El sabor más dulce no está en el vaso, está en la compañía. |
Hay bebidas que refrescan el cuerpo, pero también existen las que refrescan el alma. Una de ellas llegó a nuestra mesa gracias a Miguel, mi hijo, quien disfruta tanto de guisar como de experimentar con sabores nuevos. Esta vez nos sorprendió con una versión muy especial del Calpis japonés, esa bebida nacida en 1919 de la mano de Kaiun Mishima, quien la creó inspirado en las leches fermentadas que conoció en Mongolia. Él buscaba una bebida saludable, ligera y refrescante, con el beneficio de los fermentos lácticos, pero con un sabor amable para todos.
Lo que compete el día de hoy es que mi hijo Miguel decidió mexicanizarlo. En lugar de azúcar usó miel de inulina. también llamada miel de agave, añadió agua mineral para darle burbujas alegres, y completó con mango fresco, jugoso y dorado. El resultado fue un trago ligero, refrescante y tropical, que bautizamos en casa como Kalpis mexicano.
Pero más allá de la receta, lo que hizo mágico el momento fue la manera de prepararlo: tres generaciones juntas. Miguel guiando a sus hijos, los pequeños metiendo mano con entusiasmo y yo, desde un ladito, pendiente y disfrutando de la escena. Era un instante sencillo, pero lleno de significado: risas, ingredientes compartidos y esa complicidad que solo la cocina sabe despertar.
El Calpis en Japón tiene fama de ser el “sabor del primer amor”, porque es dulce y suave, como un recuerdo entrañable. En nuestra casa, ese día, se convirtió en el sabor de la unión familiar. Miguel mismo dijo que prefiere llamarlo “Kalpis mexicanizado”, porque ese toque local le dio identidad y lo convirtió en algo propio, cercano y entrañable.
Al final, lo que nació como una bebida fermentada hace más de un siglo en Asia, se transformó en nuestra cocina en un ritual de slow food familiar: cocinar sin prisa, disfrutar del proceso y, sobre todo, compartir la experiencia. Porque el verdadero secreto de este Kalpis mexicano no está en el yogur, ni en el mango, ni en la miel de inulina. Está en las manos que lo prepararon juntas y en el recuerdo que seguirá brillando cada vez que lo volvamos a hacer.
Kalpi mexicanizado
- 1 taza de yogur natural
- ½ taza de mango fresco en cubos
- 3 cucharadas de miel de inulina
- ½ taza de jugo de limón
- ½ taza de agua
- 1 litro de agua mineral
- Hielo al gusto
- Ponga en la licuadora el yogurt, el mango, la miel de inulina, jugo de limón y agua, muela hasta que quede una mezcla tersa.
- Pruebe y ajuste el dulzor, si se necesita agregue más miel, si requiere más acidez añada jugo de limón extra.
- Sirva en un vaso con hielo hasta la mitad y llene con agua mineral, mezcle suavemente.
- Puede decorar con una rebanada de limón o un cubito de mango fresco.