiento que se realice en la barrica y en la botella, pueden obtenerse vinos jóvenes, crianzas, reservas o grandes reservas.  Es importante realizar la vendimia en el momento adecuado de maduración de los frutos de la vid.  Habitualmente en la recogida se desechan racimos verdes o dañados para que no afecten el sabor resultante.

Ya dijimos la clasificación de los vinos, pero veamos que es cada uno.

Joven o de año.  No ha pasado ningún tiempo en la barrica o no el suficiente para ser considerado crianza.

Crianza.  Ha pasado entre seis y doce meses en la barrica, según lo marcado por las diversas denominaciones de origen, y permanece reposandoen la botella hasta cumplir dos años tras su elaboración, antes de poder ser comercializado.

Reserva. Como mínimo un año en la barrica y reposo en la botella hasta haber transcurrido tres años desde su elaboración.

Gran reserva.  Al menos dieciocho meses en la barrica y el resto en la botella y puede comercializarse tras el sexto año.  A esta etapa solo llegan las cosechas excepcionales.
  
Para este postre usamos un vino joven y quedó rico en verdad.











Peras al vino tinto
1 kilo de peras
1 litro de vino tinto
250 gr de azúcar
1 cucharada de jugo de limón
1 piel de naranja
2 clavos de olor
½ rama de canela

En una olla ponga el vino tinto, el azúcar, el jugo de limón, la piel de naranja, los clavos de olor y la rama de canela.  Mientras, pele las peras, tratando de conservar el pedúnculo.  Ponga las peras en la olla donde el vino está calentándose.  Dejee que hierva por unos 20 minutos y voltee las peras para que toda la pera se impregne del vino y tome su color.  Vigile que el líquido no se evapore compleamente.  Cuando las peras tienen un color uniforme, apague el fuego.  Retire las peras del líquido.  Cuele el líquido y reserve en un tazón.  Sirva las peras rebanadas y bañadas del vino o entera y en un espejo de vino.

martes, 5 de junio de 2018

Pan de plátano y queso crema


Aquí estamos otra vez, con otro pan de plátano, esta vez hecho con queso crema e igual de delicioso. En realidad el pan de plátano, sin importar el ingrediente extra que tenga, es un manjar.

Es lógico, pues por lo general es una de las primeras frutas que come un bebé, y a casi todos los niños les gusta el plátano.  Se puede decir que en casi todas las casas siempre hay plátanos o que es uno de los alimentos típicos del ser humano. Por eso no es de extrañar que haya tantas recetas con plátano.

Alrededor de los años 60 y 70’s los países centroamericanos se conocían como repúblicas bananeras. incluso hubo una guerra entre Estados Unidos y una de estas república, conocida como la guerra de las bananas.

Pero no vamos a hablar de historia el día de hoy, porque el plátano es una fruta muy rica como para que hablemos mal de ella.

Este pan queda delicioso, es muy fácil de elaborar y a todos les va a gustar.



Pan de plátano y queso crema

150 gr de mantequilla suavizada
240 gr de queso crema suavizado
2 tazas de azúcar
2 huevos
3 tazas de harina
2 cucharaditas de polvo para hornear
3 – 4 plátanos hechos puré
1 taza de nueces picadas
1 cucharadita de vainilla


Precaliente el horno a 175°C y engrase y enharine ligeramente dos moldes de panqué.
Bata la mantequilla y el queso crema hasta que se esponje.  Poco a poco vaya agregando el azúcar, los huevos de uno en uno hasta
que todo esté bien mezclado.

Sin dejar de batir incorpore en tres veces la harina cernida con el polvo para hornear alternando con el puré de plátano, añada la vainilla.  Vierta en los moldes preparados y hornee de 45 a 55 minutos o hasta que al insertar un palillo este salga seco. Desmolde y decore al gusto.





lunes, 4 de junio de 2018

Pan de elote y requesón. Cornbread con requesón






Pan de elote y requesón. Cornbread con requesón

Muchísimo tiempo antes de que llegaran los europeos a América, los naivos americanos utilizaban el maíz.

Cuando los colonos europeos llegarón, especialmente los de las colonias inglesas del sur, aprendieron las recetas originales y los procesos para los platos con maíz, especialmente de los Cherokees, Chickasaws, Chocaw y Creek.  Y estos colonos tuvieron la visión de utilizar la harina de maíz o sea cornmeal en panes similares a aquellos hechos de los granos que se conseguían en Europa.

El cornbread ha sido llamado la piedra angular de la cocina sureña de los Estados Unidos.

El cornbread es el proceso medianteel cual se realiza la cocción del maíz con agua y cal, para obtener el nixtamal que después de molido da origen a la harina y masa que sirven para la elaboración de diferentes platillos, tales como tortillas, tamales, panes, etc.

Esta tecnología nativa americana es conocida como nixtamalización.

Además del cornbread, los nativos americanos utilizaron el maíz en otras muchas cosas como en bebidas alcoholicas.







Pan de elote y requesón. Cornbread con requesón
1 taza de harina de maíz
1 taas de harina
2 cucharaditas de polvo para hornear
½ cucharadita de sal
2 cucharadas de azúcar
2 huevos
1 taza de leche
1 taza de requesón
¼ taza de aceite
1 taza de elote molido

Precaliente el horno a 190°C y engrase y enharine un molde de panqué o un sartén de hierro. Mézcle la harina de maíz, la harina, el olvo para hornear y la sal en un tazón. En otro tazón mezcle el azúcar, los huevos, la leche, el requesón y el aceite.  Añada los ingredientes secos a los húmedos.  Agregue el elote molido.  Vierta en el molde preparado y hornee hasta que al insertar un palillo este salga limpio, alrededor de 30 – 40 minutos.

Sirva con miel, con mermelada o frutas.