miércoles, 24 de abril de 2024

Carpaccio de champiñones

El carpaccio es un plato de origen italiano que se remonta a la década de 1950.  Su creación se atribuye al famoso restaurante Harry’s Bar en Venecia, Italia.  Fue inventado por el propietario del restaurante, Giuseppe Cipriani, en honor al pintor veneciano Vittore Carpaccio, conocido por sus sobras que presentaban colores vibrantes y un estilo de pintura similar a láminas muy finas.

La historia cuenta que, en 1950, una cliente habitual del restaurante Harry’s Bar, la condesa Amalia Nani Mocenigo, le recomendó a Cipriani que comiera alimentos crudos por razones de salud.  Inspirado por esta sugerencia, Cipriani creó un plato de carne cruda cortada en láminas muy finas y aliñada con una salsa suave.  En honor al pintor Carpaccio, decidió llamar a este plato “Carpaccio”, evocando la idea de láminas finas y colores vivos, similar a las obras del artista.

Desde entonces, el carpaccio se ha convertido en un plato emblemático de la cocina italiana, y su popularidad se ha extendido por todo el mundo. Aunque la versión original utiliza carne de res, se han desarrollado muchas variaciones utilizando diferentes tipos de carne, pescado e incluso vegetales.  El carpaccio sigue siendo apreciado por su elegancia, sabor delicado y presentación artística.

El carpaccio de vegetales es una opción deliciosa y ligera, perfecta para los amantes de la cocina vegetariana o para aquellos que buscan una alternativa más saludable al carpaccio tradicional de carne.

Carpaccio de champiñones 

  • 250 gr champiñones, hongos o setas al gusto
  • 1 cucharadita de jugo de limón
  • 1 ramita de perejil
  • 2 cucharaditas de vinagre balsámico
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • Sal de hierbas
  • Pimienta negra al gusto

  1. Limpie los hongos que vaya a utilizar con un palo, lave bajo el chorro de agua para quitarle lo sucio, lamine finamente y rocíe con el jugo de limón.  
  2. Lave y pique el perejil. 
  3. Haga una marinada con el vinagre balsámico, el aceite de oliva, la sal de hierbas y la pimienta.
  4. Distribuya los hongos en forma decorativa en un platón y rocié con la marinada. 
  5. Decore con el perejil. 
  6. Deje reposar por 5 minutos.

jueves, 18 de abril de 2024

Pastel húmedo de manzana

 

Este pastel es muy jugoso y debe esa propiedad a que utilizamos caramelo en la parte inferior del molde, como si estuviéramos haciendo un flan.

Cuando utilizamos caramelo nos remontamos a la cocina francesa y española, donde el flan tiene sus raíces.  La historia exacta del origen del caramelo en el flan o pan no está totalmente documentada, pero se cree que su uso se desarrolló a medida que el flan se popularizó en Europa y América latina durante los siglos XVIII y XIX.

El caramelo cuando se hornea se derrite y se convierte en un delicioso jarabe que cubre la parte superior de nuestra preparación una vez que se desmolda.  Al añadirle el caramelo a este pan o pastel, no solo agregamos el sabor dulce tostado, sino que también le proporcionamos un contraste de texturas con las nueces, pasas y manzanas, entre crujiente y pegajosa.  También la acidez de la manzana con la dulzura del caramelo crea un agradable contraste de sabores en cada bocado.  Además, el caramelo añade un brillo muy atractivo y una presentación elegante a este pan de manzana una vez que este horneado y se sirva.

En resumen, agregar caramelo al pan de manzana puede ser una forma deliciosa de mejorar su sabor y presentación.  Sin embargo, es importante tener en cuenta que el caramelo puede hacer que el pan sea más dulce, así que ajusta la cantidad según tus preferencias personales.

Pastel húmedo de manzana

  • Azúcar para caramelizar el molde
  • 4 – 5 manzanas
  • ½ taza de pasitas remojadas en vino
  • ½ taza de nueces picadas
  • 1 taza de harina
  • 1 cucharadita de polvo para hornear
  • 1 taza de azúcar
  • 4 huevos batidos
  • ½ litro de leche
  • 1 cucharada de esencia de vainilla

 

  1. Haga un caramelo y vierta sobre el molde que vaya a utilizar. Precaliente el horno a 170°C.
  2. Corte las manzanas peladas en rebanadas delgadas y coloque sobre el caramelo, también ponga las pasitas y las nueces.
  3. Cierna la harina con el polvo para hornear y el azúcar y esparza sobre las manzanas.  
  4. En un tazón bata los huevos con la leche y la vainilla, esparza en el molde sobre la harina, suavemente para que vaya penetrando en los ingredientes secos.
  5. Meta el molde al horno a baño maría por una hora aproximadamente, o cuando introduzca una brocheta esta salga seca.  Desmolde cuando esté frío.

 


domingo, 14 de abril de 2024

Bulgogi

El bulgogi es uno de los platos coreanos mas populares y deliciosos.  La palabra “bulgogi” se traduce literalmente como “carne de fuego” en coreano y es un plato de carne marinada y asada a la parrilla.

El bulgogi tiene sus raíces en la gastronomía coreana antigua y se remonta a siglos atrás.  Originalmente, era una forma de preparar carne de res durante el período de los Tres Reinos de Corea (de 57 a.C. – 668 d.C.). En aquel entonces, la carne se asaba a la parrilla sobre brasas o fuego abierto.

A lo largo de los siglos, el bulgogi ha evolucionado y se ha refinado, y hoy en día es un plato emblemático de la cocina coreana.  La marinada típica para el bulgogi incluye ingredientes como salsa de soya, azúcar, ajo, cebolla y aceite de ajonjolí que le dan su característico sabor dulce y salado. La carne más comúnmente utilizada es la de res, aunque también se pueden usar otras carnes como cerdo o pollo.

El bulgogi se sirve tradicionalmente con arroz cocido y una variedad de acompañamientos, como kimchi (col fermentada picante), ssamjang (pasta de soya picante), y banchan (varios platos pequeños acompañantes).

Hoy en día, el bulgogi es un plato muy popular tanto en Corea como en todo el mundo, y se puede encontrar en restaurantes coreanos en casi todos los rincones del planeta.  Su deliciosa combinación de sabores y su versatilidad lo convierten en una opción favorita para muchas personas que desean experimentar la cocina coreana.

Bulgogi

  • ½ cebolla
  • 1 zanahoria
  • ½ kilo res o ternera
  • Aceite el necesario
  • Ajonjolí para decorar
  • 1 manojo cebollita cambray con lo verde

Marinada:

  • 3 cucharadas salsa de soya
  • 2 cucharadas aceite de ajonjolí
  • 3 cucharadas azúcar moscabada
  • 1 cucharadita jengibre molido
  • 1 cucharadita cúrcuma molida
  • Pimienta negra al gusto
  • 2 cucharadas de pera rallada
  • 2 dientes de ajo picado

 

  1. Corte la cebolla en juliana, la zanahoria en bastoncitos, las cebollitas de cambray en rodajas diagonales con lo verde incluido y la carne en tiras pequeñas.
  2. En un tazón mezcle los ingredientes de la marinada, la verdura y carne cortada y revuelva bien. 
  3. Guarde en un contenedor o tape con película plástica y guarde en el refrigerador por al menos 30 minutos, puede ser de un día para otro.
  4. En una sartén ponga aceite y fría la carne marinada por tandas para que no se cueza sino se fría.  
  5. Saltee por 5 minutos y vaya reservando cada tanda.  
  6. Al final junte toda la carne, espolvoree con las semillas de ajonjolí tostadas y acompañe con arroz blanco y con hojas de lechuga.
  7. En una hoja de lechuga se pone un poco de bulgogi, un poco de arroz y se mete a la boca.

jueves, 11 de abril de 2024

Sopa de tortilla

La sopa de tortilla es un platillo tradicional mexicano que se ha convertido en un plato muy popular en todo el mundo. Su origen se remonta a la época precolombina, cuando los pueblos indígenas de México ya consumían maíz de diversas formas en su alimentación diaria.

A la sopa de tortilla también se le conoce como sopa azteca, debido a sus raíces en la cocina mesoamericana.  Antes de la llegada de los españoles a América, los indígenas ya preparaban una especie de sopa de tortilla, con los chiles chiles, jitomates y otros ingredientes disponibles en la región.

Con la llegada de los españoles y la introducción de nuevos ingredientes como el pollo, el queso y la crema, la sopa de tortilla comenzó a evolucionar hacia la receta que conocemos hoy en día.  La adición de estos ingredientes le dio a la sopa tortilla un sabor más rico y complejo.

Hoy en día, la sopa de tortilla se prepara de muchas maneras diferentes, pero generalmente incluye una base de caldo de pollo o de jitomate, tortillas de maíz cortadas en tiras y fritas, tomate, cebolla, chile, aguacate, queso, crema y cilantro. Es un plato reconfortante y delicioso que se sirve caliente y es perfecto para disfrutar en cualquier época del año.

 

Sopa de tortilla

  • 6 tortillas de maíz
  • Aceite el necesario
  • ½ cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • ½ k jitomate
  • 1 litro caldo de pollo o verduras
  • Sal y pimienta al gusto
  • 1 chile pasilla frito y en tiras delgadas
  • 1 aguacate en rebanadas
  • Queso fresco rallado
  • Crema agria
  • Chicharrón en trozo
  • Cebolla picada
  • 150 gr chorizo frito

  1. Corte las tortillas en tiras, fría en el aceite. Reserve. 
  2. Muela la cebolla, ajo, jitomate, sal, pimienta y una taza de caldo. 
  3. En una olla, ponga una cucharada de aceite, vierta la salsa de jitomate molida para que se fría, agregue el resto del caldo, rectifique la sazón.
  4. En un plato hondo, coloque un poco de tortillas fritas con uno o dos cucharones del caldillo de jitomate. 
  5. Acompañe con el resto de los ingredientes para que cada comensal se sirva al gusto.

 

 

 

 


domingo, 7 de abril de 2024

Tortas de papa

En los rincones más entrañables de México, las tortas de papa reinan como una de las delicias más versátiles y queridas.  En cada hogar, en cada puesto callejero, se teje una historia distinta alrededor de este platillo humilde pero lleno de sabor.  Cada quien guarda celosamente su receta, transmitida de generación en generación como un tesoro familiar.

Desde el norte árido hasta el sur tropical, las tortas de papa se adaptan a los ingredientes locales y al paladar de quienes las preparan.  Unas llevan un toque de chile chipotle para avivar los sentidos, mientras que otras prefieren la suavidad del queso fresco derretido. Algunas las sirven con una salsa picante que despierta hasta el más adormilado de los paladares, mientras que otros optan por una salsa verde o roja fresca y vibrante.

Pero más allá de las variaciones, las tortas de papa son un lazo que une a la gente.  En las fiestas familiares, se reúnen generaciones enteras alrededor de una mesa cargada de este manjar.  En los puestos callejeros, el aroma tentador invita a los transeúntes a detenerse y probar un bocado de autenticidad mexicana. Es una comida que trasciende clases sociales y fronteras, uniendo a la gente en torno a una pasión compartida por lo delicioso y reconfortante.

En cada mordisco de una torta de papa mexicana, se saborea la diversidad y la riqueza cultural de un país que celebra la creatividad y la tradición en igual medida. Es más que un simple plato; es un símbolo de identidad y orgullo, una prueba de que la verdadera magia de la cocina radica en el amor y la creatividad que se vierten en cada preparación.

Tortas de papa

  • 4 papas grandes
  • 2 dientes de ajo picados
  • ½ taza de pan rallado
  • 1 huevo
  • ½ cucharadita de ajo en polvo
  • Sal y pimienta al gusto
  • Aceite para freir

 

  1. Pele y corte en trozos grandes las papas, ponga a hervir con suficiente agua y con algo de sal, hasta que estén tiernas, aproximadamente 15 a 20 minutos.
  2. Escurra y deje enfriar un poco.
  3. Cuando estén ya tibias, machaque las papas para obtener un puré grueso, agregue el ajo, pan rallado y el huevo, mezcle hasta que todo esté bien incorporado. 
  4. Sazone con sal y pimienta al gusto.
  5. Forme con la mezcla tortas del tamaño deseado. 
  6. Caliente un poco de aceite en una sartén a fuego medio.  
  7. Cuando esté caliente, agregue las tortas de papa y cocine hasta que estén doradas y crujientes por ambos lados, de 4 a 5 minutos de cada lado.
  8. Ya cocidas, retire del aceite y coloque sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
  9. Sirva las tortas de papa calientes, acompañadas de una ensalada fresca, o salsa, o crema agria o guacamole.

 

 

 

 


jueves, 4 de abril de 2024

Estofado de jacube

En México, la cocina tradicional se enriquece con una amplia variedad de plantas, muchas de las cuales se han convertido en elementos emblemáticos de la gastronomía local. Sin embargo, existe una cactácea poco conocida y utilizada en los platos típicos: los jacubes. Estas plantas pertenecen a la familia de las cactáceas y se caracterizan por su forma alargada y sus espinas largas y escasas, a diferencia de los nopales más comunes.

Conocidos científicamente como Acanthocereus tetragonus, los jacubes se encuentran principalmente en las poblaciones silvestres a lo largo del litoral del Golfo de México, en estados como Tamaulipas, Hidalgo y Veracruz.  A menudo se les llama también crucetas o nopales de cruz debido a su peculiar forma de estrella o cruz cuando se cortan.

Preparar los jacubes para su consumo implica quitarles las espinas y la piel transparente, especialmente cuando están tiernos para evitar que el sabor se vuelva amargo.  Una vez limpios, se pueden cocinar de diversas maneras; desde saltearlos con huevo hasta guisarlos con chile y carne.  Una receta común es simplemente hervirlos con un poco de sal y luego agregarlos a otros platillos para crear deliciosas combinaciones.

La versatilidad de los jacubes en la cocina mexicana se refleja en la diversidad de recetas en las que se pueden utilizar. Desde acompañamientos sencillos como con frijoles o tomate, hasta platos más elaborados, los jacubes ofrecen un toque único a la mesa, resaltando la riqueza y la variedad de la cocina regional mexicana.

 

Estofado de jacube

 

  • 10 piezas de jacube
  • ½ k costillas de cerdo
  • ½ k maciza de cerdo
  • 1 k tomates verdes
  • 3 dientes de ajo
  • ½ cebolla
  • ½ cucharadita comino
  • ½ cucharadita orégano
  • Sal y pimienta al gusto

 

  1. Quite la película que cubre el jacube, corte en rebanadas. Reserve.
  2. Licue 4 tomates verdes con el ajo y la cebolla con medio litro de agua, el resto de los tomates córtelos en 4. Reserve.
  3. Coloque los tomates cortados en la olla exprés, ponga la carne, los jacubes, el comino, el orégano, lo licuado, sazone con sal y pimienta.
  4. Deje que se cueza por 40 minutos.  
  5. Sirva con arroz y tortillas recién hechas.

viernes, 29 de marzo de 2024

Huevos en "rabo de mestiza"

En México, el desayuno tradicional es huevo. No importa como los comamos, la mayoría de los mexicanos los desayunamos de diferentes maneras.

En esta ocasión platicaremos sobre los “huevos en rabo de mestiza”. Cuando los probé por primera vez, me dijeron que era un platillo tradicional poblano, que unas personas en algún lugar de Puebla tenían la receta original. Pasado el tiempo (mucho, mucho tiempo), me encontré que los “huevos en rabo de mestiza” no son originales de Puebla. Es más ni siquiera son originales de México, sino de Ecuador, un país en Sudamérica.

Este platillo de la zona costera de Ecuador, consiste en huevos cocidos en una salsa de tomate y cebolla, a menudo condimentada con especias como comino y achiote. El nombre “rabo de mestiza” se refiere a la salsa, que se hace triturando tomates y cebollas hasta que queden suaves, se sazona con comino, achiote y sal, luego, luego los huevos se pochan en esta sabrosa salsa hasta que estén cocidos al gusto del comensal. Es un plato sencillo pero delicioso que muestra los sabores vibrantes de la cocina ecuatoriana.

Por supuesto, a la salsa le podremos agregar rajas de chile poblano, o lo que nuestra imaginación nos diga. Como ya sabemos la globalización nos ha enseñado que lo mismo de aquí, está allá, o más allá.

De todas formas, disfrutemos un delicioso desayuno acompañado de frijolitos, tortillas recién hechas y un sabroso café con leche, o latte, como se llama ahora.

Huevos en "rabo de mestiza" 

  • 6 huevos
  • ½ k jitomates pelados y picados
  • 1 cebolla mediana picada
  • 2 dientes de ajo picados
  • ½ cucharadita comino molido
  • 1 cucharadita achiote
  • Aceite el necesario
  • Sal y pimienta al gusto

  1. En una sartén grande caliente un poco de aceite, agregue la cebolla y el ajo hasta que estén dorados, añada los jitomates y cocine hasta que se hayan ablandado y se forme una salsa espesa, aproximadamente  15 – 20 minutos.
  2. Condimente la salsa con comino, achiote, sal y pimienta y mezcle bien.
  3. Forme pequeños huecos en la salsa con la parte posterior de una cuchara y rompa un huevo en cada uno de ellos. 
  4. Cubra la sartén y cocine a fuego lento hasta que los huevos estén cocidos a gusto del comensal.
  5. Una vez que los huevos estén cocidos, retire la sartén del fuego y sirva caliente con arroz, frijol, o pan fresco.